Las enmiendas de ERC

Ala espera de que comience realmente la negociaci¨®n de la propuesta de nuevo Estatuto de autonom¨ªa de Catalu?a, el Gobierno socialista y ERC tienen que intentar llegar, esta misma semana, a un acuerdo importante y nada f¨¢cil: los Presupuestos del Estado para 2006. Los nacionalistas catalanes han presentado una largu¨ªsima serie de enmiendas destinadas a aumentar la inversi¨®n p¨²blica en Catalu?a y a mejorar sus condiciones financieras, que los expertos de Hacienda ven con bastante antipat¨ªa. Se supone que ERC es socio del Gobierno en esta legislatura y que, l¨®gicamente, el PSOE deber¨¢ admitir alguna de sus propuestas, pero la amplitud de las enmiendas ha causado incomodidad en el propio grupo socialista. "Esperemos que ¨¦ste no sea el baremo para la negociaci¨®n del modelo financiero del nuevo Estatuto", comenta, medio en broma, un destacado diputado del PSOE.

La cita de Guerra sobre la "naci¨®n de naciones" que realiz¨® Zapatero en el Pleno terminaba hablando de la "identidad nacional" de los catalanes

La intervenci¨®n del presidente del Gobierno en el debate del pasado mi¨¦rcoles dej¨® algo sorprendidos a los parlamentarios socialistas. Sobre todo porque creyeron, hasta el ¨²ltimo momento, que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero intervendr¨ªa en dos ocasiones: una, para explicar la posici¨®n del Gobierno aceptando el debate de la propuesta de Estatuto, en la que se fijar¨ªan "las l¨ªneas rojas" del eventual acuerdo con el Parlamento catal¨¢n, y otra, inmediatamente despu¨¦s de la de Mariano Rajoy, para dar respuesta a lo que supon¨ªan, con raz¨®n, que iba a ser un duro discurso del l¨ªder de la oposici¨®n. El primero ser¨ªa un discurso m¨¢s t¨¦cnico, y el segundo, m¨¢s pol¨ªtico. En el ¨²ltimo minuto, sin embargo, el presidente del Gobierno opt¨® por renunciar a su derecho para intervenir despu¨¦s de Rajoy y esperar varias horas hasta que le llegara el turno normal en la tanda de r¨¦plica. Posiblemente, el presidente crey¨® que una respuesta r¨¢pida supondr¨ªa dar m¨¢s importancia al enfrentamiento entre el Gobierno y la oposici¨®n que a la discusi¨®n con los enviados del Parlamento catal¨¢n, a su juicio, los protagonistas de la sesi¨®n parlamentaria.

Los populares, por su parte, no dejaron suficientemente claro cu¨¢l ser¨ªa su papel en la Comisi¨®n Constitucional que debatir¨¢ la propuesta de nuevo Estatuto. Rajoy se limit¨® a anunciar que el PP se mantendr¨ªa "vigilante" de cada paso que se d¨¦. "Vamos a estar presentes", mantuvo, sin m¨¢s explicaciones. El resultado fue que los parlamentarios populares se quedaron algo confusos y fue necesario explicar mejor la posici¨®n popular unos d¨ªas m¨¢s tarde.

Estatuto de 1979

La idea de los dirigentes del PP es recurrir a un sistema parecido al que utiliz¨® el PSOE en 1979 en el debate del borrador de primer Estatuto de autonom¨ªa de Catalu?a de la democracia. En aquella ocasi¨®n, los socialistas optaron por no presentar enmiendas art¨ªculo por art¨ªculo, sino una serie de "consideraciones". La enumeraci¨®n de principios generales permiti¨® despu¨¦s a los portavoces del PSOE entrar a debatir las enmiendas y las propuestas de los otros grupos con total normalidad.

En cualquier caso, los populares admiten que el procedimiento puede ser parecido, pero que el contenido de su documento no tendr¨¢ nada que ver. El texto de 1979, precisamente, afirma que el grupo parlamentario socialista "desea iniciar la segunda fase de la negociaci¨®n con un criterio positivo y abierto que lo lleva a no hacer una exposici¨®n rigorista de los motivos de discusi¨®n o desacuerdo, sino a manifestar nuestro deseo de contribuir tanto a la negociaci¨®n global como a la pormenorizada, a encontrar las f¨®rmulas que satisfagan los leg¨ªtimos derechos auton¨®micos. (...) Por consiguiente, manifestamos nuestro deseo y nuestro derecho a entrar en la negociaci¨®n de todo el contenido del Estatuto". En el caso de los populares, lo que se pretende es formular una especie de "enmiendas-madre", es decir, una serie de principios que el PP considera constitucionales e inmodificables.

La lectura de los diarios de sesiones de 1979 ofrece otra interesante cita, la que record¨®, con toda intenci¨®n, el presidente del Gobierno el pasado mi¨¦rcoles. Un d¨ªa de agosto de 1979, en el que la Comisi¨®n Constitucional aprob¨® el texto del Estatuto de Sau, Alfonso Guerra, que entonces actu¨® de portavoz del PSOE y que ahora va a presidir la comisi¨®n que debate el nuevo Estatuto, dijo: "Nuestra idea, la idea de los socialistas, la concepci¨®n federal del Estado, nuestra propia concepci¨®n federal organizativa dentro del grupo al que represento, nos hace pensar que el Estatuto no es m¨¢s que una confirmaci¨®n de una tendencia de todos los pueblos que componen Espa?a. Espa?a como naci¨®n de naciones. Espa?a como conjunto de nacionalidades y regiones organizadas jur¨ªdicamente en un Estado de las autonom¨ªas, constitucionalmente garantizadas. Nuestra contribuci¨®n al Estatuto de Catalu?a ha sido una contribuci¨®n leal, una contribuci¨®n noble, de apoyo a la necesaria aspiraci¨®n de identidad nacional de los catalanes".