Por un dise?o sensible
Con un compromiso social, ecol¨®gico o ¨¦tico. Algunas firmas se rebelan ante la realidad de explotaci¨®n y contaminaci¨®n de la industria textil. Una tendencia que, por una vez, no tiene nada de fr¨ªvolo. Presentamos a algunas de las cabezas visibles de un cambio tranquilo y necesario.
En 1997, la multinacional de la ropa deportiva Nike hac¨ªa frente a art¨ªculos de prensa que la acusaban de utilizar mano de obra menor de edad en sus f¨¢bricas de Pakist¨¢n. El esc¨¢ndalo, destapado durante la Eurocopa de ese mismo a?o a ra¨ªz de la aparici¨®n de im¨¢genes que mostraban a ni?os cosiendo balones de la marca en talleres de dicho pa¨ªs, tuvo inmediatas consecuencias: como se?ala Guidelines (gu¨ªa para la protecci¨®n del entorno para la industria textil publicada en 2002 y financiada por la Agencia de Protecci¨®n del Medio Ambiente danesa), la firma norteamericana perdi¨® millones de d¨®lares en beneficios por el boicoteo de los consumidores. Nike tom¨® medidas y, seg¨²n la coordinadora Campa?a Ropa Limpia, "en la actualidad parece que, en la medida que la complejidad del problema lo permite, el uso de trabajo infantil no est¨¢ generalizado en sus empresas subcontratadas".
Dentro de la industria textil, uno de los mayores motores de la econom¨ªa mundial, Nike no es un caso aislado. Como ocurre con tantas otras grandes compa?¨ªas, gran parte de su producci¨®n proviene de f¨¢bricas subcontratadas, localizadas con frecuencia en pa¨ªses de Asia y Am¨¦rica del Sur. Seg¨²n c¨¢lculos elaborados por Unicef, 246 millones de ni?os y ni?as son v¨ªctimas del trabajo infantil, frecuentemente ocultos "tras las paredes de talleres o fuera de la vista del p¨²blico en plantaciones". La regi¨®n de Asia y el Pac¨ªfico alberga el mayor n¨²mero de ni?os trabajadores de entre 5 y 14 a?os: 127,3 millones en total. Ante tal situaci¨®n y a falta de un control fiable por parte de los Gobiernos locales, c¨®digos de conducta (Nike tiene el suyo desde 1992, que va actualizando peri¨®dicamente) y auditor¨ªas tanto internas como externas aseguran que los proveedores se ci?en a los requerimientos m¨ªnimos fijados tanto por la OIT (Organizaci¨®n Internacional del Trabajo) como por las empresas en particular, y ayudan a mantener a raya males end¨¦micos como el mencionado trabajo infantil, la insalubridad de las factor¨ªas y los horarios o sueldos abusivos. Y, por supuesto, a preservar la reputaci¨®n de las multinacionales.
Lo conflictivo de esta industria se manifiesta tambi¨¦n en lo medioambiental. Ampliamente basada en el cultivo del algod¨®n, ¨¦ste supone s¨®lo el 5% de la superficie cultivada mundial, pero, por el contrario, consume una cantidad desproporcionada de plaguicidas. Seg¨²n Organic Exchange, ONG dedicada a la promoci¨®n de los cultivos org¨¢nicos, el algod¨®n convencional consume el 25% de los insecticidas y m¨¢s del 10% de los plaguicidas usados en el mundo, y utiliza fungicidas, herbicidas y defoliantes altamente t¨®xicos. Adem¨¢s de resultar extremadamente perjudiciales para el suelo y la flora y fauna adyacentes, riesgos para la vida humana como c¨¢ncer, defectos de nacimiento y des¨®rdenes nerviosos han sido asociados a estos productos qu¨ªmicos. Por contra, el algod¨®n org¨¢nico est¨¢ exento de estos compuestos, lo cual favorece la renovaci¨®n del suelo y da lugar a plantas m¨¢s fuertes. Estos cultivos son todav¨ªa escasos para hacer frente a las demandas de gran volumen, pero el objetivo de Organic Exchange es que, para el a?o 2010, estos cultivos (radicados en pa¨ªses como Estados Unidos, Per¨², India, Turqu¨ªa o Estados africanos como Mozambique, Mal¨ª o Zimbabue), de la mano de un crecimiento lento y constante, supongan el 10% de la producci¨®n total. En parte, se puede ser optimista: grandes compa?¨ªas como la sueca H&M ya incluyen un 5% de algod¨®n org¨¢nico en algunas l¨ªneas de productos; la mencionada Nike estima que actualmente el 30% de sus prendas contienen alg¨²n porcentaje del mismo y, para 2010, pretende que todas sus prendas de algod¨®n contengan un m¨ªnimo del 5% org¨¢nico. Otras m¨¢s peque?as -y pioneras- dieron el salto hace a?os: el fabricante norteamericano de ropa de monta?a Patagonia ya produc¨ªa en 1996 todas sus prendas de algod¨®n con 100% org¨¢nico.
La moda, que suele identificarse con un consumo excesivo y de pautas cambiantes, se enfrenta al reto de demostrar que se puede ser rentable y a la vez producir de manera socialmente ¨¦tica y ecol¨®gicamente sostenible. Y van surgiendo soluciones. Contra la corriente general de deslocalizaci¨®n de la producci¨®n a pa¨ªses como China (gracias a sus bajos costes y capacidad para dar r¨¢pida respuesta a grandes pedidos), la marca de ropa casual American Apparel propone la integraci¨®n vertical como alternativa para "crear prendas que la gente quiera llevar sin apoyarse en el trabajo barato". Fundada por el canadiense Dov Charney, esta empresa fabrica y distribuye sus camisetas y productos relacionados ¨ªntegramente desde su f¨¢brica de Los ?ngeles. Una factor¨ªa en la que el salario medio de los operarios es de 12,50 d¨®lares (m¨¢s del doble que el salario m¨ªnimo estadounidense), con jornadas laborales que "raramente superan las ocho horas" y que, con unas ventas que en 2005 se espera que alcancen los 250 millones de d¨®lares, prueba que el sistema funciona. American Apparel es, junto con otras nuevas firmas, una de las iniciativas en el mundo de la moda que pretenden solucionar desde la base algunos de los conflictos que plantea la industria textil. Ya sea paliando el impacto ecol¨®gico de la producci¨®n, mejorando las condiciones de los trabajadores o aumentando la concienciaci¨®n sobre temas de profundo alcance social, las tres empresas que siguen son un ejemplo a seguir.
01 Katharine Hamnett
Katharine E Hamnett es la ¨²ltima apuesta de la dise?adora que mejor enarbola la bandera de la moda como arma de reivindicaci¨®n pol¨ªtica, ecol¨®gica y social. E de "¨¦tico". E de "ecol¨®gico". Programada para salir a la venta en la primavera de 2006, la nueva etiqueta de Hamnett consiste, en principio, en una colecci¨®n de ropa masculina producida en Inglaterra, otros pa¨ªses de la UE y en f¨¢bricas de la India "socialmente certificadas". Y, seg¨²n ella, responde al ¨²nico espacio disponible en un mercado saturado: "b¨¢sicos de firma sofisticados y de la mejor calidad, con precios realistas y ¨¦ticamente asegurados. Es un producto pensado para que lo compres porque te gusta. Todos los procesos de te?ido son limpios, su manufactura tambi¨¦n, el corte es precioso? Y el precio es muy comercial". La seguridad con la que defiende su ¨²ltima iniciativa es la misma que llev¨® a esta dise?adora brit¨¢nica a presentarse en 1985, durante una recepci¨®n del Gobierno, con una camiseta que dec¨ªa "58% Don't Want Pershing" delante de la entonces primera ministra, Margaret Thatcher. Una referencia directa a la negativa popular a los misiles Pershing estadounidenses que Thatcher permiti¨® instalar en bases brit¨¢nicas para hacer frente a la URSS. Hoy, el mayor objetivo de Hamnett es despertar la conciencia de los consumidores sobre los "horrores" de la industria de la moda: "La gente piensa que cambiar las cosas es ¨²nicamente misi¨®n de los Gobiernos, cuando los Gobiernos est¨¢n dominados por la industria. Hemos perdido el control de la democracia, y lo ¨²nico que podemos hacer es informar al consumidor e intentar no comprar objetos fabricados de la manera err¨®nea. El mejor ejemplo es lo que ocurri¨® con el CFC de los aerosoles. Cuando los consumidores se enteraron del efecto de esa sustancia en la capa de ozono, dejaron de comprar los productos que lo conten¨ªan. Forzaron el cambio. Por eso digo que si de verdad queremos algod¨®n org¨¢nico, por ejemplo, podemos obtenerlo". Para empezar, un 15% de los beneficios netos de la nueva marca ser¨¢n destinados a la Katharine Hamnett Foundation. Determinaci¨®n, temple y una buena raz¨®n para estar orgullosa: "Con esta colecci¨®n hemos probado que se puede hacer ropa de manera ¨¦tica y que sea verdaderamente cool".
M¨¢s informaci¨®n en www.katharineehamnett.com.
02 Rogan
Rogan Gregory es el dise?ador detr¨¢s de cuatro marcas: Loomstate, EDUN, A Litl Btr y la hom¨®nima Rogan. La perspectiva de este californiano afincado en Nueva York sobre lo que debe ser una firma de moda pretende fijar nuevos est¨¢ndares para la industria: "Mis objetivos se basan en tres principios: rentabilidad, responsabilidad social y responsabilidad medioambiental. No soy perfecto, pero actuar de manera respetuosa, ya sea con la gente o con el medio ambiente, es gran parte de lo que quiero conseguir". Y para ello coordina esfuerzos para que cada una de sus marcas cumpla al m¨¢ximo con unos m¨ªnimos requisitos ¨¦ticos. Si para la producci¨®n de Rogan, su ya establecida marca de culto, se utiliza algod¨®n org¨¢nico "en la medida de lo posible, pese a que el porcentaje exacto en cada prenda es dif¨ªcil de cuantificar", Loomstate es, en cambio, un veh¨ªculo para la promoci¨®n de ropa 100% org¨¢nica. EDUN, por su parte, es la marca que ha creado con Ali Hewson, la mujer de Bono, l¨ªder de la banda U2. Una sensaci¨®n medi¨¢tica con la que pretenden crear trabajo sostenible en pa¨ªses en desarrollo. "Intentamos producir en partes del mundo que necesitan el trabajo, como Per¨², el norte de ?frica o la India. Mucha producci¨®n est¨¢ siendo deslocalizada a pa¨ªses de Asia, lo cual est¨¢ bien, as¨ª es como son las cosas en el mercado capitalista, pero mucha gente se queda atr¨¢s en el proceso. Y ¨¦se es el objetivo de Edun: proporcionar comercio a estos pa¨ªses que necesitan m¨¢s apoyo". El ¨²ltimo proyecto de Rogan es un ejemplo de c¨®mo la nueva generaci¨®n de dise?adores quiere huir de la despreciada "est¨¦tica ecol¨®gica" de fibras sin te?ir y prendas sin forma: A Litl Betr ("Un poco mejor") es una colecci¨®n de trajes de alta gama confeccionados artesanalmente en Jap¨®n y lanzada este invierno. Y que, gracias a su credibilidad streetwear, deber¨ªa funcionar tan bien como el resto de sus l¨ªneas. Eso s¨ª, y como ¨¦l mismo se?ala con prudencia, "poco a poco".
03 Designers Against AIDS
DAA son las iniciales del proyecto que ha logrado dar una dimensi¨®n actual al manido concepto de ropa ben¨¦fica. Bajo el nombre Dise?adores contra el sida, figuras conocidas de la moda, la m¨²sica y el deporte se han unido para dise?ar unas camisetas de las que el 50% de los beneficios netos van a parar al Institute for Tropical Medicine belga, dedicado a la investigaci¨®n contra el sida. El proyecto ha sido instigado por la fundaci¨®n art¨ªstica Beauty Without Irony, radicada en Amberes y dirigida por Ninette Murk y Javier Barcala. Una plataforma que, como se?ala Barcala, lleva tres a?os "combinando la moda y el arte en un espacio libre de creaci¨®n no vinculado al comercio. El sida no es precisamente una enfermedad de moda en estos momentos, aunque desgraciadamente haya nuevas variantes del virus m¨¢s fuertes que nunca. El olvido nos parece extremadamente peligroso y quer¨ªamos remediarlo utilizando las armas que tenemos m¨¢s a mano: las marcas de moda y los medios de comunicaci¨®n". La novedad es que, en este caso, en vez de tratarse de camisetas con un lazo rojo estampado, DAA ha nacido como una marca de moda "con unos dise?adores con sentido del humor suficiente como para alejarse por el momento del dramatismo que rodea el hablar del tema otras veces, darle una din¨¢mica distinta y convertirlo en algo atractivo". Dise?adores como Bernhard Willhelm o Marina Yee, m¨²sicos como Robert Smith, de The Cure, y el futbolista ingl¨¦s David James se han implicado en la primera fase de un proyecto que, adem¨¢s de camisetas, en un futuro incluir¨¢ zapatillas, brazaletes y fundas para preservativos. ?Los pr¨®ximos nombres confirmados? Entre otros, Rogan, ?gatha Ruiz de la Prada o el grupo Chicks On Speed.
M¨¢s informaci¨®n en www.designersagainstaids.com y www.beautywithoutirony.com.
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