Todos los ojos puestos en el cielo
Decenas de aficionados a la astronom¨ªa acudieron al Planetario el viernes por la noche para contemplar Marte
Unos 70 millones de kil¨®metros separaban Marte de la Tierra el viernes pasado. Son muchos kil¨®metros, pero es la menor distancia existente entre ambos planetas desde agosto de 2003. Y para los aficionados a la astronom¨ªa, una oportunidad que no se puede despreciar.
Por eso, alrededor de cincuenta madrile?os se juntaron anteayer en las inmediaciones del Planetario del parque de Tierno Galv¨¢n con una decena de telescopios para observar el planeta rojo.
Al lado de cada reflector, que en algunos casos alcanzaban un valor de 800 euros, trabajaba un piloto de la Agrupaci¨®n Astron¨®mica de Madrid, que enfocaba el aparato y atend¨ªa las dudas del p¨²blico que hab¨ªa acudido a la observaci¨®n.
El planeta rojo se acerca a la Tierra cada dos a?os aproximadamente
El ingeniero Rafael Gonz¨¢lez formaba parte del equipo de la agrupaci¨®n. Mientras posicionaba el reflector, asegur¨® que la cercan¨ªa de Marte era debido al periodo de ¨®rbitas de ambos planetas -de 637 d¨ªas en el caso del planeta rojo y 365 d¨ªas para la Tierra- y su distinta geometr¨ªa. A simple vista, Marte era visible, parec¨ªa una estrella especialmente brillante, pero con la ayuda de los telescopios Marte se pod¨ªa apreciar con una mayor nitidez. Pero incluso su dimensi¨®n reducida -tiene un di¨¢metro alrededor de la mitad de la Tierra- se ve¨ªa estos d¨ªas con un tama?o angular en el cielo de 20 segundos de arco, algo menos de los 25 segundos de su ¨²ltima apariencia en el verano de 2003, cuando Marte estaba a s¨®lo 56 millones de kil¨®metros de la Tierra.
La observaci¨®n nocturna era organizada por el Planetario de Madrid, pero como es habitual en estos actos, que se celebran varias veces al a?o, la agrupaci¨®n de astr¨®nomos se encargaba del acontecimiento. "Somos unos 400 miembros, 70 de los cuales son activos, y nos sostenemos gracias en parte por el Planetario que nos paga por acudir con telescopios y astr¨®nomos para que el p¨²blico participe en las observaciones", explic¨® Gonz¨¢lez.
Estos actos no siempre son f¨¢ciles de planear, ya que dependen de la colaboraci¨®n del tiempo. "Realmente ten¨ªamos previsto juntarnos la semana pasada para ver a Marte, pero la lluvia y las nubes nos obligaron a posponer el acto una semana", comentaron los organizadores.
Las condiciones meteorol¨®gicas tambi¨¦n determinan el flujo del p¨²blico. Su escasa presencia ayer era por las bajas temperaturas nocturnas, seg¨²n justific¨® Gonz¨¢lez. "En verano hemos juntado a m¨¢s de 2.000 personas", se?al¨®.
Aunque la explanada del Planetario parec¨ªa un lugar privilegiado para los amantes de los cielos, Gonz¨¢lez afirm¨® que la capital, como la mayor¨ªa de las grandes ciudades, plantea verdaderos dolores de cabeza para los aficionados a la astronom¨ªa. "Hay tanta contaminaci¨®n lum¨ªnica en Madrid que s¨®lo se pueden observar los acontecimientos m¨¢s intensos. Para ver bien las estrellas y otros fen¨®menos, hay que ir, por lo menos, a la sierra", asegur¨®.
El aficionado ?scar Ayuste, que acudi¨® al parque con su propio telescopio, afirm¨® que una tendencia que gana adeptos entre los amantes de la astronom¨ªa es utilizar Internet para observar los fen¨®menos celestiales. "Hay varias organizaciones con telescopios potentes que dan la posibilidad de visionar en tiempo real los fen¨®menos astron¨®micos; s¨®lo hace falta saber manejar una webcam", dijo Ayuste.
Pero lo que casi todos los aficionados afirmaban era que la astronom¨ªa era algo que les hab¨ªa enganchado desde su juventud. Era el caso de ?ngel Garc¨ªa, de 71 a?os, que desafi¨® el fr¨ªo del viernes para ver el planeta rojo.
A?oraba el cielo de su juventud, cuando hasta en la capital se pod¨ªa salir por la noche y visionar cientos de estrellas, y algunas fugaces incluso. "Mi primer telescopio lo hice a mano en los a?os cuarenta con espejos y lentes. No hab¨ªa dinero y era la ¨²nica manera", reflexion¨® el observador.
Tambi¨¦n record¨® algunos de los acontecimientos astron¨®micos que m¨¢s le han impactado. "Para m¨ª y muchos m¨¢s, el paso del cometa Hale-Bopp en 1987 era uno de los grandes momentos", asegur¨®. Aquello era un hito de la astronom¨ªa ya que el cometa era tan brillante que se pod¨ªa ver sin la ayuda de un telescopio durante 569 d¨ªas.
De momento, no hay ning¨²n acontecimiento tan espectacular como el cometa Hale-Bopp a corto plazo, seg¨²n Gonz¨¢lez. Pero anima a acudir el pr¨®ximo verano a los m¨²ltiples visionados que tienen previstos. "El verano es la mejor ¨¦poca aqu¨ª; venir al parque por la noche un fin de semana para contemplar el cielo tiene su magia y es una fabulosa alternativa de ocio".
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