Una cumbre de presidentes para hablar de Andaluc¨ªa

Manuel Chaves no tiene intenci¨®n de discutir sobre el Estatuto catal¨¢n en la Conferencias de Presidentes que hoy arranca en el Senado. Durante tres d¨ªas, los jefes de los Ejecutivos de todas las comunidades tendr¨¢n que debatir sobre la reforma de la C¨¢mara alta, los cambios de los estatutos para la ampliaci¨®n de competencias, las relaciones entre administraciones y la financiaci¨®n auton¨®mica. Eso, sobre el papel ,pero a nadie se le escapa que esta importante cita se produce cuando la reforma del proyecto de Estatuto catal¨¢n se encuentra ya en el Congreso de los Diputados.

Dice Chaves que ¨¦l va a hablar s¨®lo de Andaluc¨ªa, pero a nadie se le escapa que ¨¦l se ha convertido en el mascar¨®n de proa de la ofensiva socialista para contrarrestar a un PP que ha encontrado en este asunto la principal v¨ªa con la que erosionar, seriamente, al gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.

En este empe?o concentran ahora todas su fuerzas la derecha espa?ola que se va a encontrar de frente a un Manuel Chaves en torno al cual los socialistas parece que cierran filas.

A¨²n as¨ª, el presidente andaluz sabe que tambi¨¦n se la juega si sale adelante un estatuto catal¨¢n que consagre privilegios en materia de financiaci¨®n auton¨®mica y en cuanto a la definici¨®n de esa comunidad como naci¨®n. Sobre lo primero, todo son inc¨®gnitas en torno a qu¨¦ va a quedar de la intenci¨®n inicial de los catalanes. Maragall insiste en no ceder en esta materia de los dineros ni un ¨¢pice, pero ha de hacerlo si no quiere contar con el rechazo total de los mismos socialistas del resto de comunidades, encabezados por el propio Chaves. Su papel como presidente y l¨ªder del PSOE se pondr¨¢ en valor, por tanto, a partir de ahora, m¨¢s que nunca, pero tambi¨¦n su condici¨®n de presidente de la Junta andaluza, cuyos intereses no deben verse mermados, bajo ning¨²n concepto, por las reivindicaciones del tripartito catal¨¢n.

En definitiva, Chaves tiene que guardar un dif¨ªcil equilibrio teni¨¦ndose en cuenta su doble condici¨®n de presidente de una de las comunidades m¨¢s importantes, y que m¨¢s tiene que decir en este debate territorial como es Andaluc¨ªa, y como presidente del PSOE.

Pero similar reto tiene ante s¨ª el presidente del PP andaluz, Javier Arenas. Debe conciliar su estrategia de entrar de lleno en el proceso de reforma del Estatuto andaluz y, al mismo tiempo, con la de asumir el papel m¨¢s agresivo y beligerante posible contra el estatuto catal¨¢n. En sus cr¨ªticas ha ido m¨¢s all¨¢ que ning¨²n otro dirigente popular al comparar el Parlamento catal¨¢n con la banda terrorista ETA. Dice lo que otros en las filas del PP no quieren o no se atreven a afirmar. Una aguerrida respuesta que no se sabe si obedece a un af¨¢n de hacer m¨¦rito ante su jefe, Mariano Rajoy o a que, sencillamente, el cuerpo le pide guerra.

De todas formas, se desconoce, al menos por ahora, si este dif¨ªcil rol que asume Javier Arenas es lo que m¨¢s le pueda interesar de cara a sus expectativas electorales en Andaluc¨ªa en donde a¨²n se recuerda el desgraciado papel que jug¨® la derecha con su campa?a en contra de nuestro estatuto. Todav¨ªa est¨¢n pagando ese error hist¨®rico, pero puede que no sea el ¨²nico, sobre todo si la deriva anticatalana que ha emprendido Arenas le lleva a extremos tan delirantes como los que comenzamos a observar en estos d¨ªas..