El Madrid exprime lo que tiene
Un penalti marcado por Roberto Carlos premia el voluntarismo del equipo de Luxemburgo ante un Zaragoza sin alma
Un penalti ejecutado por Roberto Carlos por orden estricta de Luxemburgo permiti¨® al Madrid sumar una nueva victoria, lo que no es poco en estos tiempos de penurias m¨¦dicas en la entidad de Chamart¨ªn. Del triunfo tuvo mucho que ver Robinho, v¨ªctima y verdugo en los tres minutos decisivos del choque. Dos desmarques suyos retrataron a los dos torpes laterales del Zaragoza, Toledo y Ponzio, que arrollaron al brasile?o dentro del ¨¢rea. Penalti y penalti. Del primer disparo se encarg¨® el propio Robinho, pero C¨¦sar le dej¨® en vilo al desviar el tiro. Una jugada fallada que permiti¨® a la hinchada descubrir un rasgo sobresaliente de la personalidad de este chico reci¨¦n llegado al gran escaparate: a Robinho le sobra gallard¨ªa. Ante el segundo penalti, el que le hizo Ponzio, el fam¨¦lico delantero brasile?o respondi¨® de forma sensacional. Cogi¨® la pelota de inmediato y se dirigi¨®, con premura y decisi¨®n, a redimir su fallo anterior. Ya se sabe que el penalti es esa suerte del f¨²tbol en la que el verdugo puede convertirse en la v¨ªctima. Le hab¨ªa pasado a ¨¦l, pero no se achic¨®. En esas lleg¨® uno de sus padrinos, Roberto Carlos, le susurr¨® al o¨ªdo, y apunt¨® a C¨¦sar. El lateral, por orden del t¨¦cnico, puso sobre la hierba sus galones y evit¨® a su compatriota otra posible condena. O un alivio may¨²sculo, qui¨¦n sabe. Pero la actitud de todos fue irreprochable.
REAL MADRID 1 - ZARAGOZA 0
Real Madrid: Casillas; Michel Salgado, Pav¨®n, Woodgate (Mej¨ªa, m. 23), Roberto Carlos; Beckham, Diogo (Soldado, m. 60), Sergio Ramos, Guti; Ra¨²l y Robinho (Ra¨²l Bravo, m. 88).
Zaragoza: C¨¦sar; Ponzio, ?lvaro, Gabriel Milito, Toledo; Celades (Movilla, m. 80), Generelo (Zapater, m. 73); Ewethon, Cani (?scar, m.80), Savio; y Diego Milito.
Gol: 1-0. M. 77. Roberto Carlos, de penalti.
?rbitro: Mu?iz Fern¨¢ndez. Mostr¨® cartulina amarilla a Beckham, Cani, Celades, Ponzio y Savio.
Unos 78.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u. En el minuto 75, C¨¦sar par¨® el primero de los dos penaltis del partido, ejecutado por Robinho despu¨¦s de que sobre ¨¦l cometiera falta Toledo.
Mientras vuelven los lesionados, el equipo modela a Robinho y la hinchada admira a Ramos
El gol de Roberto Carlos premi¨® la mejor disposici¨®n del Madrid que, falto de estrellas y con la alineaci¨®n parcheada, se vio obligado a exponer una alta dosis de voluntarismo. Todo lo contrario que su rival, un equipo sin alma, tan blando como un bizcocho. Entre las rebajas en la alineaci¨®n del Madrid y la parsimonia del Zaragoza, el encuentro result¨® un tost¨®n hasta que el equipo local meti¨® una nueva velocidad al duelo, lo que no ocurri¨® hasta la segunda mitad. El equipo ma?o sed¨® el partido desde el calentamiento y el Madrid apenas encontr¨® respuesta a la escu¨¢lida propuesta del grupo de V¨ªctor Mu?oz. Lejos de ensa?arse con un equipo tan lleno de cicatrices, el Zaragoza se tom¨® la tarde de forma pachanguera, a la bartola, sin una chispa de energ¨ªa, sin ninguna convicci¨®n. As¨ª que cerrado el primer tiempo, el conjunto aragon¨¦s no hab¨ªa rematado una sola vez, ni al tercer anfiteatro siquiera. No tuvo otra propuesta que abanicar el juego sin ton ni son. Una apuesta birriosa, pero suficiente para complicar la victoria al Madrid, que tiene a la mayor parte de sus patricios en la enfermer¨ªa.
Luxemburgo no tiene un gran cesto en el que elegir, sobre todo en el medio campo, pero su receta resulta cuestionable. Sin Gravesen y Pablo Garc¨ªa, el t¨¦cnico brasile?o ha envidado por una pareja postiza. Como pivote, Sergio Ramos puede ser un recurso de urgencia, porque tiene quite y un pase largo muy apreciable. En la misma posici¨®n, Diogo no es nada. A cambio, Luxemburgo mantiene exiliado a De la Red, un centrocampista puro al que se le supone alguna condici¨®n interesante, puesto que el Madrid le tiene alistado en el filial, en Segunda Divisi¨®n.
Tan poco claro lo tiene el entrenador que en cuanto se lesion¨® Woodgate, mediado el primer tiempo, dio vuelo a un central (Mej¨ªa). Ubic¨® a ¨¦ste como pivote y retras¨® a Ramos. Como si en el eje pueda anclarse cualquier futbolista. Al m¨ªster no le gust¨® el gaseoso experimento y devolvi¨® a Ramos, el mejor de la noche, a su zona inicial. Ciertamente, ante un contrario tan flojo, Ramos no pintaba nada delante de Casillas. En realidad, hasta el propio meta madridista pudo tomarse unas vacaciones durante todo el primer acto. S¨®lo al inicio del tramo final, cuando Diego Milito ramat¨® al larguero y Savio carg¨® un par de veces su zurda, se dej¨® ver el Zaragoza. Y tambi¨¦n en el ¨²ltimo suspiro, cuando Casilla hizo una soberbia parada tras un zapatazo de Movilla pasado el minuto 90. Un espejismo, porque s¨®lo el Madrid tuvo un gui¨®n destacable durante todo el partido. El Zaragoza no tuvo discurso: seco en ataque, lento como pocos en la zona central, y muy confuso en los laterales de su defensa.
Tras tocar fondo en Riazor, el Madrid, que lleva tres victorias consecutivas sin encajar un gol, ha sabido negociar los resultados con lo que le queda sano. Tiene grietas en todo el pasillo de seguridad -Helguera, Pablo Garc¨ªa, Baptista y Ronaldo- y le cuesta coser cada alineaci¨®n. Casillas y Ramos sostienen al equipo atr¨¢s; Robinho y Ra¨²l deben poner la dinamita; y Beckham siempre est¨¢ para cualquier rosca que sea menester. Y queda Guti, claro, autor del fant¨¢stico pase a Robinho en el primer penalti. As¨ª, sin un hilo de f¨²tbol, pudo con el Zaragoza, al que fue capaz de someter a base de un encomiable ejercicio de fe en la segunda parte, cuando apret¨® los dientes y meti¨® en la cueva a su p¨¢lido rival. Apareci¨® Robinho -a¨²n lejos de aquel jugqador que debutara en C¨¢diz- y Roberto Carlos machac¨® la red. Lo que no es poco: un bot¨ªn de tres puntos a la espera de que se rehabiliten Ronaldo y compa?¨ªa. Hasta entonces el Madrid ha encontrado la forma de exprimir lo que le queda. De momento modela a Robinho -ayer superado por C¨¦sar, en el penalti y en un remate cara a cara, pero muy din¨¢mico para barrer el frente de ataque- y admira a Sergio Ramos, un jugador de cuerpo entero que lleva camino de instalarse de por vida en Chamart¨ªn.
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