Clonaci¨®n: capital, Se¨²l
La irrupci¨®n de Corea del Sur en el incipiente e incierto campo de la clonaci¨®n terap¨¦utica es uno de los primeros indicios de un fen¨®meno in¨¦dito: un ¨¢rea biotecnol¨®gica dominada por un pa¨ªs asi¨¢tico. Durante los cinco a?os en que el Goliat estadounidense de la investigaci¨®n biom¨¦dica ha permanecido fuera de juego por el veto financiero de Washington, el cient¨ªfico coreano Woo-suk Hwang ha logrado clonar los primeros embriones humanos, derivar de ellos las primeras c¨¦lulas madre gen¨¦ticamente id¨¦nticas a pacientes de varias enfermedades, y fundar, el mes pasado, un servicio de clonaci¨®n que trabajar¨¢ para los laboratorios de todo el mundo que lo soliciten, a cambio de una tasa.
En este caso no ayuda seguir la pista del dinero. El presupuesto surcoreano para investigar con c¨¦lulas madre -24 millones de euros- da risa frente a los 3.000 millones de d¨®lares que la California de Arnold Schwarzenegger aprob¨® el a?o pasado para el mismo fin. Pero los cient¨ªficos californianos todav¨ªa no han visto un centavo, ni lo ver¨¢n mientras no se resuelvan los pleitos entablados por los opositores a estas t¨¦cnicas. Hwang y su medio centenar de t¨¦cnicos altamente preparados seguir¨¢n trabajando en dos turnos de 12 horas para producir cada a?o centenares de l¨ªneas de c¨¦lulas madre clonadas de pacientes. Una decena de laboratorios de EE UU han encargado ya sus c¨¦lulas, muy valiosas para estudiar las enfermedades humanas y para probar nuevos f¨¢rmacos.
El hallazgo de un m¨¦todo eficaz para convertir las c¨¦lulas madre clonadas de un diab¨¦tico en tejidos productores de insulina que se puedan implantar a ese mismo diab¨¦tico, o para convertir las c¨¦lulas madre clonadas de un enfermo de Parkinson en neuronas que puedan reemplazar a las desaparecidas, tendr¨ªa consecuencias econ¨®micas incalculables. Pero la clonaci¨®n y las c¨¦lulas madre son s¨®lo ciencia b¨¢sica por el momento, como demuestra el hecho de que la industria farmac¨¦utica no ha mostrado a¨²n inter¨¦s por ellas. La opini¨®n cient¨ªfica mayoritaria es que tendr¨¢n aplicaciones m¨¦dicas importantes, pero nadie sabe cu¨¢ndo. Hwang es un cient¨ªfico que juega limpio, trabaja mucho, cobra poco, publica sus datos con toda transparencia y ense?a sus m¨¦todos a los investigadores que se lo piden. El estilo de Silicon Valley no ha llegado todav¨ªa a Se¨²l. Pero los pa¨ªses asi¨¢ticos, China incluida, ya han aprendido a hacer ciencia occidental, y a veces la hacen mejor que Occidente.
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