Desaf¨ªo al borde del abismo
Espa?a se enfrenta a Eslovaquia con la necesidad de clasificarse y acabar con un periodo de dudas y decepciones
Un a?o de oportunidades perdidas desemboca esta noche en un partido imprevisto: Espa?a se enfrenta a Eslovaquia al borde del abismo. Lo har¨¢ en el Calder¨®n, con el equipo arropado por una hinchada que no fallar¨¢, frente a un rival con poco prestigio en la escena futbol¨ªstica, pero sin ning¨²n complejo. Eslovaquia jugar¨¢ hoy por la gloria. Es un pa¨ªs peque?o que ha logrado su independencia recientemente, un pa¨ªs que encuentra en el f¨²tbol un elemento impagable de cohesi¨®n. Ser¨¢ un equipo enardecido ante un desaf¨ªo hist¨®rico. La selecci¨®n eslovaca no ha disputado como tal ninguna Copa del Mundo y ahora tiene la ocasi¨®n de conseguirlo. Detr¨¢s tiene una buena escuela, con ¨¦xitos que superan los obtenidos por Espa?a. La antigua Checoslovaquia particip¨® en ocho ediciones de la Copa del Mundo, fue finalista dos veces (1934 y 1962) y conquist¨® la Eurocopa en 1976. No conviene, por tanto, desde?ar su potencial.
Espa?a es una gran potencia del f¨²tbol con un decepcionante palmar¨¦s. Tampoco atraviesa su edad de oro. La selecci¨®n fracas¨® en la Eurocopa de Portugal despu¨¦s de alcanzar el torneo en una situaci¨®n similar a la de ahora. Por segunda vez se ha visto abocada a la repesca. No se puede hablar de un problema circunstancial cuando se repite el mismo drama. La selecci¨®n ha entrado en un periodo de crisis que deber¨¢ torcer inmediatamente si no quiere que el des¨¢nimo sea absoluto. Hoy tiene la ocasi¨®n de enviar un mensaje optismista.
Luis Aragon¨¦s afirma que el equipo tiene que creer en s¨ª mismo para situarse entre los mejores del mundo. No es sencillo con los ¨²ltimos precedentes. La Eurocopa dej¨® heridas que han tardado en cicatrizar. Al equipo le ha faltado contundencia y confianza en sus posibilidades, dos defectos que no se puede permitir esta noche. Ha concedido goles cruciales en errores poco justificables y ha marcado muchos menos de lo que se espera en un equipo con tantos delanteros. Espa?a tiene que abandonar su aire superficial. Por una vez, tiene que demostrar que su juego tiene gancho.
No es un problema de mala elecci¨®n. Luis Aragon¨¦s ha convocado a los futbolistas que est¨¢n en la cabeza de cualquier aficionado. No hay mucho m¨¢s. Al equipo le toca acabar con su p¨¦simo rendimiento en los grandes encuentros. En el Calder¨®n se observar¨¢ sobre todo la fibra de los jugadores. Es cierto que es un equipo joven, con una media de edad de 24 a?os, pero la mayor¨ªa de sus componentes juegan en equipos sometidos a enormes exigencias. Les falta responder en la selecci¨®n como lo hacen en sus clubes. Les falta aclarar el misterio que envuelve a la selecci¨®n desde hace demasiado tiempo. Quiz¨¢ en ning¨²n pa¨ªs se observa tanto la distancia entre los ¨¦xitos de los clubes y el rendimiento del equipo nacional. Con todas las prevenciones que genera la selecci¨®n, el partido frente a Eslovaquia puede generar un cambio, al menos por lo que respecta a la actual generaci¨®n de futbolistas. No es la primera vez que un equipo se agrupa en las dificultades y comienza la escalada. Hace falta que dentro de la selecci¨®n se genere una sensaci¨®n de autoestima que ahora no existe. A Luis le corresponde instalar esa idea en unos jugadores que han dado pruebas de des¨¢nimo en los momentos decisivos.
Posiblemente hoy no se trate de un partido para dirimir grandes cuestiones t¨¢cticas. Si Espa?a consigue clasificarse para el Mundial, el seleccionador tendr¨¢ tiempo para afinar un sistema que no acaba de funcionar. Eso queda para los pr¨®ximos meses, siempre y cuando la selecci¨®n ofrezca la firmeza necesaria para superar el dif¨ªcil trago de la repesca. Es decir, si por fin se convierte en un equipo adulto, sin dudas, capaz de imponerse no s¨®lo a Eslovaquia, sino a los fantasmas que han invadido a la selecci¨®n en los ¨²ltimos a?os.
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