El Frente Nacional celebra el giro a la derecha del Gobierno franc¨¦s
La ultraderecha espera beneficiarse de la ola de violencia callejera
"Le Pen ya lo hab¨ªa dicho". ?ste es el mensaje que el Frente Nacional tratar¨¢ de hacer cuajar en la opini¨®n p¨²blica francesa en los pr¨®ximos d¨ªas con el objetivo no disimulado de reclamar la paternidad del mensaje que desde la semana pasada viene lanzando el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, sobre la necesidad de expulsar a los inmigrantes implicados en la oleada de violencia de las ¨²ltimas dos semanas.
El Frente Nacional celebra el endurecimiento del discurso de Sarkozy, pero su l¨ªder, el veterano Jean-Marie Le Pen, espera que el electorado se acuerde de ¨¦l: "Hemos sido nosotros, y no la UMP, los que tradicionalmente hemos defendido estas ideas".
Y es que para la extrema derecha francesa la profunda crisis que padece el pa¨ªs puede ser la oportunidad de oro para recuperar los excelentes resultados que cosech¨® a mediados de los a?os noventa y que, pese a su notable tir¨®n en las presidenciales de 2002, no ha logrado repetir en los ¨²ltimos comicios legislativos, locales y regionales. Por esta raz¨®n, el entorno de Le Pen ya ha puesto en marcha toda su maquinaria propagand¨ªstica para mantener su identidad como partido y su discurso singular frente a un Gobierno franc¨¦s que, bajo la influencia de Nicolas Sarkozy, no deja de radicalizar su mensaje en torno a la inmigraci¨®n.
La primera medida de la ultraderecha ha sido convocar una manifestaci¨®n para el pr¨®ximo lunes en pleno centro de Par¨ªs que encabezar¨¢ el propio Le Pen y que estar¨¢ presidida por dos lemas: el mencionado "Le Pen ya lo hab¨ªa dicho" y otro dirigido directamente a los inmigrantes: "Francia, o la quieres o la dejas".
A medio plazo, el objetivo son las elecciones municipales de 2007. Para entonces, el Frente Nacional intentar¨¢ haber cicatrizado las heridas que le dej¨® su escisi¨®n de 1998, protagonizada por el d¨ªscolo Bruno M¨¦gret, y que llev¨® a la aparici¨®n del Movimiento Nacional Republicano, partido que ha logrado notables resultados en el sureste franc¨¦s, tradicional granero de votos del Frente Nacional.
Es precisamente en las regiones de Provenza-Costa Azul, Roina-Alpes y Languedoc Rousillon donde el Frente Nacional tratar¨¢ de convertir en un gran revulsivo los tumultos de las ¨²ltimas dos semanas. Jackie Blanc, el jubilado que dirige con mano de hierro el Frente Nacional de Marsella, asegura que desde el principio de la oleada de violencia, los tel¨¦fonos de la modesta sede del partido en la segunda ciudad francesa no dejan de sonar. "Llevamos dos semanas en las que no pasa un d¨ªa que no tengamos al menos un nuevo militante; las llamadas de apoyo las contamos por decenas. Aunque, cr¨¦ame, no nos alegramos en absoluto de la situaci¨®n que se ha creado; antes que nada somos patriotas franceses".
Desde el batacazo electoral sufrido por el Frente Nacional en esta regi¨®n en las municipales de 2001, cuando perdi¨® la mayor parte de las alcald¨ªas ganadas en 1996, su discurso se ha moderado hasta el punto de que en muchas ocasiones cuesta diferenciarlo del que practica la derecha tradicional a escala local.
"En 2001 pagamos el precio de la divisi¨®n", se lamenta Blanc tratando de obviar los graves esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en los que se vieron implicados buena parte de los alcaldes de su formaci¨®n. "Ahora tenemos un discurso m¨¢s pragm¨¢tico y realista", afirma.
Abuelos espa?oles
Sin embargo, Blanc no tarda en reafirmarse en los postulados m¨¢s ortodoxos del Frente Nacional al culpar a la inmigraci¨®n de todos y cada uno de los problemas que sufre Francia. "A diferencia de tantos inmigrantes llegados en los a?os cincuenta y sesenta, entre ellos mis abuelos espa?oles, los inmigrantes de ahora no vienen a trabajar; s¨®lo quieren repoblar Francia y aprovecharse de su sistema social. Esto es lo que debemos combatir", afirma impasible.
Para que nadie olvide que la derecha tradicional sigue siendo su gran enemiga, Blanc no duda en recordar que fue el actual presidente de la rep¨²blica, Jacques Chirac, quien en 1975, entonces primer ministro, abri¨® la posibilidad de la reagrupaci¨®n familiar de los inmigrantes. "Llegaron en masa. Aquello fue el principio del cataclismo que vivimos ahora", afirma Blanc.
Contra la inmigraci¨®n
Cerrar cualquier mecanismo de reagrupaci¨®n familiar de los nuevos inmigrantes es lo que buscan ahora tanto el Frente Nacional como el Movimiento Nacional Republicano de Bruno M¨¦gret, los dos grandes partidos ultraderechistas de Francia.
En su ¨²ltimo mensaje de esta semana, M¨¦gret ha repetido su receta para acabar con los disturbios: "Impedir cualquier nueva inmigraci¨®n, expulsar a todos los extranjeros clandestinos, castigar a los padres de los j¨®venes v¨¢ndalos y retirar la nacionalidad francesa a aquellos ciudadanos de origen extranjero que hayan cometido delitos graves".
En este ¨²ltimo punto, M¨¦gret coincide completamente con uno de los diputados m¨¢s pol¨¦micos de la mayor¨ªa gubernamental de la UMP, Jean Paul Garraud, que esta misma semana defendi¨® tal medida para castigar a aquellos inmigrantes que buscan "la destrucci¨®n de la naci¨®n francesa".
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