La polic¨ªa proh¨ªbe las concentraciones en Par¨ªs para evitar incidentes el fin de semana

Al alivio por el descenso del nivel extremo de violencia le sigui¨® ayer una jornada nerviosa, especialmente en Par¨ªs, donde crec¨ªan los rumores sobre una llegada a los barrios c¨¦ntricos de grupos de j¨®venes incendiarios de la banlieue. "Subamos a Par¨ªs" era el mensaje que se difund¨ªa por los blogs de Internet y por la red de mensajer¨ªa telef¨®nica en este puente festivo en el que se conmemora el armisticio de la Primera Guerra Mundial. La prefectura de la capital, adem¨¢s de desplegar 3.000 polic¨ªas en las zonas m¨¢s tur¨ªsticas, especialmente en torno a los Campos El¨ªseos, prohibi¨® las concentraciones "susceptibles de provocar o generar violencia" desde las diez de la ma?ana de hoy hasta las ocho de la ma?ana del domingo.

La noche del jueves al viernes ardieron 463 coches y hubo m¨¢s de 200 detenidos, lo que lleva el n¨²mero total hasta 2.370 personas, de las que 358 habr¨ªan ya sido juzgadas y condenadas a penas de c¨¢rcel, seg¨²n indic¨® el Ministerio de Justicia. La nota no especifica cu¨¢ntos de estos condenados son extranjeros.

El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, anunci¨® que hab¨ªa dado ¨®rdenes para que 120 extranjeros que hab¨ªan participado en los disturbios fueran expulsados de Francia. Interior admiti¨® m¨¢s tarde que ¨¦sta no era la cifra de extranjeros juzgados.

El incidente m¨¢s significativo tuvo lugar en Burdeos, donde un n¨²mero considerable de veh¨ªculos fueron pasto de las llamas en el centro de la ciudad, en el mismo recinto del Palacio de Justicia. En Ly¨®n, ocho polic¨ªas resultaron heridos por el lanzamiento de piedras de un grupo de manifestantes.

El temor de las autoridades a un recrudecimiento de la violencia se basa, en parte, en lo que se conoce como el efecto fin de semana. El origen de la crisis, la muerte electrocutados de los dos adolescentes de Clichy-sous-Bois el pasado 27 de octubre, coincidi¨® con el inicio del largo puente de Todos los Santos, durante el cual la ola de violencia creci¨® imparable hasta extenderse a todo el pa¨ªs.

Sobre este incidente, del que sigue habiendo varias versiones, se explic¨® ayer el tercero de los j¨®venes que sobrevivi¨® a la descarga el¨¦ctrica pero result¨® gravemente herido cuando, junto a sus dos amigos, entr¨® en la caseta del transformador el¨¦ctrico huyendo de un control de polic¨ªa. En contra de la versi¨®n oficial, que asegura que los agentes no iniciaron una persecuci¨®n de los chavales, ¨¦l afirma lo contrario.

Ayer en Par¨ªs, la concentraci¨®n por el fin de la violencia y el de la discriminaci¨®n, convocada por un colectivo de 165 asociaciones sociales de los barrios de las periferias de las grandes ciudades francesas, fue un fracaso. No m¨¢s de 300 personas se congregaron frente al Muro de la Paz, en los jardines de los Campos de Marte, bajo la Torre Eiffel, de los cuales una buena parte eran miembros de los medios de comunicaci¨®n, y pocos los que hab¨ªan viajado desde las zonas que han sufrido la violencia de estas ¨²ltimas dos semanas. La posterior Marcha de la Paz fue anulada.

El comunicado de Banlieues Respect, el colectivo que firmaba la convocatoria, ped¨ªa a los j¨®venes que no usen la violencia para expresar su resentimiento, pero insist¨ªa en que la rebeli¨®n de estos d¨ªas es consecuencia "de males profundos que corroen estos barrios desde hace a?os" y que no se solucionan "s¨®lo con una respuesta policial".

Temor en el sector tur¨ªstico

Pierre Mutz, el prefecto de la capital, admiti¨® ayer que los servicios de informaci¨®n de la polic¨ªa hab¨ªan detectado un importante flujo de mensajes en Internet y tel¨¦fono m¨®vil que llamaban a "subir a Par¨ªs".

Los barrios del centro de la capital francesa no han sufrido a¨²n la ira de los j¨®venes incendiarios. El temor a que la violencia acabe salpicando la imagen m¨¢s conocida de Francia y el mayor activo tur¨ªstico del pa¨ªs moviliz¨® a las fuerzas del orden. El director general de la Polic¨ªa, Michel Gaudin, anunci¨® un aumento de la vigilancia en el metro y los trenes de cercan¨ªas.

Los controles en la estaci¨®n Saint-Lazare, la del Norte y la de Chatelet eran numerosos. "Estamos tranquilos, pero mantenemos una extrema vigilancia por lo que pudiese pasar", dijo. Mutz quiso tranquilizar a los parisinos. La prohibici¨®n de concentraciones "no concierne a quienes se pasean o van de compras", a?adi¨®, sino a quienes "obviamente se re¨²nen para romper escaparates o incendiar coches".