"He vuelto a lo mejor de mi profesi¨®n"
Antonio Banderas (M¨¢laga, 1960) visita con los j¨®venes actores de su pr¨®xima pel¨ªcula, El camino de los ingleses, uno de los lugares clave de la historia: la piscina de la Universidad Laboral de M¨¢laga. La vieja universidad es hoy una residencia escolar y el director del centro cede su despacho para la entrevista. Banderas le agradece el gesto y le recuerda que su hermano estudi¨® all¨ª y que tambi¨¦n all¨ª escuch¨® hace a?os a Felipe Gonz¨¢lez, "f¨ªjese si ha pasado tiempo que creo que entonces todav¨ªa era Isidoro", dice el actor bromeando. "Menuda pol¨¦mica se mont¨® con aquel mitin. Dec¨ªan que Felipe hab¨ªa venido hasta aqu¨ª en Mercedes y que luego se hab¨ªa subido a un seita para disimular. Todo mentira".
"Quiero que mis actores experimenten, aunque fallen"
"Muchos de mis amigos, sobre todo los de la costa, se murieron"
"Hollywood es un lugar cruel e injusto"
"De adolescente s¨®lo me preocupaban los ojos de mi novia"
Pregunta. El autor de la novela y guionista de la pel¨ªcula, Antonio Soler, ha dicho que El camino de los ingleses trata del ¨²ltimo verano de la inocencia, la historia de j¨®venes desubicados que buscan escapar por medio de sus sue?os. ?Coincide con esta descripci¨®n?
Respuesta. S¨ª, el tono va por ah¨ª, pero a m¨ª lo que me atrajo de El camino de los ingleses fue la posibilidad de poder volver a trabajar en mi tierra y, adem¨¢s, hacerlo en una pel¨ªcula situada en los a?os setenta, es decir justo en el momento en el que yo abandon¨¦ M¨¢laga. Me fui en 1979 y la pel¨ªcula ocurre en el verano de 1978. Yo tambi¨¦n viv¨ª la desintegraci¨®n de un grupo de amigos.
P. Una historia de adolescentes entonces...
R. Una reflexi¨®n sobre la vida y sobre la muerte que nos permite ver y palpar el v¨¦rtigo que produce el paso de la adolescencia a la madurez. El drama que ese tr¨¢nsito produce. En esas edades la vida se mira con una lupa.
P. Su mujer tiene hijos adolescentes, as¨ª que sabr¨¢ que no es una edad tan maravillosa como luego se recuerda. ?No cree que se tiende a mitificarla excesivamente?
R. A esa edad todo es mucho m¨¢s terminal y dram¨¢tico. Es un tr¨¢nsito de tres o cuatro a?os muy complejo. Mi hija Dakota, que tiene casi 17 a?os, vive un festival de hormonas...
P. ?Pero su hija no es mucho m¨¢s peque?a...?
R. Dakota es mi hija, bueno mi hijastra. No hablo de mi ni?a, mi ni?a es chiquitilla, ?s¨®lo tiene nueve a?os! La adolescencia da mucho miedo, hay mucha incertidumbre y mucha confusi¨®n, para ellos y tambi¨¦n para los que les rodeamos. Yo quisiera que mi hija no se encontrara con t¨ªos como yo...
P. ?C¨®mo?
R. [Se r¨ªe] No, no... Es una broma. Bueno son ¨¦pocas de experimentaci¨®n, con el amor, con el sexo, con la amistad. Se rompe con la familia, con el padre, con la madre. Desde fuera da miedo porque lo has vivido y sabes cu¨¢les son los peligros. Yo tengo un recuerdo durillo de aquella ¨¦poca. Muchos de mis amigos, sobre todo los de la costa, donde pasaba los veranos, se murieron, se quedaron por el camino, la mayor¨ªa por asuntos de droga.
P. Le hubiera gustado vivirlo de otra manera.
R. No lo cambiar¨ªa. Pero tampoco me gustar¨ªa volver a vivirlo. Todo era muy crudo.
P. En su primera pel¨ªcula, Locos en Alabama, ya se hablaba de ese paso de la adolescencia a la madurez.
R. S¨ª. Pero El camino de los ingleses es una visi¨®n muy diferente. En Locos en Alabama hay un claro contexto pol¨ªtico de fondo. A m¨ª lo que me interes¨® de la novela de Soler es que prescinde de cualquier enganche pol¨ªtico. Esas pasiones, esas incertidumbres de las que hablamos, son intemporales. Se obvia lo que ya se sabe. Como mucho, una tele en la que se ve de fondo a Adolfo Su¨¢rez. Adem¨¢s, y aunque suene raro, a m¨ª en aquellos a?os que se muriera Franco me importaba un carajo. A m¨ª s¨®lo me preocupaban los ojos de mi novia. Yo no tomo conciencia pol¨ªtica hasta que no me voy de M¨¢laga. En Madrid las cosas cambian. En M¨¢laga las pasiones eran muy primitivas y el mundo se reduc¨ªa a muy poco: yo y mis amigos.
P. Y su adolescencia se queda en M¨¢laga.
R. Absolutamente. El d¨ªa que a m¨ª se me rompe el camino de los ingleses fue un momento muy preciso. Lo recuerdo con nitidez: subido en el tren Costa del Sol, asomado a la ventanilla, con mis amigos y mi familia en la v¨ªa despidi¨¦ndome. Me hab¨ªan tra¨ªdo desde un paquete de tabaco hasta 500 pesetas. Entonces el tren empez¨® a moverse. En ese momento supe que ya era otra persona.
P. ?Y d¨®nde est¨¢n ahora esos amigos?
R. Son los productores de la pel¨ªcula. Antonio Soler es el novelista y guionista, Antonio Meliveo es productor y m¨²sico...
P. Qu¨¦ casualidad.
R. No es casualidad. M¨¢laga es peque?a y todos los que ten¨ªamos inquietudes parecidas nos conoc¨ªamos. Vivimos las mismas historias.
P. ?Entonces se trata de una pel¨ªcula autobiogr¨¢fica?
R. Un poquitito.
P. ?Pero el camino de los ingleses es entonces un lugar real?
R. Es el camino de Antequera, est¨¢ aqu¨ª al lado. Es un lugar real e imaginario. Es un lugar f¨ªsico donde nos reun¨ªamos algunos...
P. Se ha rodeado de actores muy j¨®venes y desconocidos. ?Ensayar¨¢ mucho con ellos?
R. No mucho, me da miedo. No quiero meterles en un t¨²nel sin salida. Quiero frescura, quiero cierta capacidad de improvisaci¨®n. Tampoco quiero una pel¨ªcula neorrealista o costumbrista. Yo quiero hablar de recuerdos.
P. Y qu¨¦ le dices a actores tan inexpertos.
R. Hablo mucho con ellos. Les cuento todo. No quiero pincharles, ponerles en un estado emocional determinado y luego rodar. No, yo trato de hablarles sin parar, algo que yo echo de menos como actor. Les doy toda la complicidad. Les voy a obligar a ver hasta las pruebas de c¨¢mara. Har¨¦ con ellos lo que me hubiera gustado que hubieran hecho conmigo.
P. ?Y sin enfadarse nunca?
R. Muy poco. Si tienen el coraz¨®n en la pel¨ªcula est¨¢ permitido fallar. Quiero que experimenten y en la experimentaci¨®n se falla.
P. Y usted, ?se permite fallar?
R. Menos que ellos. Puedo fallar en el concepto general, en el pulso. Quiero ser valiente, aunque creo que tengo las ideas claras.
P. Pero el proyecto inicial en Espa?a era rodar M¨¢laga en llamas, de Gamel Woolsey, la esposa de Gerald Brenan
R. S¨ª. Pero esa es una historia largu¨ªsima que prefiero no contar. Un l¨ªo tremendo con los derechos que estamos al borde de resolver.
P. ?Ser¨¢ la pr¨®xima pel¨ªcula en Espa?a? ?Con su mujer, Melanie Griffith, de protagonista?
R. S¨ª. Y con Melanie. Una historia de la Guerra Civil desde el punto de vista de dos extranjeros que no entienden nada. Es una novela muy distante y a la vez muy emocionante. Me gusta mucho.
P. Le he o¨ªdo alguna vez hablar de la crueldad de Hollywood con las actrices maduras.
R. Es algo muy injusto. Cuando yo conoc¨ª a Melanie ella ten¨ªa 37 a?os y ya ella entonces me lo dec¨ªa: "Me est¨¢n echando. Quieren carne fresca". Es muy cruel. Pero es que Hollywood es un lugar cruel e injusto.
P. Se siente integrado en ese mundo.
R. Con una pierna dentro y otra fuera. Algo muy andaluz.
P. Y eso c¨®mo se lleva.
R. Con cierta ventaja tambi¨¦n. Yo soy europeo. Y vivo como lo he hecho siempre, dej¨¢ndome llevar. Creo que mi carrera americana ha sido muy ecl¨¦ctica. He hecho de todo.
R. ?Le llegan guiones de Espa?a?
R. No. Nada.
P. Y no resulta contradictorio hacer cine comercial de consumo r¨¢pido y luego querer tener una carrera personal.
P. No hay ninguna contradicci¨®n. Hacer aquello me permite hacer esto. Yo he resuelto mi vida financieramente y eso me permite, por ejemplo, irme un a?o a Broadway a hacer Don Juan de Marco.
P. Pero no es demasiado dif¨ªcil salirse del casillero del latino.
R. Es que yo tampoco me veo como un granjero de Oklahoma. A m¨ª me gusta el papel de latino.
P. ?Le ha costado adaptarse?
R. Pues s¨ª. Me ha costado mucho, pero me he pegado mucho a mi familia y a mis amigos De todas formas ahora me he comprado una casa en Nueva York y probablemente nos vamos a ir a vivir all¨ª. Es una ciudad m¨¢s europea, con m¨¢s cultura, la gente te insulta por la calle... no s¨¦, m¨¢s ciudad.
P. Entonces nada de volver a Espa?a.
R. Bueno, para m¨ª esto es una vuelta a Espa?a. A Espa?a y a lo mejor de mi profesi¨®n.
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