La violencia llega al coraz¨®n de Ly¨®n
Los disturbios se trasladan por primera vez desde el estallido de la revuelta al centro de una ciudad desde los suburbios, en los que se ha impuesto el toque de queda
De nuevo coches quemados, bombas lacrim¨®genas y persecuciones policiales. Pero el escenario no fue esta vez ni un suburbio perif¨¦rico ni ning¨²n barrio de los conocidos como conflictivos, sino el coraz¨®n comercial, financiero y burgu¨¦s de la ciudad de Ly¨®n. La tercera ciudad francesa (500.000 habitantes) amaneci¨® ayer convertida en la imagen del dudoso resultado de la estrategia de ley y orden con la que el Gobierno franc¨¦s ha afrontado la oleada de violencia que sacude todo el pa¨ªs. Con el toque de queda activado en buena parte de los barrios perif¨¦ricos, la lucha urbana de los j¨®venes alborotadores se desplaz¨® al centro de la ciudad.
El balance no puede ser m¨¢s preocupante. No tanto por los destrozos materiales, que tambi¨¦n, como por algunos indicadores que dan fe de la gravedad del problema. Los actos vand¨¢licos se producen, por primera vez desde el estallido de los disturbios, el pasado 27 de octubre, en un barrio c¨¦ntrico. Y adem¨¢s, cada vez es m¨¢s corta la edad de los alborotadores. Seg¨²n testimonios, quienes destrozaron mobiliario urbano e incendiaron contenedores en el centro de Ly¨®n no ten¨ªan m¨¢s de 14 a?os. Algunos apenas 12. "No eran j¨®venes, eran simplemente ni?os violentos" explicaba con preocupaci¨®n la camarera de un bar de la c¨¦ntrica plaza de Bellecourt.
Varios grupos de adolescentes se dieron cita poco despu¨¦s de las cinco de la tarde en esta gran explanada situada en la pen¨ªnsula formada por los r¨ªos R¨®dano y Saona. Pocas horas antes se hab¨ªa conocido la noticia de que la prefectura local hab¨ªa ordenado el toque de queda a partir de las 22.00 y hasta las seis de la madrugada de ayer. La medida afectaba a 11 municipios de los alrededores de la capital de la regi¨®n de R¨®dano-Alpes.
La polic¨ªa no ocultaba su convicci¨®n de que los j¨®venes, m¨¢s que querer provocar un gran alboroto, quer¨ªan expresar su repulsa ante la decisi¨®n del prefecto. De hecho, cuando la polic¨ªa se encar¨® con los primeros grupos llegados al centro, ¨¦stos respondieron al grito de "ni toque de queda ni Sarkozy". Fue en el momento en el que la polic¨ªa les impidi¨® avanzar hacia las calles peatonales y comerciales que rodean la plaza de Bellecourt cuando comenzaron los disturbios.
Al verse privados de movimiento, los j¨®venes respondieron arrancando bancos, rompiendo cristales y utilizando todo cuanto estaba a su alcance como proyectil contra la polic¨ªa. Fue una verdadera lluvia de piedras, cristales y hasta retrovisores de veh¨ªculos. Una hora despu¨¦s la normalidad regresaba al centro de Ly¨®n. Resultado: 11 detenidos, todos ellos menores de edad.
En la tarde de ayer la presencia policial era m¨¢s que notable en el coraz¨®n de la ciudad ante la previsi¨®n de altercados. Y es que, lejos de rectificar, la prefectura decidi¨® mantener hasta las seis de la madrugada de hoy el toque de queda en los 11 municipios ya afectados por la medida. La justificaci¨®n es evitar los graves incidentes que, sobre todo en la noche del viernes, afectaron al ¨¢rea metropolitana lionesa, en donde habitan 600.000 personas (Ly¨®n y los suburbios superan ampliamente el mill¨®n de habitantes). Hasta 100 coches ardieron en apenas unas horas.
La gravedad de los disturbios del s¨¢bado en el centro de la ciudad motiv¨® una nueva y airada condena del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy. Pero esta vez utilizando un vocabulario que sorprendi¨®. Lejos de mantener sus calificativos despectivos hacia los causantes o de calificarles de "chusma", como en ocasiones anteriores, Sarkozy prefiri¨® hablar de "actos de naturaleza anarquista".
El toque de queda tampoco sirvi¨® para garantizar la calma en los suburbios de Ly¨®n. Hasta 65 veh¨ªculos ardieron a lo largo y ancho de la regi¨®n en una noche que se caracteriz¨® por la dispersi¨®n de los actos vand¨¢licos. En la tarde de ayer, la polic¨ªa tambi¨¦n investigaba el origen de una bomba incendiaria de fabricaci¨®n casera hallada en un patio lateral de una de las principales mezquitas de Ly¨®n.
Temor a la radicalizaci¨®n
Aunque la bomba no lleg¨® a estallar, el suceso preocupa sobremanera a las autoridades locales, que temen una radicalizaci¨®n del conjunto de la comunidad musulmana de la regi¨®n, ya muy alterada desde que el pasado viernes fue atacada con dos c¨®cteles molotov la mezquita de Carpentras mientras una cincuentena de fieles rezaban. Anoche, otro c¨®ctel molotov fue lanzado a la gran mezquita de Ly¨®n, pero tampoco estall¨®, informa Efe.
M¨¢s al sur, las regiones de Provenza, Languedoc Rosell¨®n y Midi Pyren¨¦es tambi¨¦n notaron un recrudecimiento de la violencia callejera en la noche de ayer. En la localidad de Carpentras unos desconocidos prendieron fuego a un coche en marcha que lanzaron contra un centro de atenci¨®n a la tercera edad. No hubo heridos. Tambi¨¦n una escuela de las afueras result¨® da?ada por tres bombas incendiarias de fabricaci¨®n casera. En Orange la cifra de veh¨ªculos incendiados se dispar¨®, pese al incremento de la seguridad. La ¨²nica ciudad de la regi¨®n que mantiene un alcalde elegido bajo las siglas del ultraderechista Frente Nacional se dispon¨ªa anoche a decretar el toque de queda.
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