En plural
Lo m¨¢s significativo de este libro, lo que para m¨ª compendia su contenido, es la primera palabra del t¨ªtulo: historias. No en singular, como si estuviera narrando unos acontecimientos o analizando problemas, digamos, "objetivos", sino en plural, en el sentido en que se usa en "no me vengas con historias"; es decir, invenciones, enga?os, cuentos -chinos, dir¨ªamos antes; pero la correcci¨®n pol¨ªtica exige hoy precaverse contra los estereotipos; los chinos mienten, pero no m¨¢s que otros-.
La de Santos Juli¨¢ es, por tanto, una metahistoria, un repaso de las historias o construcciones culturales que se montaron entre los siglos XIX y el XX los intelectuales de este rinc¨®n del mundo para entender unos conflictos que les parec¨ªan eternos e insuperables; porque, en definitiva, todo esto de las "dos Espa?as" no es sino una explicaci¨®n -de gran ¨¦xito, sin duda- que a una serie de mentes preclaras se les ocurri¨® sobre la sociedad en que viv¨ªan, una sociedad que estaba viviendo el trance de la modernizaci¨®n de manera muy traum¨¢tica.
El libro no versa sobre hechos, ni sobre debates intelectuales de car¨¢cter cient¨ªfico. Versa sobre mitos, es decir, sobre para¨ªsos perdidos y relatos legendarios en torno a los or¨ªgenes de la comunidad, empezando por el de Mart¨ªnez Marina sobre la "Espa?a" esencial de la Edad Media, democr¨¢tica y multicultural, lamentablemente destruida por una dinast¨ªa "extranjera", como los Habsburgo, incapaz de comprender la esencia nacional. Versa sobre h¨¦roes y m¨¢rtires, figuras legendarias que encarnan valores que deben orientar nuestro futuro. Sobre facciones pol¨ªticas que se disfrazan de esencias metaf¨ªsicas. Sobre intelectuales incapaces de dudar de su augusta misi¨®n y convencidos de ser la "voz del pueblo" o angustiados porque el pueblo -en este caso, "masa"- les traiciona.
Las dos Espa?as acabaron enfrentadas en una guerra de exterminio, en la que ambas cre¨ªan luchar, no contra otra Espa?a u otros espa?oles, sino contra la anti-Espa?a, contra extranjeros -rusos, para unos; alemanes e italianos, para otros- que quer¨ªan invadir y desnaturalizar el pa¨ªs. Y vencieron, como todos sabemos, los que se imaginaban luchando contra rusos -encarnaci¨®n a su vez del comunismo y de la masoner¨ªa, modernos disfraces de Sat¨¢n-. Vencieron y exterminaron a los otros; no s¨®lo f¨ªsicamente, por medio de pelotones de fusilamiento, sino intelectualmente, gracias a un lavado mental de los m¨¢s ambiciosos y completos realizados en pa¨ªs y momento hist¨®rico alguno.
?C¨®mo surgimos, a partir de ah¨ª, los j¨®venes que en los ¨²ltimos lustros del franquismo nos rebelamos contra el r¨¦gimen? Es el tema del ¨²ltimo cap¨ªtulo del libro de Juli¨¢, el m¨¢s discutible pero tambi¨¦n el m¨¢s apasionante, sobre "falangistas liberales" y "cat¨®licos de izquierda", desilusionados ante la gran promesa de redenci¨®n nacional-cat¨®lica en la que un d¨ªa creyeron. Y que, para sustituirla, hicieron suyo otro gran relato m¨ªtico y redentorista, esta vez de clase. Por fin, despu¨¦s de dos siglos, la naci¨®n -salvo en Catalu?a y Euskadi- dej¨® de ser la protagonista.
Preciosa historia. De ficci¨®n, claro. De las ficciones que nos inventamos para explicarnos a nosotros mismos.
Jos¨¦ ?lvarez Junco es catedr¨¢tico de Historia en la Universidad Complutense En la actualidad dirige el Centro de Estudios Pol¨ªticos y Constitucionales.
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