El Parlamento franc¨¦s ratifica la extensi¨®n del estado de emergencia
La izquierda vota en contra de la medida, mientras la violencia contin¨²a apag¨¢ndose
La Asamblea Nacional francesa aprob¨® ayer una modificaci¨®n de la ley sobre el estado de emergencia, que permite declarar el toque de queda, para ampliar hasta tres meses su vigencia. La izquierda vot¨® en contra, con pocas excepciones. Lentamente, la violencia de los j¨®venes de los barrios de Francia se va apagando. El n¨²mero de coches quemados durante la noche del lunes al martes fue de 215, frente a los 284 de la v¨ªspera. Hubo 71 detenidos, 44 menos.
Se est¨¢ produciendo "una vuelta a una situaci¨®n casi normal", seg¨²n la polic¨ªa, que cifra en un centenar la media diaria de veh¨ªculos calcinados en condiciones normales.
Seg¨²n la ley de 1955 que se aplic¨® el pasado d¨ªa 9, el estado de emergencia tiene una duraci¨®n m¨¢xima de 12 d¨ªas, por lo que debe cesar el pr¨®ximo domingo. La ley debe pasar hoy por el Senado, donde se aprobar¨¢, previsiblemente sin problemas.
Seg¨²n el primer ministro, Dominique de Villepin, la prolongaci¨®n es "una medida de precauci¨®n que permite al prefecto, de acuerdo con el alcalde, disponer de los instrumentos necesarios para restablecer el orden si las circunstancias lo exigen". Cuando "la calma se restablezca de forma duradera", el Gobierno pondr¨¢ fin a la medida, a?adi¨®. "Han ardido 8.500 veh¨ªculos; un centenar de edificios p¨²blicos han sido destruidos y otras tantas empresas privadas han sido da?adas o destruidas; 125 polic¨ªas, heridos, sin olvidar las agresiones a los servicios de socorro; 2.800 personas han sido detenidas y 600, encarceladas", dijo Villepin a modo de resumen de lo sucedido desde el 27 de octubre.
Por su parte, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, defendi¨® la decisi¨®n del Ejecutivo explicando, entre otras cosas, que cerca de 80 de los casi 3.000 detenidos por haber participado en los disturbios ya eran delincuentes "conocidos" de la polic¨ªa. Seg¨²n Sarkozy, la rebeli¨®n de los j¨®venes incendiarios, adem¨¢s de tener or¨ªgenes "econ¨®micos y sociales", tambi¨¦n se explica por "la resistencia al orden y la ley de quienes han hecho de la delincuencia su actividad principal".
El jefe del Grupo Parlamentario Socialista, Jean-Marc Ayrault, se opuso a la medida argumentando que no es necesaria, ya que las autoridades locales disponen de instrumentos m¨¢s que suficientes para enfrentarse a la violencia y que, adem¨¢s, la pr¨®rroga del estado de emergencia env¨ªa la se?al equivocada. Socialistas y comunistas votaron en contra, con la excepci¨®n del diputado socialista Manuel Valls, alcalde de Evry, una de las ciudades emblem¨¢ticas de la periferia parisiense.
La votaci¨®n de ayer en la Asamblea Nacional se produjo tras la declaraci¨®n solemne del presidente, Jacques Chirac, por radio y televisi¨®n, del lunes por la noche, cuando repiti¨® su discurso a dos bandas: ley, orden, represi¨®n y castigo de los culpables, por un lado, y reconocimiento, por otro, de que Francia est¨¢ fracasando en la integraci¨®n de buena parte de los descendientes de la inmigraci¨®n magreb¨ª y subsahariana.
De forma discreta, sin aspavientos, como si quisiera deliberadamente desmarcarse del estilo de su ministro del Interior, Villepin visit¨® ayer Aulnay-sous-Bois, una de las localidades del norte de Par¨ªs donde m¨¢s violencia hubo en los primeros d¨ªas, y se entrevist¨® con pol¨ªticos locales, empresarios de la zona y trabajadores sociales. "Las reglas republicanas deben ser respetadas y todos los que las infrinjan deben ser sancionados", dijo repitiendo el mensaje de Chirac, "y la gente debe movilizarse contra el sentimiento de injusticia y contra las discriminaciones".
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