Cuesti¨®n religiosa
?D¨®nde estaban cuando se manifest¨® el pueblo espa?ol en contra de las guerras? ?D¨®nde cuando las manifestaciones en contra de la violencia de g¨¦nero? ?D¨®nde cuando las manifestaciones en contra de los delitos ecol¨®gicos tipo "chapapote"? Como ¨¦stas podr¨ªamos hacerles cientos de preguntas relacionadas con la sonada ausencia de los obispos espa?oles en la calle para acompa?ar el grito clamoroso de la ciudadan¨ªa espa?ola en otros momentos transcendentales de nuestro pasado m¨¢s reciente y de nuestra historia m¨¢s recalcitrante. Pero claro, ahora se trata de un asunto que les concierne de manera directa, pero con el que, acompa?ados por el PP, est¨¢n manipulando torticeramente a la opini¨®n p¨²blica. Tratan, obispos y dirigentes del PP, de enquistar en el subconsciente colectivo la idea de que el Gobierno intenta quitar de un plumazo la ense?anza religiosa de nuestro sistema educativo, justo en el momento en el que m¨¢s se garantiza tal ense?anza, pero de todas las religiones, sin menoscabo de ninguna de ellas.
Espa?a es un pa¨ªs poli¨¦drico, desde el punto de vista religioso, y no puede ser que el catolicismo quiera seguir siendo el centro de gravedad sobre el que se precipite la verdad absoluta. El conocimiento y el respeto por otras formas de fe es un venero de multiculturalidad y de riqueza para las sociedades modernas. Debiera replantearse la Iglesia cat¨®lica el manejo partidista que de tan noble instituci¨®n hace el PP, pues al final de su mensaje, el se?or Aceves, adosa una cuesti¨®n educativa con matiz religioso al Estatuto catal¨¢n, mezclando churras con merinas y dejando evocadores mensajes que nos transportan al sulfuroso Esp¨ªritu de naci¨®n, manera suave de llevarnos al Esp¨ªritu Nacional de otros tiempos por fin superados. Y debiera tambi¨¦n, la c¨²pula eclesi¨¢stica, entrar a analizar el da?o irreversible que le causa a cientos de religiosos que, a pie de obra, realizan una labor de verdadera construcci¨®n de la causa cristiana, del mensaje de Cristo, pero sin intereses pol¨ªticos de por medio.
Una ¨²ltima cuesti¨®n: ?Por qu¨¦ se debe computar o valorar acad¨¦micamente un acto de fe.
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