Las urnas de Gaza

Habr¨¢ elecciones anticipadas en Israel, seguramente entre febrero y marzo de 2006. La raz¨®n inmediata es que as¨ª lo ha exigido al primer ministro Ariel Sharon, jefe del Likud, el nuevo l¨ªder del laborismo, el sindicalista Amir Peretz, con la amenaza de retirarle su apoyo en la C¨¢mara. Pero la raz¨®n de fondo es la evacuaci¨®n israel¨ª de Gaza, completada el 12 de septiembre pasado con la entrega a la Autoridad Palestina de un territorio, bien que exiguo y de fronteras con Israel estrechamente vigiladas, que permite, por primera vez desde que Sharon es jefe de Gobierno -marzo de 2001-, un ensayo de autogobierno al pueblo palestino. Por eso, las elecciones ser¨¢n tambi¨¦n un refer¨¦ndum sobre el repliegue israel¨ª de la franja de Gaza.

Los pr¨®ximos meses pueden ser cruciales para el proceso de paz. Primero, hace falta que se mantenga la tregua observada por el terrorismo palestino; segundo, esa tregua podr¨ªa verse enormemente reforzada por unos resultados en las elecciones palestinas que obliguen al presidente Abbas a pactar con Ham¨¢s. Todo indica, e Israel parece que as¨ª lo ha comprendido, que eso pondr¨ªa un punto final m¨¢s s¨®lido al terrorismo. Y, por ¨²ltimo, habr¨¢ que valorar la apertura de un puesto fronterizo en Rafah, entre Egipto y Gaza, seg¨²n el acuerdo alcanzado el martes por la presi¨®n de Estados Unidos y gracias a la contribuci¨®n de la Uni¨®n Europea. El funcionamiento de ese cruce va a ser especialmente importante, porque ser¨¢ la primera frontera internacional que jam¨¢s haya tenido la AP, y su supervisi¨®n correr¨¢ a cargo de agentes europeos. Paralelamente, una fuerza de la UE, en la que habr¨¢ hasta 10 polic¨ªas y guardias civiles espa?oles, contribuir¨¢ al adiestramiento de las fuerzas de seguridad palestinas.

Todo ello deber¨¢ confluir, a su vez, en unas elecciones a las que a¨²n no se sabe si Sharon concurrir¨¢ como jefe del Likud o de un partido presuntamente centrista, si pierde ante su rival Netanyahu. S¨®lo despu¨¦s de esas elecciones podr¨¢ pensarse en una reactivaci¨®n de las conversaciones de paz. Un nuevo plazo de espera, pero con un fulgor al final del t¨²nel.