Musicalidad de la persona

Probablemente, lo que afecta m¨¢s profundamente al estatus del conocimiento hoy en d¨ªa, desde hace un siglo, es la disoluci¨®n del paradigma cient¨ªfico baconiano, dominante entre el XVII y el XX, que hab¨ªa asentado ingenuamente la alianza natural entre progreso cient¨ªfico y humano. Hoy, las ciencias avanzan m¨¢s o menos en el vac¨ªo de sentido ¨²ltimo, y el ser humano se pierde en una tarea social irreflexiva, en la que parece que todo af¨¢n consista en negar intersubjetivamente la falta de sentido y la muerte, dir¨ªa Vil¨¦m Flusser. Qui¨¦n habla de sabidur¨ªa hoy, basta enga?arse con algo, mantener a la baja expectativas de sentido para no llegar a deprimirse por esperanzas frustradas, dir¨ªa Sloterdijk. A?adiendo que, por lo dem¨¢s, siempre queda a los interesados en ello el placer gratis de deconstruir, por no se sabe ya qu¨¦ en¨¦sima vez, al causante de todo: al sujeto, al ser humano. O, por mencionar tras las tragedias la s¨¢tira, la broma pretenciosa de las ciencias-filosof¨ªas-mainstream de neopositivistas y neoanal¨ªticos, y las pretensiones vanas de algunos cient¨ªficos sociales o de cient¨ªficos puros -tan puros como ingenuos- de saberlo todo mejor que nadie.

Todas ellas menosprecian los esforzados experimentos conceptuales y met¨¢foras epistemol¨®gicas de la posmodernidad -en busca, precisamente, de nuevo sujeto y sentido-, entre los que puede enmarcarse, sin duda, a pesar de sus referencias antiqu¨ªsimas, el ¨¢nimo reflexivo de G¨®mez de Lia?o, hijo inevitable de su tiempo.

Este librito es un resumen de todo ese ¨¢nimo. Su primera parte, del m¨¢s creativo y personal, plasmado sobre todo en dos de sus ¨²ltimos libros, Iluminaciones filos¨®ficas (Siruela, 2001) y Sobre el fundamento (Siruela, 2002); y la segunda, del m¨¢s investigador e hist¨®rico, que manifiesta mod¨¦licamente El c¨ªrculo de la sabidur¨ªa (Siruela, 1998), entre otros. El libro se compone de dos conferencias, pronunciadas por Ignacio G¨®mez de Lia?o en La Sapienza, de Roma, y en el Museo Dal¨ª, de Figueres, respectivamente, que suponen un esfuerzo real y efectivo de s¨ªntesis de su filosof¨ªa -una filosof¨ªa que ya pertenece a la historia de la filosof¨ªa, y no s¨®lo de nuestro pa¨ªs-, que es tanto m¨¢s de agradecer en cuanto que los realizados por otros en ese mismo sentido hasta ahora no han servido de mucho.

?ste sirve y no s¨®lo porque lo pretenda el autor. En su ejercicio, propone una antigua sabidur¨ªa para el futuro. Una filosof¨ªa salv¨ªfica, que trate de hacer feliz a la gente. Un conocimiento, que se haga vida en la pr¨¢ctica. Para ello intenta responder a dos grandes preguntas: qu¨¦ es sujeto y persona, y qu¨¦ es la realidad, la del mundo y la del alma. Para, a continuaci¨®n, plantear una refundaci¨®n de la filosof¨ªa, ampliando el horizonte de lo racional a aspectos emocionales e imaginales de la vida, sin los que el sujeto no puede moldearse de forma consistente como persona. Son las ense?anzas de Iluminaciones.

Y todo ello ayudado por he

rramientas de meditaci¨®n, que utilizaban y utilizan escuelas filos¨®fico-religiosas: mecanismos mnem¨®nicos, como los diagramas gn¨®sticos o los mandalas tibetanos, mecanismos m¨¢s bien inventivos, como los procesos rotatorio-combinatorios de Lulio, o el m¨¦todo general imaginativo de Giordano Bruno. Para facilitar con todos ellos tanto los procesos cognoscitivos como los afectivo-emotivos, que, juntos, est¨¢n en la base de la formaci¨®n del sujeto y su sentido humano. En la base de una "composici¨®n musical de la persona", que es el fin salv¨ªfico de la filosof¨ªa de Ignacio G¨®mez de Lia?o.