Rolando no es Ronaldo

Rolando Buenavilla ya no se esfuerza en corregir a la gente cuando le llaman Ronaldo. Rolando, nacido en La Habana hace 42 a?os, lleva 11 en Espa?a, m¨¢s que el futbolista del Madrid. Desde que lleg¨® Ronaldo y se hizo famoso, Rolando tuvo que acostumbrarse a que muchos de sus vecinos y conocidos alterasen el orden de tres de las letras de su nombre para hacerlo tocayo del delantero brasile?o. ?l lo entiende y lo disculpa, porque Rolando, dice, "es habitual en Am¨¦rica, pero suena extra?o aqu¨ª".

Rolando Buenavilla es mulato como su falso hom¨®nimo, al que le une otra particularidad: ambos acaban de hacerse espa?oles. Pero en este caso la diferencia ha sido algo m¨¢s que el orden de tres simples letras. El goleador adquiri¨® la nacionalidad diez meses despu¨¦s de haberla pedido. Rolando, casado con una gallega desde 1998 y con una hija de seis a?os, ha tenido que esperar cuatro para completar el mismo tr¨¢mite.

Isabel Cadenas, funcionaria de la Xunta de Galicia, suspira al recordar las horas de sue?o que le ha hecho perder la nacionalizaci¨®n de Rolando, su marido. Isabel pens¨® que todo hab¨ªa acabado hace un mes, cuando ¨¦l acudi¨® a los juzgados de Santiago de Compostela para jurar la Constituci¨®n.

Volvi¨® a casa como espa?ol, pero con el aviso de que la inscripci¨®n en el registro civil central, el ¨²nico en el que pueden apuntarse los extranjeros, a¨²n puede tardar hasta un a?o porque "hay much¨ªsima cola". Sin ese requisito cumplido, no podr¨¢ solicitar el DNI o el pasaporte. La interminable traves¨ªa del laberinto burocr¨¢tico no hab¨ªa finalizado del todo.

El pasado d¨ªa 10, Isabel hojeaba el peri¨®dico en la oficina y ley¨® que Ronaldo acababa de jurar la Constituci¨®n diez meses despu¨¦s de haber presentado la demanda de nacionalidad. Y sigui¨® leyendo, y se enter¨® que, a partir de diciembre, el futbolista ya contabilizar¨¢ como un espa?ol m¨¢s en la Liga, mientras su Rolando a¨²n tendr¨¢ que esperar por los documentos que acreditan la nacionalidad.

Y como Rolando, seg¨²n dice ¨¦l mismo, es "un cubano poco cubano, de car¨¢cter fr¨ªo", fue Isabel la que se puso al ordenador para escribir una carta al director de este peri¨®dico. "Mi marido se llama Rolando y comparte con el jugador del f¨²tbol su color y el hecho de haber nacido en otro pa¨ªs, pero no comparte ni el f¨²tbol ni el trato que la Administraci¨®n le dispensa", escribi¨® Isabel. "A mi me gustar¨ªa que alguien me explicase el derecho superior que da el tener un bal¨®n de f¨²tbol entre las piernas".

Rolando lleg¨® en 1993 con una beca de estudios y un t¨ªtulo de arquitectura en la Universidad de La Habana que nunca pudo convalidar. "No dej¨¦ Cuba por desesperaci¨®n", asegura. "No siempre se va uno por puras razones econ¨®micas. Si Cuba fuese pr¨®spera o yo fuese multimillonario, habr¨ªa salido a expandir horizontes de todas maneras, aunque no del modo estrecho que me impuso la realidad".

Fue destinado a la Universidad de Santiago de Compostela, adonde lleg¨® en aquella ¨¦poca en la que un mulato de acento caribe?o a¨²n era visto "como algo ex¨®tico". La beca no le daba para vivir y se busc¨® la vida como pudo en la econom¨ªa sumergida. "Hice de todo, desde dise?ar una revista hasta trabajar de negro en estudios de dise?o y arquitectura".

En una fiesta conoci¨® a Isabel, que ya ten¨ªa un cu?ado cubano. Como su t¨ªtulo no le permit¨ªa ejercer de arquitecto, se especializ¨® en dise?o inform¨¢tico y mont¨® una empresa de consultor¨ªa tecnol¨®gica y edici¨®n de juegos de estrategia. El 12 de diciembre de 2001, tres a?os despu¨¦s de haberse casado y cuando ya hab¨ªa nacido su hija Ana, solicit¨® la nacionalidad. En esa ¨¦poca Ronaldo a¨²n jugaba en Italia, adonde se hab¨ªa ido en 1997 tras un ef¨ªmero paso por el Barcelona y de donde regres¨® para fichar por el Madrid en el verano de 2002.

Para Rolando e Isabel llegaron entonces los interminables requerimientos de documentaci¨®n, la sucesi¨®n de entrevistas personales y las noches de insomnio. El expediente estuvo paralizado un a?o porque la pareja se traslad¨® de domicilio y, aunque comunic¨® el cambio, la Administraci¨®n aleg¨® que no hab¨ªa podido localizarle para que cumpliese uno de los tr¨¢mites. En enero pasado, cuando Ronaldo inici¨® los tr¨¢mites para nacionalizarse, Rolando a¨²n trataba de averiguar en el registro civil de Santiago por qu¨¦ lleva meses sin noticias sobre la resoluci¨®n de su expediente.

En junio empez¨® a perder la paciencia y present¨® una queja al Consejo General del Poder Judicial. Y por fin el Ministerio de Justicia resolvi¨® en septiembre la concesi¨®n de la nacionalidad. Rolando jur¨® la Constituci¨®n en Santiago de Compostela el 10 de octubre, justo un mes antes de que lo hiciese Ronaldo en Madrid. Al futbolista brasile?o le cost¨® 10 meses. Al arquitecto cubano, 46.