Los obispos relevan esta semana a su gestor financiero de los ¨²ltimos 28 a?os
La Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) celebra entre hoy y el viernes asamblea general, la primera desde la renovaci¨®n de cargos que alej¨® del liderazgo al cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco, sustituido por el prelado de Bilbao, Ricardo Bl¨¢zquez. Fue el pasado mes de marzo. Desde entonces, la jerarqu¨ªa ha vivido serios enfrentamientos con el Gobierno socialista y muchos obispos han salido a la calle en manifestaci¨®n. Hay curiosidad por conocer la opini¨®n de Bl¨¢zquez, que no acudi¨® a ninguna de esas marchas. Hoy pronuncia su primer discurso ante el plenario episcopal.
Pero no todo ser¨¢ pol¨ªtica o an¨¢lisis de la delicada situaci¨®n que vive esta iglesia en Espa?a. Los obispos tambi¨¦n hablar¨¢n de dinero. Aprobar¨¢n sus presupuestos para 2006 y van a decidir qui¨¦n ser¨¢ el sustituto de Bernardo Herr¨¢ez Rubio al frente de las finanzas. Este monse?or es el responsable de los asuntos econ¨®micos episcopales desde 1977.
Cada a?o, la CEE env¨ªa a Roma un ¨®bolo -unos 18.000 euros- con cargo al ¨²nico presupuesto p¨²blico de la Iglesia cat¨®lica, el de la propia CEE. Esa escueta generosidad de los obispos con el Romano Pont¨ªfice simboliza el funcionamiento centralizado de esta religi¨®n y contrasta con la dispersi¨®n con que funciona su econom¨ªa de ingresos y gastos.
Cuando la agenda de las reuniones episcopales anuncia que los obispos estudian este lunes "
los presupuestos de la Iglesia para el a?o 2006", en la realidad ese presupuesto -144 millones de euros en 2006- no sirve sino para pagar los sueldos de los propios obispos y la n¨®mina de sus sacerdotes diocesanos, m¨¢s los gastos de personal y funcionamiento de la propia CEE.
El para¨ªso fiscal
Las diferentes administraciones del Estado -central, auton¨®mico o municipal- aportan a la Iglesia varios miles de millones m¨¢s por m¨²ltiples caminos, entre los cuales tiene especial relevancia la ventajosa relaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica con el Estado en el campo de la fiscalidad.
La Iglesia cat¨®lica est¨¢ exenta de los impuestos principales: IVA, impuesto de bienes inmuebles (IBI), el de sociedades, el de transmisiones o el de actos jur¨ªdicos documentados. Cuando se hace la suma global de lo que aporta, aqu¨ª y all¨¢, el Estado a las arcas cat¨®licas, nadie puede calcular lo que habr¨ªa que a?adir por esa situaci¨®n de para¨ªso fiscal. Algunos expertos se?alan esta cifra: otros 2.000 millones.
De estas ventajas fiscales no se benefician las otras religiones que gozan en Espa?a de la calificaci¨®n de "notorio arraigo" -protestantismo, juda¨ªsmo e islamismo-, que tambi¨¦n han firmado convenios de colaboraci¨®n con el Estado espa?ol. Eso quiere decir, por ejemplo, que si un rabino, un pastor o un im¨¢n construyen su vivienda en un municipio, deber¨¢n pagar, l¨®gicamente, la licencia de obras al Ayuntamiento, de la que, en cambio, est¨¢ exento el sacerdote para su casa, rectoral o no.
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