Vicent ve el cielo abierto

Habl¨® de estrellas, de la belleza de su padre (como dijo Bukovski en un relato, "era tan guapo que no sal¨ªa a la calle porque pod¨ªan matarlo"), dijo que el tiempo no existe ("es un estado de la mente"), cont¨® sus primeros amores y confes¨® que ahora se gasta "un dineral" yendo al psicoanalista "s¨®lo para comprobar que soy un idiota". Manuel Vicent hizo pensar e hizo re¨ªr a carcajadas al p¨²blico que llenaba anoche la Residencia de Estudiantes. El autor de Tranv¨ªa a la Malvarrosa les explic¨® c¨®mo hizo el libro que acaba de publicar, Ver¨¢s el cielo abierto (Alfaguara), y tuvo para ello dos c¨®mplices: la actriz Leonor Watling que ley¨® algunos cap¨ªtulos de "este libro maravilloso", y la periodista Concha Garc¨ªa Campoy, que destac¨® de Vicent su belleza, su ternura ("aunque tambi¨¦n puede ser despiadado"), y esta facultad: "es la persona que mejor adjetiva del mundo". Watling se estren¨® como lectora en p¨²blico con Son de mar, otra novela de Vicent; fue el 5 de junio de 1999, en la Feria del Libro de Madrid. Luego ella fue la protagonista de la versi¨®n que Bigas Luna hizo del libro, as¨ª que ayer hizo la rev¨¢lida leyendo a Vicent. Cuando le toc¨® el turno al escritor, el local escuch¨® al protagonista principal del libro. Desliz¨® muchas perlas: "en las esculturas cl¨¢sicas los h¨¦roes tienen el sexo roto"; "al llegar a Madrid, lo que no era el Caf¨¦ Gij¨®n nos parec¨ªa el extranjero"; "mi abuela estaba convencida de que la guerra se hizo para fastidiarle el potaje", porque la esquirla de un proyectil destroz¨® la fuente de la comida. Y no lo cont¨® todo "porque el libro es cort¨ªsimo, y si lo explico entero ustedes no lo compran".-