Los cines Alphaville cambian de cara
La distribuidora pamplonesa Golem ha comprado las salas y las reformar¨¢ en breve
"?Sabe lo que transforma la noche en luz? La poes¨ªa". El viaje a la ciudad futurista de Alphaville de la pel¨ªcula de Jean-Luc Godard de donde sale esta frase fue lo que inspir¨® a un grupo de amigos apasionados por el cine a crear los cines Alphaville. Primero crearon en 1975 Musidora una distribuidora de cine. Cansados de depender de exhibidores para proyectar la spel¨ªculas que compraban en Europa, crearon su propio cine. Iluminaban as¨ª el oscuro panorama cinematogr¨¢fico de las salas madrile?as. El 26 de noviembre de 1977, este s¨¢bado justo hace 28 a?os nacieron los cines Alphaville con vocaci¨®n de exhibir "lo m¨¢s marginal del cine comercial y lo m¨¢s comercial del cine marginal" en palabras de Manuel Garcill¨¢n, uno de sus fundadores. Se estrenaron con La batalla de Chile, un documental pol¨ªtico de Patricio Guzm¨¢n y La ¨²ltima cena de Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea.
Pero en junio de 2005 los Alphaville cambiaron de due?o. Venci¨® el contrato de arrendamiento que ten¨ªan los antiguos propietarios y la distribuidora pamplonesa Golem se hizo cargo de los cines que se convirtieron en su primera sala en la Comunidad de Madrid. En los pr¨®ximos meses los Alphaville vivir¨¢n un proceso de reforma y cambiar¨¢n de cara para modernizarse. Incluso puede que tambi¨¦n cambien de nombre ya que el anterior a¨²n lo tiene registrado Musidora.
Los Alphaville fueron pioneros en casi todo. Fueron los primeros cines en versi¨®n original de Madrid, los primeros multicines, los primeros en crear un d¨ªa del espectador -imitado luego por otras salas- crearon la sesi¨®n golfa (de madrugada) y fueron tambi¨¦n los que inventaron las hojas de los espectadores.
Las dos primeras salas se abrieron en 1977, las dos siguientes en 1979 y el bar en 1980. Por este bar empezaron a desfilar directores que hoy son consagrados y entonces s¨®lo cineastas en ciernes a los que s¨®lo los cin¨¦filos reconoc¨ªan: Win Wenders, Jim Jarmush, Herzog, Fassbinder, Rohmer...
Luis Tinoco, que ha sido gerente del cine estos ¨²ltimos 28 a?os lo recuerda como una ¨¦poca dorada: "Por all¨ª pasaron Trueba, Colomo, Almod¨®var... Crecieron y aprendieron de cine en los Alphaville", explica. Aunque el primero que pas¨® por all¨ª fue Jean Luc Godard, que mantuvo un coloquio con un p¨²blico cin¨¦filo y entregado. A veces en esta sala se pod¨ªan ver gratis cortometrajes, pel¨ªculas antiguas o nuevas que no hab¨ªan pasado por el circuito comercial o tambi¨¦n cineastas noveles pasaban sus obras. Opera Prima la primera pel¨ªcula de Fernando Trueba, por ejemplo, se proyect¨® all¨ª. Tambi¨¦n inventaron, en cierto modo, la promoci¨®n cinematogr¨¢fica.
"Las pel¨ªculas independientes casi no se promocionaban, as¨ª que tra¨ªamos a actores y directores para hacer encuentros con el p¨²blico", recuerda Tinoco.
Ayer la cafeter¨ªa, la ¨²nica que se resisti¨® a la venta de palomitas en los cines en Madrid, estaba cerrada. Tambi¨¦n las plantas, tan caracter¨ªsticas durante todos estos a?os, hab¨ªan desaparecido de los rincones. Corr¨ªa el rumor entre los clientes de que los nuevos due?os quieren hacer una nueva sala all¨ª.
Carmen Montilor, de 64 a?os, taquillera desde que nacieron los cines, dice los clientes a veces se quejan: "Dicen que pierde solera pero lo importante son las pel¨ªculas que pongan". Los habituales del cine aseguran que en la programaci¨®n no se ha notado el cambio, de momento. Los Alphaville son el octavo cine de Golem Difusora Cultural Cinematogr¨¢fica, el resto: Pamplona, Estella, Logro?o, Burgos y Arlanz¨®n.
A Javier de Garcill¨¢n ayer le costaba hablar del pasado: "Todo el mundo sabe lo que hicimos y lo que supusieron. La historia es conocida y siguen funcionando, no creo que se vaya a notar tanto la gesti¨®n, sigue siendo cine en versi¨®n original. Les lavar¨¢n la cara y les pondr¨¢n mejores butacas". Reconoce que no le da pena dejar atr¨¢s este proyecto: "Todo cansa en la vida y al final hay que acabar haciendo otras cosas nuevas".
Para Luis Tinoco los Alphaville han sido gran parte de su vida: "He trabajado y disfrutado haciendo lo que me gustaba". R¨ªe cuando recuerda cuando en 1985 el cine sufri¨® tres meses de procesiones y rosarios ante su puerta por el estreno de la pel¨ªcula de Godard Je vous salue, Marie. Incluso Blas Pi?ar se acerc¨® al cine el d¨ªa del estreno para protestar. La pel¨ªcula en la ¨¦poca se consider¨® una herej¨ªa ya que inspirada en la historia de la virgen Mar¨ªa relataba el caso de una joven que se hab¨ªa quedado embaraza sin mantener relaciones sexuales. "Se mont¨® tal foll¨®n que tuvimos que llamar a la polic¨ªa".
Cuando cumplieron 20 a?os el cine lo celebr¨® con las butacas del amor, asientos sin brazo separador especiales para parejas. En dos a?os cumplir¨¢n 30. Podr¨¢n cambiar de nombre, pero los nost¨¢lgicos esperan que mantegan el esp¨ªritu que en una ocasi¨®n les alumbr¨®.
Como a Pedro Almod¨®var, que escribi¨® en este peri¨®dico en 1992: "Los independientes americanos, y los supervivientes de la nueva ola francesa deber¨ªan hacerle un monumento a estas salas. (...) En una ¨¦poca en que el cine es cada vez m¨¢s un zoco en el que s¨®lo importa el comercio, las cuatro salas de la calle de Mart¨ªn de los Heros (...) proporcionan a los d¨ªas y las noches de Madrid un callej¨®n con salida, donde todas las aventuras son posibles".
Al otro lado de la taquilla
Carmen Montillor ha estado los ¨²ltimos 28 a?os al otro lado del cristal de la taquilla de estos cines. Ha visto de todo: clientes que ve¨ªan la misma pel¨ªcula hasta 20 veces; otros, despistados con la sala X cercana, que le ped¨ªan entradas para 'la pel¨ªcula m¨¢s verde que tenga' y ella le enviaba a una sala del cine empapelada de verde; a la duquesa de Alba llegar con una se?orita de compa?¨ªa y salir de todas las pel¨ªculas a la media hora; un ej¨¦rcito de j¨®venes beatas rezando el rosario durante tres meses mientras se proyectaba Je vous salue, Marie...
Despu¨¦s de estos 28 a?os, dentro de tres meses, Carmen se jubila. "Mi vida laboral ha estado pr¨¢cticamente ligada a este proyecto. Lo vi nacer, y ahora lo estoy viendo acabarse y cambiar. Pero me ha encantado".
Esta taquillera considera los Alphaville "casi algo m¨ªo y ahora contin¨²a, pero no ser¨¢ lo mismo, esto era como una gran familia, incluso he hecho amistad con varios clientes que me dejan su tarjeta para que mantengamos el contacto cuando me jubile".
Ahora Carmen ya s¨®lo piensa en lo que llegar¨¢ a partir de marzo: "Me pegar¨¦ vida de jubilada. Empezar¨¦ a aprovechar la vida, a viajar y a disfrutar de mis hijos y mis nietos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.