Altercado innecesario

Hasta donde alcanza la memoria, las relaciones entre el Gobierno y el Banco de Espa?a han sido exquisitas y de un gran respeto mutuo. El Banco de Espa?a ha mantenido en las ¨²ltimas d¨¦cadas una posici¨®n de examen constante, incluso de cierto agobio, sobre los resultados de las pol¨ªticas econ¨®micas. Forma parte de la tradici¨®n que se preocupe por el gasto p¨²blico, el grado de enfriamiento o recalentamiento de la econom¨ªa o la sostenibilidad de las redes de protecci¨®n social. Por eso resulta tan chirriante la desavenencia p¨²blica entre el vicepresidente y ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes, y el gobernador del Banco de Espa?a, Jaime Caruana, a prop¨®sito de dos afirmaciones p¨²blicas de ¨¦ste, preocupado por el desbordamiento presupuestario que provocar¨¢ el aumento de los gastos sociales y las subvenciones a los sectores afectados por el encarecimiento del crudo, por una parte, y el anuncio de que el Banco ha abierto una investigaci¨®n por la condonaci¨®n del cr¨¦dito de la Caixa al PSC.

La preocupaci¨®n por el desbordamiento del Presupuesto para 2006, debido a los compromisos en pensiones, vivienda y gas¨®leo, est¨¢ sobredimensionada. Que se sepa, no hay serio riesgo de que las cuentas p¨²blicas se conviertan en deficitarias; por el contrario, es m¨¢s probable que mejoren los ingresos p¨²blicos y que se articule un Fondo de Reserva con el super¨¢vit. En cuanto a la condonaci¨®n de la deuda al PSC, no es muy oportuno que el gobernador del Banco de Espa?a aluda a una denuncia, que la alusi¨®n sea inconcreta, y que, en efecto, se transmita a la opini¨®n p¨²blica la probabilidad de una investigaci¨®n antes de que se confirme.

Solbes no deber¨ªa escandalizarse por las preocupaciones macroecon¨®micas del gobernador, pues forman parte del paisaje. Su respuesta deber¨ªa haber sido m¨¢s templada, explicando por qu¨¦ los temores del gobernador no est¨¢n fundados. El momento pol¨ªtico y econ¨®mico es delicado, con demasiadas crispaciones cruzadas. Con el a?adido de que el gobernador del Banco de Espa?a acaba su mandato a mediados de 2006, lo que aconseja un cuidado exquisito en no contaminar la econom¨ªa con encontronazos pol¨ªticos. Las relaciones entre las instituciones deben ser impecables. De lo contrario se resentir¨¢ la confianza de los agentes econ¨®micos.