Barreras inaccesibles
Minusval¨ªa: "Situaci¨®n desventajosa para una persona determinada, consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempe?o de un rol que es normal en su caso. La minusval¨ªa est¨¢, por conseguiente, en funci¨®n de la relaci¨®n entre las persona con discapacidad y su entorno". Es lo que dice la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Pero tambien la ONU, en su Programa de Acci¨®n Mundial para las personas con discapacidad, se?ala que: "La minusval¨ªa ocurre cuando dichas personas se enfrentan a barreras culturales, f¨ªsicas o sociales, que est¨¢n a disposici¨®n de los dem¨¢s ciudadanos. Por lo que la minusval¨ªa es, por tanto, la p¨¦rdida o la limitaci¨®n de las oportunidades de participar en la vida de la comunidad, en igualdad con los dem¨¢s". Puede que no muchas personas hayan le¨ªdo alguna vez estas definiciones tan exactas. Pero lo que se da por sentado es que las autoridades encargadas de nuestras instituciones se las deben saber; al menos, aqu¨¦llas de las que depende de alguna manera el bienestar social de los ciudadanos.
Viene esto a colaci¨®n porque, en puertas del a?o 2006, nos encontramos con que en los edificios de la Hacienda Foral de Donostia una persona con silla de ruedas o con movimiento limitado tiene impedido el paso, siquiera para poder tramitar una hoja de reclamaciones. Con una ley de obligado cumplimiento en vigor desde hace m¨¢s de diez a?os, nos encontramos con edificios p¨²blicos inaccesibles, ayuntamientos que siguen consintiendo que sus departamentos de urbanismo den permiso de apertura a comercios que no habilitan la entrada con una rampa de acceso. No podemos acceder a la oficina de Hacienda a gestionar unos papeles de vital importancia; no podemos entrar a muchas oficinas de Correos a certificar algo muy personal..., y suma y sigue.
?Hacia d¨®nde miran las asociaciones que, se supone, deben velar por el tema? El 3 de diciembre es el D¨ªa Mundial de las personas con discapacidad. Suponemos que las autoridades ya tendr¨¢n el aperitivo preparado, o igual ni eso, porque nosotros somos invisibles. ?Para cu¨¢ndo se les podr¨¢ invitar a pasar un d¨ªa en silla de ruedas y hacer la vida normal que hace a diario, a sabiendas de que la aceptar¨¢n? Nos sentaremos a esperar.
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