Una boda y un funeral con los toraja de Indonesia
LOS TORAJA SON una comunidad de casi medio mill¨®n de personas que habitan en el interior de las islas Sulawesi (o islas C¨¦lebes), que junto con otras m¨¢s de 13.000 islas forman Indonesia. Son un reducto cristiano en el pa¨ªs que alberga la mayor poblaci¨®n musulmana del mundo.
Conservan creencias animistas anteriores al cristianismo, por lo que celebran la muerte como una buena nueva y ahorran durante a?os si es necesario para preparar el festejo al difunto, sacrificando cientos de cerdos y hasta varios b¨²falos, dependiendo del estatus de la familia. Mientras no se celebra el funeral, el difunto se considera que est¨¢ enfermo y permanece en la casa con la familia. Una vez que se prepara el entierro, acuden familiares, amigos y vecinos de otras regiones, y los festejos pueden durar hasta seis d¨ªas.
Impresiona ver las construcciones en forma de barco donde viven. Nuestro gu¨ªa local, Risal, nos explic¨® que construyen as¨ª sus casas en recuerdo de sus antepasados, que dicen que desde Camboya llegaron por mar. El tejado est¨¢ formado ¨²nicamente por bamb¨², entrelazado en varias capas, y en el poste principal se apilan los cuernos de los b¨²falos que han ido formando la historia familiar. Nosotros estuvimos en un funeral, y tambi¨¦n en una boda.
Uno de los d¨ªas de excursi¨®n, de camino a un lugar de tumbas, con sus famosos tautaus (figuras talladas en madera que se colocan encima de los sarc¨®fagos), coincidimos con la boda. Los participantes, muy hospitalarios, nos invitaron a entrar en la iglesia a tomar una foto del altar. Despu¨¦s de la celebraci¨®n del matrimonio, a la que s¨®lo asiste la familia m¨¢s pr¨®xima, los novios se dirigieron a una explanada cercana donde los esperaba el resto de los convidados.
En el poco ingl¨¦s que hablaba la familia, nos invitaron a unirnos a la fiesta y nos sentamos en las telas que cubr¨ªan el suelo bajo unas carpas que nos resguardaban del sol. Los novios y las damas de honor se situaron en un escenario decorado con flores, desde donde el resto de invitados les pod¨ªamos ver. Los ni?os se nos acercaban divertidos y nos ped¨ªan que les hici¨¦ramos fotos, para luego re¨ªrse cuando se ve¨ªan en la pantalla.

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