El desencanto prende en Turqu¨ªa
No necesitamos medidas de discriminaci¨®n positiva para integrarnos en Europa, nos basta simplemente con que no nos discriminen", asegura un diplom¨¢tico turco destacado en la Uni¨®n Europea ante el largo camino de obst¨¢culos, entre 10 o 15 a?os de complejas negociaciones, que debe recorrer a¨²n el gigante del Mediterr¨¢neo oriental. El pa¨ªs que m¨¢s puede ejemplificar la convivencia entre civilizaciones, religiones y culturas, un gigante con m¨¢s de 70 millones de habitantes, el 99% musulmanes, vive hoy cierto desencanto por la frialdad con la que la UE acoge sus grandes reformas para luchar por su integraci¨®n.
El reconocimiento de la Rep¨²blica de Chipre, es decir, del Gobierno grecochipriota de Nicosia, es el primer gran sapo que Turqu¨ªa deber¨¢ tragarse antes de culminar su incorporaci¨®n al, hasta ahora, exclusivo club para pa¨ªses cristianos. Pero Bruselas tambi¨¦n ha advertido a Ankara de que tendr¨¢ que admitir la existencia del genocidio armenio: la matanza de 1,5 millones de civiles durante el declive final del Imperio Otomano.
"Ahora participamos en la cumbre de Barcelona como representantes de un pa¨ªs candidato de la ribera norte", puntualiza un diplom¨¢tico turco
En su primer examen tras el inicio del proceso de negociaciones, publicado el pasado 10 de noviembre, la Comisi¨®n Europa sigue considerando a Turqu¨ªa como uno de los alumnos m¨¢s aventajados de entre los que fundaron el foro euromediterr¨¢neo en 1995. "Ahora participamos en la cumbre de Barcelona como representantes de un pa¨ªs candidato de la ribera norte, junto con Bulgaria, Rumania y Croacia", puntualiza un responsable de la Embajada turca en Madrid.
Bruselas censura, sin embargo, al Gobierno de Ankara por haber "ralentizado el ritmo de sus reformas en 2005". Los esfuerzos de acercamiento han sido tan grandes y r¨¢pidos -se trataba de poner patas arriba en apenas tres a?os todo el aparato legislativo heredado de m¨¢s de ocho d¨¦cadas de sistema kemalista- que los turcos han comenzado ya a sufrir los primeros s¨ªntomas de agotamiento europeo. En 1999, cuando los l¨ªderes de la Uni¨®n dieron luz verde a las aspiraciones turcas de adhesi¨®n, m¨¢s del 90% de ciudadanos expresaban su apoyo a la incorporaci¨®n a la UE. El pasado 3 de octubre, cuando se iniciaron efectivamente las negociaciones, las encuestas reflejaban que ese respaldo hab¨ªa ca¨ªdo hasta el 63%.
Pocos resultados concretos
El espacio euromediterr¨¢neo se ha quedado peque?o para los turcos. Los mecanismos de cooperaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica, social y cultural nacidos hace 10 a?os en Barcelona parecen insuficientes para una Turqu¨ªa que cuenta con su propio canal de interlocuci¨®n con la UE. Los responsables turcos reconocen ahora que hay pocos resultados concretos que mostrar, a pesar de las buenas intenciones planteadas entonces entre ambas orillas del Mediterr¨¢neo.
Pero Turqu¨ªa tampoco debe descuidar su imagen ante Europa. Las amenazas de c¨¢rcel que pesan sobre el escritor Orhan Pamuk por aludir al "inexistente" genocidio armenio reflejan las restricciones a la libertad de expresi¨®n que todav¨ªa subsisten en el pa¨ªs.
La Comisi¨®n Europea se ha hecho eco tambi¨¦n en su ¨²ltimo informe sobre las denuncias de casos de tortura y malos tratos en Turqu¨ªa. "De poco sirve cambiar las leyes si no cambia la mentalidad de quienes las aplican", suele advertir el primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, para describir la dif¨ªcil introducci¨®n de las reformas legales.
Hace apenas dos semanas, un oscuro incidente en la provincia de Hakkari, cerca de la frontera con Irak, se sald¨® con la detenci¨®n de dos gendarmes vestidos de paisano acusados de haber colocado una bomba en una librer¨ªa kurda. Las protestas se han extendido por el sureste de Anatolia. Ante el acercamiento de Turqu¨ªa a Europa, los kurdos (una quinta parte de la poblaci¨®n) parecen haber perdido el miedo a echarse a la calle. Al menos cinco personas han muerto durante la represi¨®n policial de las marchas de protesta. A pesar de los sobresaltos que genera el proceso de reformas, el inicio de las negociaciones de adhesi¨®n ha servido para afianzar las brillantes expectativas de la econom¨ªa de Turqu¨ªa, que creci¨® un 8,9% en 2004.
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