El entrenador de f¨²tbol

?lvaro Villacieros (Madrid, 1955) parece un entrenador de f¨²tbol m¨¢s que un financiero encargado de impulsar la banca privada del grupo Rothschild en Espa?a. "En este negocio, si no formas un bloque, un equipo, no se trabaja con eficacia", afirma. Una filosof¨ªa que ha puesto en pr¨¢ctica: de las nueve personas que forman su equipo, cinco proceden de Barclays, entidad en la que trabaj¨® hasta hace unos meses. "Con el que menos tiempo llevo trabajando es 10 a?os. Con otros, hasta 15. Casi somos una familia". ?Por qu¨¦ es tan importante el equipo? A su juicio, porque "nadie es imprescindible. Cualquiera puede fallar un d¨ªa, y otro debe poder hacer su cometido sin problemas", explica.

Villacieros, aunque no lo dice, siente que, con su llegada a Rothschild, ha entrado en la champions league de la banca privada, un negocio en que cada mes aparece una entidad nueva que se propone llegar a las m¨¢s altas cotas. Peque?os, grandes y medianos, europeos, americanos y todos los bancos espa?oles relevantes quieren obtener rentabilidad gestionando el dinero (o, mejor dicho, la fortuna) de los m¨¢s pudientes. "Estoy de acuerdo en que hay muchos bancos privados, pero pocos banqueros privados", aclara este amante de la pintura, porque, a su juicio, "este negocio hay que llevarlo en el ADN, es vocacional y no vale cualquiera".

Rothschild, una familia de banqueros desde hace 200 a?os, no vende ni un solo fondo de inversi¨®n del grupo "porque no se puede hacer negocio colocando tus propios productos, sean adecuados o no, a los clientes". La marca Rothschild aleja, en principio, a quienes no tengan millones de euros. Sin embargo, Villacieros niega que sea un club exclusivo. "Algunos clientes no llegan al medio mill¨®n o menos, pero son artistas o profesionales a los que les vemos talento y sabemos que contar¨¢n con un gran patrimonio con el tiempo. Nos interesan", dice rotundo este ejecutivo, casado y con dos hijos.

Licenciado en Derecho y MBA por el Instituto de Empresa, empez¨® su carrera hace 25 a?os en el Banco Central. Un a?o despu¨¦s, en 1981, fue destinado a Nueva York, donde estuvo ocho a?os. Su paso por la Gran Manzana le ha marcado. "Fue donde aprend¨ª el comportamiento del mercado. Es el centro mundial de las finanzas, con los mercados m¨¢s profesionales y l¨ªquidos. Es otra dimensi¨®n", dice con pasi¨®n. Regres¨® a Espa?a en 1987 para incorporarse a Iberagentes, primero como director de Internacional y luego como subdirector general de la agencia de valores. En 1992 pas¨® a la brit¨¢nica James Capel Midland en Espa?a, y desde 1995 hasta junio ha sido director de banca privada de Barclays.