Eulalio Ferrer, el soldado que prefiri¨® el 'Quijote'
Eulalio Ferrer nunca iba a olvidar el d¨ªa en que cambi¨® su paquete de cigarrillos por un libro en el campo de concentraci¨®n franc¨¦s que le recibi¨® despu¨¦s de la derrota republicana. ?l era capit¨¢n, ten¨ªa tabaco en su macuto, y un soldado barbudo iba gritando entre los refugiados: "?Cambio tabaco por libro!". ?l no fumaba, y le¨ªa. El libro era el Quijote, en una edici¨®n de Calleja de 1906. Como no ten¨ªa almohada, ese fue su soporte de noche, y su lectura. A partir de ah¨ª naci¨® su pasi¨®n de bibli¨®filo, y anoche este santanderino de 84 a?os (aprendi¨® a leer en la imprenta de su padre) recibi¨® en la Feria de Guadalajara el homenaje por lo que ha hecho con los libros, y sobre todo por el Quijote.
Mientras lo le¨ªa, en aquellas circunstancias, iba haciendo analog¨ªas entre lo que pasaba en sus p¨¢ginas y lo que suced¨ªa en el campo de concentraci¨®n. Un violinista de Barcelona les despertaba interpretando la S¨¦ptima de Beethoven y convoc¨¢ndoles al Liceo; un hombre se adentraba en el mar, con una maleta, gritando: "?Me esperan en M¨¦xico!".
?l se exili¨® en M¨¦xico. Aqu¨ª se hizo publicista y sigui¨® coleccionando libros, muchos de ellos ediciones fabulosas de la novela de Cervantes. Amigo de Mar¨ªa F¨¦lix y de Agust¨ªn Lara, les acompa?¨® al Festival Cervantino de Guanajuato, y a esta ciudad le leg¨® lo que es hoy el Museo Iconogr¨¢fico cervantino m¨¢s importante del mundo. Fue su manera de agradecer a M¨¦xico la acogida que este pa¨ªs le dio al exilio.
Es un hombre desprendido. Aparte de esa donaci¨®n, tambi¨¦n le dio a Guanajuato su biblioteca cervantina, y ha dejado en Torrelavega su ampl¨ªsima biblioteca de temas regionales. En su casa le quedan 20.000 libros, 39 de los cuales son los que ¨¦l mismo ha escrito.
El premio que ayer recibi¨® "es la recompensa a la constancia de un lector fan¨¢tico". Se inici¨® de ni?o: vend¨ªa viseras en la plaza de toros de Santander, y anoche mismo, despu¨¦s de recibir su galard¨®n, se puso a leer Elogio de la infelicidad, de Emilio Lled¨®. De d¨ªa est¨¢ leyendo una antolog¨ªa de la poes¨ªa del exilio. Sus favoritos: como "lectura obsesionante", el Quijote; como "lectura simb¨®lica", Juan Crist¨®bal, de Romain Rolland. En el homenaje de ayer hizo su elogio el presidente de la tierra del Quijote, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda.
Babelia
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