La LUV y las mentiras de Blasco
La resoluci¨®n de la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo sobre la situaci¨®n del urbanismo valenciano ha desvelado con toda crudeza la sistem¨¢tica red de mentiras a los ciudadanos que el consejero Blasco ha venido realizando desde que se inici¨® la formulaci¨®n del proyecto de Ley Urban¨ªstica Valenciana (LUV).
Desde el mes de marzo de 2005 ten¨ªa conocimiento del requerimiento de la Comisi¨®n Europea de Mercado Interior sobre la aparente contradicci¨®n entre la legislaci¨®n urban¨ªstica valenciana y las directivas europeas relativas a la contrataci¨®n de obra p¨²blica (Directiva 18/2004). Sin embargo, pasando de ello, procede a presentar en el mes de julio a las Cortes Valencianas, para su tramitaci¨®n parlamentaria por el procedimiento de urgencia, su proyecto de LUV, manifestando que ven¨ªa a resolver todos los problemas que la LRAU presuntamente hab¨ªa generado.
El proyecto de Ley lo presenta como un documento totalmente concertado con los sectores sociales, altamente defensor de los intereses de los peque?os propietarios y plenamente respetuoso con las directivas europeas: primera gran mentira, como se va a ir desvelando luego.
La realidad era que hab¨ªa presentado la LUV a las Cortes Valencianas sin haber resuelto los problemas con la Comisi¨®n Europea. Por ello, a partir de agosto inicia un tard¨ªo y acelerado proceso de negociaci¨®n con los responsables europeos, observando c¨®mo ¨¦stos cuestionan profundamente su proyecto de ley. Para ganar tiempo, procede a su segunda gran mentira: sobre la base de una presunta oferta de pacto con el PSPV, propone sucesivas pr¨®rrogas a la presentaci¨®n del plazo de enmiendas -pedidas por el propio grupo del partido del gobierno que presentaba la ley- que buscaban en realidad encubrir la verdadera raz¨®n de esos an¨®malos aplazamientos (?en una ley presentada por tr¨¢mite de urgencia!): el intento de conseguir, tard¨ªamente, la aquiescencia europea a su proyecto de LUV.
Ante la imposibilidad del presidente Camps para seguir manteniendo esta indefendible situaci¨®n de sucesivas pr¨®rrogas -cuando el PSPV se manifest¨® en contra de la ley desde el principio- proceden durante una "larga noche" anterior al t¨¦rmino del ¨²ltimo e improrrogable plazo, a elaborar m¨¢s de 200 enmiendas, muchas de ellas contradictorias e incoherentes. Con estas enmiendas se modifica totalmente el proyecto de Ley aprobado por el gobierno valenciano y presentado en julio -produciendo un aut¨¦ntico fraude parlamentario porque este nuevo texto ya no puede ser enmendado por la oposici¨®n- sin que a pesar de ello se d¨¦ satisfacci¨®n a los criterios expresados por la Comisi¨®n Europea. Sin embargo, "se venden" como los ajustes necesarios para acomodarse definitivamente a las directivas europeas: tercera gran mentira, que ha desvelado claramente la representante de la Comisi¨®n Europea al declarar el otro d¨ªa en la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo que la LUV segu¨ªa sin satisfacer sus exigencias.
En la inauguraci¨®n del reciente curso de la Universidad Men¨¦ndez Pelayo sobre el Nuevo Urbanismo Valenciano, el consejero Blasco afirma que el texto de su proyecto de Ley garantizar¨¢ la "transparencia del proceso, los derechos de los propietarios y los criterios europeos", lo que conforma la cuarta gran mentira. Como qued¨® de manifiesto por la pr¨¢ctica totalidad de los ponentes expertos en el tema que intervinieron en el Curso, el proyecto de LUV reduce dr¨¢sticamente los periodos de informaci¨®n a la ciudadan¨ªa y a los propietarios afectados (no se les informa ni del inicio del PAI ni de las plicas econ¨®micas), disminuye la competencia, propicia la corrupci¨®n en la contrataci¨®n de las obras por el urbanizador y vulnera las directrices europeas. De hecho, un representante de los promotores y urbanizadores lleg¨® a aseverar que el proyecto es un "bodrio" y que producir¨¢ graves consecuencias para el sector empresarial y econ¨®mico valenciano.
Finalmente, ante la reciente y expl¨ªcita acusaci¨®n de los representantes europeos por el incumplimiento de las directivas europeas, que viene a desvelar todas las mentiras del consejero Blasco, este manifiesta que, en todo caso, la responsabilidad para resolver lo expuesto por Europa deber¨¢ subsanarse en el ¨¢mbito de la legislaci¨®n estatal de Contratos de las Administraciones P¨²blicas; esta es la quinta gran mentira. En primer lugar, porque es su proyecto de ley el cuestionado en esas declaraciones y es ¨¦l quien ha estado negociando con las instituciones europeas durante largo tiempo; y, en segundo lugar, porque legislaciones an¨¢logas a la valenciana existen en la pr¨¢ctica totalidad de las comunidades aut¨®nomas y ninguna de ellas ha sido cuestionada en Europa.
Con todos estos enga?os, el consejero Blasco trata de ocultar a toda costa la realidad de lo que se est¨¢ juzgando en Europa. Porque si el urbanismo valenciano se est¨¢ tratando en el Parlamento Europeo es como consecuencia del desastre urban¨ªstico generado por la pol¨ªtica del PP y de Blasco en particular. Los ciudadanos que se han quejado a Europa lo han hecho por el "impacto desastroso sobre el medio ambiente y la ecolog¨ªa de numerosas costeras" (textual de la resoluci¨®n), consecuencia de una urbanizaci¨®n masiva y desordenada permitida, cuando no alentada, por Blasco y el PP; o porque han visto con sorpresa c¨®mo el suelo r¨²stico de las ¨¢reas en que viven -el que en los planes generales estaba clasificado como no urbanizable- se urbanizaba porque Blasco y el PP permit¨ªan su reclasificaci¨®n indiscriminada; o porque han sufrido abusos de algunos urbanizadores desaprensivos, no atajados por una consejer¨ªa que ha preferido no hacer un reglamento que los hubiera evitado.
La mayor¨ªa de las comunidades aut¨®nomas tienen leyes urban¨ªsticas muy similares a la LRAU, en la que se han inspirado; y sin embargo no se han visto cuestionadas en las instituciones europeas. Es la prueba m¨¢s evidente de que el problema no deriva de una ley sino de la desastrosa pol¨ªtica urban¨ªstica que est¨¢ desarrollando el gobierno de Camps y Blasco y que explica las quejas y la preocupaci¨®n de miles de valencianos.
Eugenio Burriel es secretario de Territorio y Vivienda del PSPV-PSOE.
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