Elogio de la maestra
Mar¨ªa Dagnino, Amelia Abad, Conchita Moya, Susana Delgado, M? ?ngeles Claramunt, Pilar Maestro, Lola Maci¨¢, Carmen Pascual, Marina Arag¨®n, Matilde Bueso... Fueron muchas (acaso m¨¢s de las que ahora menciono en el recuerdo) las maestras que pasaron por mi vida y dejaron esa huella que el tiempo transforma en gratitud, en emoci¨®n, en deuda probablemente eterna. Desde el olor a madera mojada de aquella escuela de p¨¢rvulos donde aprend¨ª a leer (mi cartera azul y el babi a rayas) hasta mi ¨²ltimo a?o en el instituto, ellas forjaron a su modo el hombre que ahora soy, los ojos por los que miro el mundo, la voluntad que me inhibe o que me lanza cuando la vida no quiere ser amable. De la oraci¨®n simple a la Revoluci¨®n Francesa, de la suma al logaritmo, de Plat¨®n a Wittgenstein, del Poema de M¨ªo Cid a Tiempo de silencio, ellas dejaron un rastro de palabras y de voces que a¨²n resuena en la oquedad de la memoria.
Poco sabemos de sus vidas despu¨¦s de tantos a?os, pero a veces se produce el milagro del reencuentro al cruzar una calle, al salir del cine o al entrar en unos grandes almacenes. Sucede que la vemos all¨ª, frente a nosotros, convencidos de que pasar¨¢ de largo, que esquivar¨¢ nuestra presencia cuando estemos cerca, que jam¨¢s nos reconocer¨¢ entre la multitud; pero ella se detiene, se detiene y nos mira con ojos de adivinaci¨®n, se ilumina de pronto, pronuncia nuestro nombre y nos abraza con ese viejo calor que hab¨ªamos olvidado. Caemos entonces en la cuenta de que tambi¨¦n nosotros habitamos en ella, que el ni?o que dejamos de ser a¨²n corre feliz por las galer¨ªas de su alma.
Lo pienso ahora, cuando me llega la noticia de la muerte de Rosa Fergusson, una maestra de Aracataca (Colombia) que conservaba como un verdadero tesoro los libros y los recuerdos de un alumno al que nunca olvid¨®. Ella le hab¨ªa ense?ado a leer y a escribir y ¨¦l se lo agradeci¨® eternamente inmortaliz¨¢ndola en sus relatos. Cuando recogi¨® el Premio Nobel, Garc¨ªa M¨¢rquez se acord¨® de ella, pronunci¨® su nombre y ensanch¨® la sonrisa como un ni?o feliz.
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