Decepci¨®n art¨ªstica
Deb¨ªa optar entre intentar pasar a la historia del cine o aspirar al trono de la taquilla navide?a de 2005, y lamentablemente ha elegido la candidatura a la segunda de las quimeras. Roman Polanski, autor de obras como Repulsi¨®n, La semilla del diablo y Chinatown, es un grande del cine moderno, un renovador del terror y de la intriga psicol¨®gica, un zorro del drama pol¨ªtico, un estilista del cine negro, un peculiar comediante. Un director (a pesar de notables tropiezos y de alguna que otra cinta de car¨¢cter alimenticio) con el suficiente prestigio y la adecuada inteligencia para saber que adentrarse una vez m¨¢s en el universo del Oliver Twist de Charles Dickens supon¨ªa un riesgo quiz¨¢ innecesario. Tras las obras maestras creadas por David Lean y Carol Reed en 1948 y 1968, respectivamente, no bastaba con hacer una buena pel¨ªcula. Hab¨ªa que aportar algo m¨¢s y ese plus nunca llega en la nueva adaptaci¨®n del cl¨¢sico de Dickens, un filme con unas innovaciones narrativas tan menores que casi se pueden calificar de simples curiosidades.
OLIVER TWIST
Direcci¨®n: Roman Polanski. Int¨¦rpretes: Barney Clark, Ben Kingsley, Leanne Rowe, Jamie Foreman. G¨¦nero: drama.Reino Unido, Rep¨²blica Checa, Francia, Italia, 2005. Duraci¨®n: 130 minutos.
Teniendo en cuenta la incuestionable pulcritud de la producci¨®n, su hermosa fotograf¨ªa y el realismo de los decorados y ambientes, uno de los aspectos que m¨¢s llaman la atenci¨®n es la impersonalidad de su dise?o formal. Lejos del tenebrismo de David Lean y del estallido de color, m¨²sica y, por qu¨¦ no, terror que aportaba la versi¨®n de Reed, ¨¦sta de Polanski no deja ni una sola secuencia para el recuerdo. Mientras Lean ofrec¨ªa un curso sobre c¨®mo filmar la violencia fuera de campo y Reed demostraba cu¨¢n dif¨ªcil es hacer pasar al espectador del desconsuelo al regocijo casi en la misma secuencia, Polanski se limita a filmar con esmero pero sin br¨ªo, con una frialdad casi oper¨ªstica que no conmueve. Mientras Lean y Reed consegu¨ªan que sus historias fluyeran con delicadeza al tiempo que dibujaban una serie de personajes secundarios tan reconocibles como tiernos, tan desagradables como perturbadores, Polanski ofrece una pel¨ªcula que parece compuesta por una serie de sucesos m¨¢s o menos inconexos que pocas veces dan la impresi¨®n de estructura narrativa.
Quiz¨¢ la mejor aportaci¨®n del director polaco venga dada por la eliminaci¨®n del parentesco familiar entre la madre de Oliver y el se?or que termina adopt¨¢ndolo, folletinesco detalle con el que se abusaba de un recurso a la casualidad tan complaciente como cursi. La otra presumible gran novedad del nuevo Twist es la secuencia final en la c¨¢rcel, en la que el ni?o protagonista visita al equ¨ªvoco, afectuoso, ruin y divertido Fagin. Afirmaba Polanski hace unos d¨ªas en este peri¨®dico que necesitaba demostrar que Oliver hab¨ªa crecido, superado una serie de pruebas y que no se hab¨ªa dejado corromper. Sin embargo, para exponer esto s¨®lo hubiese hecho falta que la interpretaci¨®n -y la direcci¨®n interpretativa- del ni?o Barney Clark incluyera m¨¢s registros. As¨ª, el cr¨ªo permanece con una omnipresente cara de pasmo que lo convierte en un retra¨ªdo y asustadizo llor¨®n m¨¢s que en el iluso sufridor con arrebatos de valor que dibuj¨® Dickens. Adem¨¢s, ese ep¨ªlogo final, en comparaci¨®n con el desenlace otorgado en las pel¨ªculas de Lean y Reed (que optaron por la culminaci¨®n con la muerte en el tejado), ejerce m¨¢s como anticl¨ªmax que como apoyo imprescindible. Como simple curiosidad -malsana, trat¨¢ndose el director de un fugitivo de la justicia estadounidense por una presunta violaci¨®n de una ni?a de 13 a?os- habr¨¢ que calificar el hecho de que los personajes de las prostitutas Nancy y Bet est¨¦n interpretadas por actrices que, si no son menores de edad, lo parecen. Por tanto, m¨¢s en consonancia con la que se supone que tienen en el libro (unos 17 a?os) que con la treintena bien avanzada que aparentaban las mujeres de las versiones de Lean y Reed. Si este Oliver Twist del nuevo milenio hubiese venido firmado por un director menor, podr¨ªamos estar hablando de una estimable operaci¨®n comercial destinada a las nuevas generaciones, pero trat¨¢ndose de Polanski s¨®lo se puede calificar de simple decepci¨®n art¨ªstica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.