Menudo teatro en Estocolmo
Por m¨¢s que se repite el ritual, el misterio sigue oculto. De febrero a mayo, cinco miembros del comit¨¦ de la Academia Sueca se re¨²nen cada jueves para reducir la lista de candidatos al Nobel de Literatura a cinco. Posteriormente, el tercer jueves de septiembre, el comit¨¦ se re¨²ne en sesi¨®n plenaria con los cinco candidatos sobre la mesa y, se supone, necesitar¨¢ tres jueves m¨¢s para alcanzar una decisi¨®n definitiva. Dos d¨ªas antes del jueves siguiente, se anuncia a la prensa que se prepare para recibir al elegido. Y, como parte del ritual, todos los a?os, siempre en jueves, m¨¢s de uno espera infructuosamente la llamada de la gloria junto al tel¨¦fono.
A medida que se acerca ese
Suecia est¨¢ al d¨ªa del teatro que se escribe en todo el mundo
d¨ªa, y m¨¢s este a?o que la decisi¨®n se retras¨® una semana, se disparan las quinielas. Se lo lleva el primer turco, porque el primer chino y el primer portugu¨¦s ya lo tienen, especula un diplom¨¢tico a pocos metros de Horace Engdahl, actual secretario permanente de la Academia, durante una recepci¨®n celebrada en honor de Jos¨¦ Saramago. Int¨¦rpretes del or¨¢culo nunca faltan, animados este a?o adem¨¢s con la pol¨¦mica decisi¨®n de Knut Ahnlund, miembro de la Academia y principal valedor de nuestro Cela, de abandonar la Academia despu¨¦s de haber le¨ªdo la obra completa de Elfriede Jelinek y constatar que no era merecedora del premio.
Lo que es un hecho es que en los ¨²ltimos nueve a?os cuatro teatreros, Dario Fo, Gao Xingjian, Elfriede Jelinek y ahora Harold Pinter han sido los elegidos. Este hecho no se hab¨ªa producido antes en la historia del Nobel. Otros autores de teatro, Shaw, Beckett, Pirandello, O'Neill o nuestro Benavente, entre otros, ya lo recibieron antes pero nunca con esta frecuencia. Los especialistas hablan de la influencia de dos confesos dramaturgos entre los cinco miembros actuales del comit¨¦ seleccionador.
Sin embargo desde aqu¨ª, desde Estocolmo, la decisi¨®n no sorprende. Esta ciudad, si no el mayor, tiene un alt¨ªsimo porcentaje de butacas de teatro por habitante. Diariamente asisten m¨¢s espectadores al teatro que al cine; entre otras razones porque la diferencia entre el precio de la butaca de teatro y la de cine ha sido objeto de atenci¨®n continuada por parte de las autoridades. Tampoco es extra?o que las noticias del teatro ocupen primeras p¨¢ginas en los diarios m¨¢s prestigiosos y de mayor tirada en Suecia. Un fin de semana en el que se llenan todos los estadios de f¨²tbol de la ciudad, el n¨²mero de sus espectadores tampoco supera el de asistentes al teatro. Se estrenan por primera vez, en ocasiones antes que en sus pa¨ªses de origen, las obras de los autores teatrales m¨¢s importantes e innovadores y la profesi¨®n teatral est¨¢ al d¨ªa de lo que se escribe en todo el mundo.
El teatro, por desgracia, no se
edita, y lo m¨¢s grave, no se vende, como ocurre con la novela y, en mucha menor medida, con la poes¨ªa. Harold Pinter es un viejo amigo de Estocolmo. Aqu¨ª se han estrenado y revisado sus obras y este a?o el autor ha recibido el reconocimiento de la Academia por "descubrir en sus dramas el abismo oculto en la palabrer¨ªa cotidiana y penetrar con fuerza en la opresi¨®n oculta". El teatro se escribe; tambi¨¦n sobre la oscuridad del escenario, con el gesto de un payaso, con el silencio para la radio, con la luz en la pantalla de los cinemat¨®grafos. Federico Garc¨ªa Lorca lleg¨® a escribirlo incluso debajo de la arena. No tiene tanto misterio y as¨ª lo entiende afortunadamente la Academia sueca. Y, por cierto, si quieren participar en la quiniela del a?o pr¨®ximo no se olviden: hace 10 a?os que la poes¨ªa no recibe el Premio Nobel.
Gaspar Cano Peral es director de escena y actualmente director del Instituto Cervantes de Estocolmo.
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