Naciones

1. Parece que el minidebate sobre el t¨¦rmino naci¨®n aplicado a Andaluc¨ªa no ha llegado siquiera a la altura de pol¨¦mica. Tan s¨®lo IU y PA mantienen una postura testimonial ya que para el 95% de los andaluces es un asunto sin trascendencia o que provoca incluso rechazo. Mientras tanto, el resto de la discusi¨®n sobre la reforma del Estatuto andaluz sigue su curso en medio de la indiferencia ciudadana. Es obvio que hay que modernizar las estructuras pol¨ªticas. Resulta evidente que es preciso mejorar la financiaci¨®n e incluir todos los avances de estos 25 a?os. Pero como el debate no ha calado en la sociedad, se pueden dar muchas actuaciones contradictorias, incluso que el partido del gobierno pueda tener divergencias sobre la aplicaci¨®n del art¨ªculo 150.2 de la Constituci¨®n para delegar nuevas competencias a la Junta. No s¨¦ otras responsabilidades, pero s¨ª veo importante que la Administraci¨®n regional se haga cargo de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir, tanto por el simbolismo hist¨®rico que tiene el r¨ªo en Andaluc¨ªa como por razones de gesti¨®n en un asunto capital como los recursos h¨ªdricos. Lo que clama al cielo es que ahora el PP quiera esperar a Catalu?a o al Pa¨ªs Vasco para decidir lo que hacemos en Andaluc¨ªa con respecto al estatuto. En sustancia es como transferir nuestra soberan¨ªa a otras comunidades.

2. Lo de Juli¨¢n ?lvarez es en realidad una pantomima de primarias que ha concluido con la "proclamaci¨®n" de su candidatura. Si quer¨ªa sentirse respaldado, deber¨ªa someterse al escrutinio de sus militantes, que podr¨ªan votar en blanco si no est¨¢n de acuerdo.

3. Arturo Moya no gana para disgustos. No acierta ni una. Cuando le encargaron ser candidato a la Junta no sac¨® ni su propio esca?o y ahora que le encargan el PGOU de Marbella le quitan las competencias al Ayuntamiento.

4. El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarc¨®n, se ha paseado estos d¨ªas por Andaluc¨ªa para explicar la pol¨ªtica de su gobierno y justificar el encarcelamiento de presos de conciencia en su pa¨ªs con el argumento de que "estaban a sueldo de una potencia extranjera". Ricardo Alarc¨®n es uno de los dirigentes m¨¢s capaces del Gobierno cubano, pero es muy dif¨ªcil explicar la detenci¨®n de gente por expresar sus ideas. Eso se llama dictadura, aunque sea del proletariado, lo que en este caso ser¨ªa mucho decir.