Girona muestra el fr¨¢gil y l¨²dico arte de bamb¨² de Mois¨¨s Vill¨¨lia
La exhibici¨®n rinde homenaje a un artista secreto e inclasificable
Con materiales tan humildes y fr¨¢giles como alambres, palillos, ca?as de bamb¨², hilos o botones, Mois¨¨s Vill¨¨lia (Barcelona, 1928-1994) supo construir una obra pl¨¢stica perdurable, inclasificable, apegada a la naturaleza y marcada por una radical libertad creativa. La Fundaci¨®n Caixa de Girona muestra hasta el 8 de enero en la Fontana d'Or de Girona, una selecci¨®n de 28 esculturas del autor, en su mayor¨ªa m¨®viles, realizadas con ca?a de bamb¨².
Las 28 esculturas son sorprendentes piezas concebidas al margen de la tradici¨®n escult¨®rica y dominadas por el empe?o de hacer participar al espectador del sentido l¨²dico de la obra de arte.
Vill¨¨lia cultiv¨® la escenograf¨ªa, el dise?o de muebles, la ilustraci¨®n o la poes¨ªa. Tambi¨¦n cre¨® juguetes infantiles. De sus viajes por Am¨¦rica -residi¨® en Quito entre 1969 y 1972- fue fundamental su contacto con el mundo del arte prehispano, identific¨¢ndose con una ancestral visi¨®n del arte escult¨®rico.
El comisario de la exposici¨®n, Nahum Vill¨¨lia, hijo del artista, ha escogido las creaciones de bamb¨² porque considera que fue este material el que permiti¨® a su padre "hallar la f¨®rmula id¨®nea para sintetizar naturaleza y cultura". Tambi¨¦n le permiti¨® dar rienda suelta a otra de sus inquietudes: conseguir el dibujo del espacio mediante las formas.
Vill¨¨lia descubri¨® el bamb¨² en 1956. El descubrimiento de este nuevo material puso ante ¨¦l un gran abanico de posibilidades. De entrada, al ser el primero en usar de manera continuada este material, de "inventar" su lenguaje, puede librarse del peso de la dependencia de la tradici¨®n escult¨®rica del hierro o de la piedra. Su ductilidad le permiti¨® jugar con los agujeros que dejaba la materia, a la que tambi¨¦n pod¨ªa someter a grandes tensiones. S¨®lo el bamb¨² le permiti¨® formas sorprendentes como las que muestra la exposici¨®n. Aun as¨ª, la materia no aparece nunca maltratada y forzada al m¨¢ximo, puesto que en su concepci¨®n escult¨®rica hay un componente espiritual que lo acerca a la pr¨¢ctica del Tao, en el sentido de que deja respirar a la materia, busca que los materiales dicten sus ritmos y est¨¢ atento a los movimientos naturales del universo. La influencia de la filosof¨ªa oriental fue una constante en su vida.
A este sentido espiritual a?ad¨ªa un evidente sentido l¨²dico. El artista barcelon¨¦s asimila la creatividad al placer. De la misma manera que sucede con los surrealistas, en la mayor¨ªa de obras de Vill¨¨lia tiene un papel primordial la noci¨®n del juego. Las creaciones tienen un cierto sentido de interactividad, puesto que invitan al espectador a participar en el juego propuesto por el artista. No es extra?o que Joan Brossa se sintiera muy pr¨®ximo a sus obras y estableciera lazos de amistad desde que visit¨® su primera exposici¨®n individual, realizada en 1954, en el Museo Municipal de Matar¨®. Entre sus amistades se encontraban tambi¨¦n Antoni T¨¤pies y Cirici Pellicer. De su producci¨®n literaria destaca, en 1989, la obra teatral El artista, en la que expone su visi¨®n del arte.
La concepci¨®n artesana de la obra de arte -aprendi¨® el oficio de la madera en el taller de ebanister¨ªa de su padre- fue siempre reivindicada por Vill¨¨lia.
Los estudiosos de su obra admiten dificultades para incluir al artista en ning¨²n movimiento concreto, aunque algunos aspectos remiten directamente a la herencia constructivista o al eclecticismo. El propio artista dej¨® escrito en uno de sus poemas: "No debo dar explicaciones de mis actos./ S¨®lo decir:/ Los escultores, que no se metan conmigo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.