La condici¨®n valenciana
El reciente libro de Rafael Navarro Los nuevos burgueses valencianos coincide en su aparici¨®n con el colectivo de Arnal, Bayarri, Dol?, Jard¨ª, Moll¨¤ y Piera, Nosaltres, exvalencians. De nuevo la eterna cuesti¨®n, la del embolic sobre nuestra condici¨®n, a la que alude Jard¨ª. ?Qu¨¦ burgueses, qu¨¦ valencianos, qu¨¦ burgueses son valencianos? Los burgueses, como representantes m¨¢s t¨ªpicos del esp¨ªritu de nuestro tiempo. No s¨®lo como especie social sino como calidad humana expresada por un conjunto de valores morales e intelectuales. Los valencianos, en nuestra controvertida condici¨®n de identidad.
Hace unos meses con motivo de la reuni¨®n celebrada en el casino de Castell¨®n por el club Jaume I, moderada por el delegado de este peri¨®dico, Josep Torrent, y teniendo por invitado al director del diario Informaci¨®n de Alicante, Juan Ram¨®n Gil, surgi¨® tambi¨¦n la cuesti¨®n de qui¨¦nes somos y c¨®mo nos vemos. Desde Valencia y mejor desde Alicante, o la propia Castell¨®n. Tras exponer brillantemente el estado de la cuesti¨®n y las dificultades por las que atraviesa la sociedad alicantina, Juan Ram¨®n Gil aludi¨®, en cuanto a la falta de identificaci¨®n, al posible defecto de atenci¨®n desde la propia capital valenciana.
Dejando a un lado las dificultades de relaci¨®n por la situaci¨®n alargada del pa¨ªs, la falta de ¨¢giles conexiones, y la l¨®gica competencia entre ciudades por motivos econ¨®micos, la diluida adscripci¨®n cultural de gran parte de la poblaci¨®n supuso, en el caso de Alicante, una peculiar idiosincrasia que lleg¨® a acu?arse por Jos¨¦ Vicente Mateo con la expresi¨®n, "Alacant, a part". All¨ª, adem¨¢s, con un doble t¨®pico, junto al de "Levante feliz", el de "la millor terreta del m¨®n". Hoy las dificultades para la identificaci¨®n no han desaparecido, pues al impulso auton¨®mico hace frente la creciente globalizaci¨®n, el turismo, y la numerosa inmigraci¨®n que viene a sumarse a los 30.000 pied noirs que, como escribi¨® Antoni Seva, se trasladaron a vivir a Alicante tras la guerra de la independencia en Argelia.
Pero Juan Ram¨®n Gil hablaba de la falta de identificaci¨®n por exceso de protagonismo de la capital Valencia mientras que otros pensamos que, en ocasiones, es por defecto del mismo. As¨ª, la condici¨®n de cap i casal debe ser algo m¨¢s que tres palabras a las que se acude para testimoniar folcl¨®ricamente una condici¨®n de la que se carece como capital de un territorio. As¨ª deber¨ªa figurar en nuestro Estatut d'Autonomia, sin que ello supusiera dem¨¦rito para cualquier otra, sino compromiso para Valencia, como el Valencia Club de F¨²tbol deber¨ªa recoger el com¨²n aliento de los valencianos sin perjuicio de otros equipos locales, y la prensa diaria atender los temas regionales con un mismo tratamiento como ¨²nicamente hace EL PA?S.
La reuni¨®n se extendi¨® sobre el tema de los burgueses valencianos, su propia existencia, y su escasa valoraci¨®n. Nuevamente las posturas fueron diversas y sugerentes. En conclusi¨®n, se afirm¨® que haberlos, haylos; de viejos y de nuevos, como l¨®gica consecuencia de la evoluci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs; pero su consideraci¨®n como valencianos fue cuestionada por diversos de los asistentes, ya que los propios protagonistas tampoco manifiestan excesivo inter¨¦s por mostrar as¨ª su identidad. A lo sumo se definen como alicantinos o contin¨²an haci¨¦ndolo remiti¨¦ndose a sus lugares de procedencia. Eso en el caso de Alicante. ?Y en Valencia o Castell¨®n?
Tampoco en estos lugares se puede decir que la visi¨®n de los asistentes fuera mucho m¨¢s optimista por lo que respecta a nuestra condici¨®n de identidad. Se lleg¨® incluso a aportar, por alguno de los presentes, las tesis expuestas hace ya tiempo en De impura nationae, al hablar del papel de cru?lla o confluencia entre lo catal¨¢n y lo castellano, para tratar de beneficiarnos de la confluencia entre ambas culturas. Cuesti¨®n ¨¦sta sobre la que el cap¨ªtulo de Joan Dol?, en el colectivo libro de ex valencianos -en busca de su identidad perdida- es clarificador al respecto; "podia haver-me convertit en una v¨ªctima prematura enmig d'aquella cru?lla identit¨¤ria".
Sin embargo la cuesti¨®n permanece abierta, ?es posible hoy un valencianismo de base racional?, cuestiona Francesc Bayarri, en el libro arriba citado, quien se remite en su cap¨ªtulo correspondiente a Fuster. Fuster, de nuevo, como medida de todas las cosas. Nuestro Thomas Mann particular. Donde ¨¦l estaba, all¨ª estaba la cultura alemana. Pero en esta ocasi¨®n no ¨²nicamente el de Nosaltres, els valencians, trascendente reflexi¨®n intelectual sobre la identidad de los valencianos, sino tambi¨¦n el de Les originalitats, donde aborda la obsesi¨®n natural por alcanzar una singularidad individual, perfectamente aplicable a la colectiva, para diferenciarnos de los dem¨¢s. En busca de v¨ªnculos m¨¢s s¨®lidos, ya que ¨¦stos provienen no s¨®lo de la existencia de lo com¨²n, como puede ser la lengua, sino de la consolidaci¨®n de un tejido social elaborado a partir de la aceptaci¨®n de nuestras propias particularidades. Y ah¨ª nos encontramos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.