"Cuando no consiga hacer vivir a un poema, dejar¨¦ de escribir"
Han pasado 15 a?os desde que ?ngeles Mora (Rute, C¨®rdoba, 1952) lograse el Premio Rafael Alberti de poes¨ªa gracias a un libro titulado La guerra de los treinta a?os. Desde entonces, la poeta cordobesa ha publicado importantes poemarios como Contradicciones, p¨¢jaros, ganador del Premio Ciudad de Melilla. Mora acaba de reeditar La guerra de los treinta a?os, libro escrito durante los a?os ochenta, en la editorial gaditana I&CILe, inaugurando con ¨¦l una nueva colecci¨®n po¨¦tica llamada Messidor.
Pregunta. ?Qui¨¦nes contienden en esta guerra de los treinta a?os?
Respuesta. En la poes¨ªa todo es bastante ambiguo. En principio esta guerra de los treinta a?os es una guerra con uno mismo, la guerra de la edad. Durante la treintena se empieza a decir adi¨®s a cierta inconsciencia juvenil... Uno tiene que asumirse como es y pensar que lo que est¨¢ en juego es la vida y que no podemos sentarnos a esperar, porque el tiempo no traer¨¢ ning¨²n regalo si t¨² no lo conquistas. En segundo lugar, la Guerra de los Treinta A?os fue un largo conflicto b¨¦lico que se extendi¨® por Europa en el siglo XVII, as¨ª que quiz¨¢ eleg¨ª ese t¨ªtulo guerrero para jugar con el t¨®pico del amor como guerra, o sea, del amor y la vida como guerra.
P. Si el autor madura, tambi¨¦n lo hacen sus personajes po¨¦ticos. ?Se sigue identificando con la voz de este libro?
R. El libro se public¨® en 1990, pero comenc¨¦ a escribirlo en 1984 m¨¢s o menos. Ha pasado mucho tiempo, pero me identifico con muchos de sus poemas y con su tono, a pesar de que hoy seguramente ya no lo escribir¨ªa igual. Fue un libro de amor y de derrota, de lucha, de canto a la libertad.
P. ?Cu¨¢l es el motivo de recuperar ahora este poemario?
R. Ha sido algo inesperado para m¨ª. Yo estaba -y estoy- pensando en reunir mi poes¨ªa publicada hasta ahora en un volumen. Durante un viaje a C¨¢diz el a?o pasado, tuve la ocasi¨®n de hablar con Juan Antonio Hern¨¢ndez sobre este libro, que era quiz¨¢ el m¨¢s desconocido, porque apenas se distribuy¨® y pr¨¢cticamente s¨®lo lo conoc¨ªan los amigos a los que se lo regal¨¦, aparte de que la edici¨®n era bastante fea, horrible casi... Fue un comentario entre otros muchos, que luego olvid¨¦. Sin embargo, al cabo del tiempo, vino Juan Antonio a Granada y me dijo que me tra¨ªa una sorpresa: era un ejemplar de La guerra de los treinta a?os que ¨¦l acababa de fabricar, y me pidi¨® permiso para incorporarlo a las ediciones de I&CILE. Es una edici¨®n artesanal, cuidada, con un dise?o gustoso, una edici¨®n que no entra en los circuitos comerciales al uso, aunque s¨ª en otros alternativos, a trav¨¦s de Internet.
P. ?Existe alg¨²n punto de inflexi¨®n en su carrera?
R. Mi poes¨ªa vari¨® desde que supe de una manera consciente que la poes¨ªa no es expresi¨®n sino producci¨®n. Antes, inconscientemente, creo que ya lo hab¨ªa intuido.
P. ?Qu¨¦ opina de la imagen del poeta socialmente comprometido?
R. El primer compromiso de un poeta es con la buena poes¨ªa. S¨®lo a partir de ah¨ª podemos empezar a hablar... Ahora bien, vivimos en un mundo cada vez m¨¢s duro e implacable, donde s¨®lo las leyes del mercado y de la competencia funcionan. No rechazo la imagen del poeta socialmente comprometido. Es m¨¢s, el que un poeta se comprometa con la realidad en la que vive me parece que es pr¨¢cticamente inevitable. Lo que pasa es que s¨®lo se suele hablar de una forma de compromiso. La poes¨ªa que se apega al poder establecido tambi¨¦n est¨¢ comprometida, lo que pasa es que suele hacerlo de forma oblicua, o sea, dice quedarse al margen de lo que llama despectivamente pol¨ªtica, dice vivir en un mundo art¨ªstico e incontaminado, pero su postura efectiva es la del que no quiere cuestionar lo que existe, la del que lo acepta.
P. ?Hacia d¨®nde se dirige la poes¨ªa de ?ngeles Mora?
R. No lo s¨¦. Supongo que seguir¨¢ el camino de la madurez vital que una ya tiene, o cree tener, pues no todo consiste en la edad... Quisiera no perder la fuerza y la sensualidad del lenguaje, que la madurez no signifique p¨¦rdida de la vitalidad ni de la pasi¨®n de vivir y de escribir. Yo creo que mi poes¨ªa ha cambiado, pero no s¨¦ muy bien en qu¨¦. Cuando deje de tener pasi¨®n por la escritura, cuando no consiga hacer vivir a un poema, dejar¨¦ de escribir.
P. ?Existe el g¨¦nero en poes¨ªa o la poes¨ªa est¨¢ por encima de cualquier distinci¨®n?
R. Para m¨ª, en principio, creo que la poes¨ªa es una manera de pensar, de pensarme a m¨ª misma y de pensar el mundo. No creo que la poes¨ªa tenga g¨¦nero, pero s¨ª quien la escribe. Por eso yo hablar¨ªa m¨¢s bien de que existe una mirada femenina en la poes¨ªa. Realmente lo que importa es el lugar en el que nos situemos a la hora de escribir.
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