Los conservadores brit¨¢nicos eligen a su quinto l¨ªder en ocho a?os
David Cameron, de 39 a?os, ha tenido una carrera pol¨ªtica vertiginosa
David Cameron, de 39 a?os y s¨®lo cinco como diputado, gan¨® ayer con holgura la carrera para liderar el Partido Conservador brit¨¢nico. Obtuvo casi el 68% de los votos de la militancia, muy por delante de su rival, el derechista David Davis, de 56 a?os. El nuevo l¨ªder anunciar¨¢ hoy el equipo de direcci¨®n del partido, en el que figurar¨¢ como n¨²mero dos otro joven diputado, George Osborne, de 34 a?os.
Cameron y Osborne forman una pareja que evoca la compuesta a?os atr¨¢s por Tony Blair y Gordon Brown al frente del Nuevo Laborismo. Cameron llega al liderazgo de los tories con el respaldo de 134.446 militantes y una alta participaci¨®n en las primarias: vot¨® el 78% de los activistas, m¨¢s de lo que se esperaba dada la escasa emoci¨®n de una carrera que empez¨® a decantarse a su favor cuando entusiasm¨® con una intervenci¨®n franca y muy directa en el congreso de septiembre pasado.
Al congreso hab¨ªa llegado David Davis con el cartel de favorito en lo que se presum¨ªa un mano a mano con un peso pesado, el europe¨ªsta Kenneth Clarke. Pero las buenas maneras del joven Cameron cautivaron a la militancia y a la prensa, convirtieron en anodino y anticuado al favorito Davis y acapararon el apoyo de los centristas en perjuicio de Clarke. En dos votaciones sucesivas, el grupo parlamentario conservador elimin¨® de la carrera por el liderazgo a Clarke y al derechista Liam Fox, y la militancia, con voto directo, ha refrendado a Cameron como l¨ªder.
Su ascendencia ha sido vertiginosa. Hace menos de cinco a?os, cuando fue elegido por primera vez miembro de la C¨¢mara de los Comunes, era un desconocido sin m¨¢s experiencia pol¨ªtica que unos meses de asesor¨ªa en el Tesoro y otros tantos en el Ministerio del Interior. Su credo pol¨ªtico es apenas conocido. Sus cr¨ªticos dicen que tiene mucha imagen y poca sustancia y que sus dotes de orador son mediocres, inconveniente serio en la pol¨ªtica brit¨¢nica. Pero su mete¨®rico ascenso al liderazgo ha tenido la virtud de llenar de optimismo a un partido que ha pulverizado tres l¨ªderes desde que John Major perdi¨® el poder en 1997: William Hague (1997-2001), Ian Duncan Smith (2001-2003) y Michael Howard (2003-2005).
Moderadamente euroesc¨¦ptico, durante la campa?a se pronunci¨® a favor de que los conservadores abandonen el grupo parlamentario del Partido Popular Europeo en la Euroc¨¢mara, un anuncio que algunos han considerado su primer error como l¨ªder antes de ser elegido. Pero Cameron llega en buen momento, con el desconcierto instalado en la c¨²pula laborista: Tony Blair parece atravesar un momento especialmente dif¨ªcil, debilitado por su renuncia a un cuarto mandato, derrotado por primera vez en el Parlamento, siempre viva la crisis de Irak, con sus reformas en sanidad, educaci¨®n y Estado de bienestar amenazadas por la izquierda laborista y en plena crisis con sus socios europeos por las negociaciones del presupuesto.
Su probable rival electoral, Gordon Brown, atraviesa su peor momento pol¨ªtico, con la econom¨ªa creciendo tan s¨®lo al 1,75%, la mitad de lo que ¨¦l mismo hab¨ªa pronosticado hace medio a?o. Blair y Brown empiezan a dar la impresi¨®n de ser una pareja pol¨ªtica anticuada, sin el br¨ªo que puede ofrecer la nueva pareja de la pol¨ªtica tory, David Cameron y George Osborne. Pero, como advirti¨® ayer el presidente de los liberales-dem¨®cratas, Simon Hughes, "el problema de los conservadores no es el vendedor, sino el producto".
Pese a su desgaste tras m¨¢s de ocho a?os en el poder, los laboristas siguen encabezando las encuestas electorales y muchos creen que David Cameron tiene pocas posibilidades de ganar las pr¨®ximas elecciones.
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