General y asesino
El Tribunal de La Haya acusa a Ante Gotovina de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad durante la guerra de los Balcanes
Lo ¨²ltimo que se cre¨ªa saber de Ante Gotovina, un antiguo cabo primero de la Legi¨®n Extranjera Francesa que lleg¨® a general en el Ej¨¦rcito de Croacia, es que se ocultaba en un monasterio franciscano de su pa¨ªs. Su perseguidora esencial, Carla del Ponte, fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), afirm¨® en septiembre pasado que se hab¨ªa guarecido all¨ª con ayuda de la Iglesia cat¨®lica croata. Dicha acusaci¨®n le vali¨® a la jurista un desmentido fulminante por parte del Vaticano. El asunto no pas¨® del roce diplom¨¢tico, encontronazo, para ser m¨¢s exactos, pero ella no se arredr¨®. Hace cuatro a?os acus¨® formalmente a Gotovina de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad cometidos en 1995, en las guerras de los Balcanes, y no pensaba rendirse por una reprimenda eclesial. No en vano, el ex general, de 50 a?os, es uno de los renegados m¨¢s buscados por el TPIY junto con la otra pareja de acusados de altura todav¨ªa huidos: los l¨ªderes pol¨ªtico y militar serbobosnios Radovan Karadzic y Ratko Mladic, respectivamente.
Lo del monasterio fue una de las ¨²ltimas voces dadas por Del Ponte en su b¨²squeda de Gotovina. La otra llamada de atenci¨®n fue menos llamativa en lo geogr¨¢fico, pero mucho m¨¢s contundente. Sus informes negativos sobre la escasa cooperaci¨®n de las autoridades croatas en la detenci¨®n de su compatriota le cerraron en un principio la puerta de la UE a Zagreb. Sin embargo, el caso del renegado ahora ca¨ªdo en una playa espa?ola no era s¨®lo jur¨ªdico-policial. Ante Gotovina est¨¢ acusado de permitir el asesinato de al menos 150 civiles serbios y la deportaci¨®n de hasta 200.000 durante la ofensiva croata desatada en 1995 para expulsar a las fuerzas serbias de la regi¨®n de Krajina. Fue durante una operaci¨®n militar denominada Tormenta, que convirti¨® al antiguo legionario en un h¨¦roe para su pueblo. Pero dej¨® un rastro de cientos de muertos, en su mayor¨ªa ancianos serbios, asesinados cuando marcharon sus familias o bien por quedarse en sus hogares. El acta de acusaci¨®n del TPIY incluye tambi¨¦n la campa?a de pillaje, saqueo y destrucci¨®n que habr¨ªa coordinado en toda la zona para echar a los civiles serbios.
Jubilado anticipadamente en el a?o 2000, se escondi¨® poco despu¨¦s de que la fiscal le se?alara como un criminal de guerra. De Gotovina, que se dedic¨® al contrabando en Francia antes de regresar en 1990 a su casa, sus abogados dicen que hizo lo posible por evitar las atrocidades que se le imputan. El TPIY no lo cree as¨ª. En sus alegaciones subraya que ni siquiera castig¨® los delitos.
El problema de la doble faz del ex militar, un h¨¦roe para los croatas y un villano de cuidado para la justicia internacional, es que no deja indiferente a nadie. Muchos de sus compatriotas le apoyan. La jerarqu¨ªa cat¨®lica local critica al Tribunal de La Haya por "criminalizar una guerra de liberaci¨®n". Sin olvidar que el Gobierno reformista de Croacia no acept¨® en 2001 el acta de acusaci¨®n. Tem¨ªa la reacci¨®n popular. Y ¨¦l acced¨ªa al final a ser juzgado por un tribunal croata. Como a eso no estaba dispuesta Del Ponte, el cerco sigui¨® estrech¨¢ndose. Hasta ayer, en Tenerife.
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