Reino Unido proh¨ªbe el uso de pruebas obtenidas bajo tortura en el extranjero
La ¨²ltima instancia judicial brit¨¢nica obliga a revisar los casos de ocho sospechosos de terrorismo
Siete jueces de la C¨¢mara de los Lores dictaminaron ayer por unanimidad considerar inadmisibles en los tribunales de Reino Unido pruebas que hayan podido ser extra¨ªdas mediante torturas en otros pa¨ªses. Los lores,actuando como ¨²ltima instancia judicial del pa¨ªs, dieron as¨ª la raz¨®n a ocho personas detenidas por su presunta vinculaci¨®n con actividades terroristas que hab¨ªan apelado contra una decisi¨®n anterior del Tribunal de Apelaci¨®n. El fallo obligar¨¢ a revisar la situaci¨®n de los sospechosos de terrorismo cuyos casos dependen de testimonios probablemente obtenidos bajo tortura en el extranjero.
El Tribunal de Apelaci¨®n hab¨ªa fallado en agosto de 2004 que si las pruebas hab¨ªan sido obtenidas bajo torturas cometidas por agentes de otro pa¨ªs sin que estuviera implicado el Reino Unido se pod¨ªan utilizar y el Gobierno no estaba obligado a investigarlas. Muchos expertos se oponen al uso de pruebas obtenidas bajo tortura no s¨®lo por razones humanitarias, sino de eficacia, porque las confesiones suelen ser falsas y a la larga esas condenas no son ¨²tiles.
El fallo de ayer, calificado de hist¨®rico por organizaciones humanitarias como Amnist¨ªa Internacional y Liberty, obliga a la Comisi¨®n Especial de Apelaciones de Inmigraci¨®n a investigar los actuales y pasados casos en los que se sospecha que las pruebas contra un acusado pueden haber sido obtenidas bajo torturas. Entre esos casos, que el Ministerio del Interior mantiene en secreto, hay detenidos contra los que pesan pruebas obtenidas en campos de detenci¨®n de Estados Unidos, como el de Guant¨¢namo. Tambi¨¦n puede afectar a la deportaci¨®n de detenidos a pa¨ªses sobre cuyos gobiernos pesa la sospecha de practicar torturas.
El recurso fue presentado por ocho extranjeros que estaban entonces detenidos de manera indefinida por su presunta relaci¨®n con actividades terroristas. Se cree que varios de ellos siguen en la c¨¢rcel de alta seguridad de Belmarsh, al sur de Londres, pendientes de ser deportados; otros han salido en libertad bajo fianza y otros se encuentran en libertad bajo estricto control policial en aplicaci¨®n de las pol¨¦micas ¨®rdenes de control.
Aunque el veredicto fue alcanzado por unanimidad, los jueces no se pusieron de acuerdo sobre un aspecto que puede ser decisivo a la hora de poner en pr¨¢ctica el fallo. Cuatro jueces apoyaron la tesis de que si el Gobierno, despu¨¦s de haber investigado el caso, no est¨¢ en condiciones de aclarar la sospecha de que las pruebas han sido obtenidas bajo tortura, tiene derecho a utilizarlas. Otros tres opinaron, en cambio, que el Gobierno s¨®lo puede utilizarlas si tiene la absoluta certeza de que no han sido obtenidas bajo torturas.
Decisi¨®n "trascendental"
El presidente del panel de jueces, lord Bingham de Cornhill, destac¨® que "la tortura y sus frutos" han sido aborrecidos por la ley inglesa durante 500 a?os. "Los principios de la ley com¨²n, por s¨ª misma, en mi opini¨®n obliga a la exclusi¨®n de pruebas obtenidas por terceras partes bajo tortura por no ser fiables y por ser injustas, ofensivas para los est¨¢ndares ordinarios de la humanidad y la decencia, e incompatibles con los principios que llevan a un tribunal a intentar administrar justicia", escribe en su fallo.
Para Amnist¨ªa Internacional se trata de "una decisi¨®n trascendental". "El fallo de los jueces-lores ha derribado la creencia t¨¢cita de que la tortura puede ser aceptada en determinadas circunstancias", declar¨® un portavoz. "Los jueces-lores han mandado la se?al a todo el mundo democr¨¢tico de que no hay compromiso posible con la tortura", declar¨® Shami Chakrabarti, director de Liberty,
El Gobierno brit¨¢nico reaccion¨® como si el asunto no fuera con ¨¦l. El ministro del Interior, Charles Clarke, acat¨® el fallo y afirm¨® que ¨¦ste se refer¨ªa a una situaci¨®n "hipot¨¦tica" porque el Gobierno nunca ha tenido la intenci¨®n de utilizar evidencias obtenidas bajo tortura. Sin embargo, el fallo se produce en un momento en que distintos gobiernos europeos se muestran vacilantes ante el descubrimiento de que EE UU ha utilizado su territorio para transportar sospechosos de terrorismo que se teme que estaban siendo transportados a c¨¢rceles secretas o a pa¨ªses donde pod¨ªan ser interrogados bajo tortura.
La condescendencia de Occidente hacia pa¨ªses que torturan a sospechosos de terrorismo fue denunciada el a?o pasado por el ex embajador brit¨¢nico en Uzbekist¨¢n Craig Murray, destituido tras afirmar que el jefe del Foreign Office, Jack Straw, estaba de acuerdo en utilizar en la guerra contra el terrorismo informaci¨®n obtenida mediante tortura por el r¨¦gimen uzbeco.
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