Cae Gotovina
La detenci¨®n por la polic¨ªa espa?ola en un hotel de la isla de Tenerife, bajo identidad falsa, del general croata Ante Gotovina, pr¨®fugo desde hace cuatro a?os, es un enorme est¨ªmulo para el tribunal de la ONU que juzga los cr¨ªmenes de guerra en la antigua Yugoslavia, empantanado por el interminable juicio al genocida serbio Slobodan Milosevic. De ah¨ª la incontenible satisfacci¨®n de su fiscal jefe, Carla del Ponte, al anunciar la noticia. Gotovina, en cumplimiento de la ley, ser¨¢ enviado inmediatamente a La Haya, sin procedimiento de extradici¨®n, una vez cumplidos los tr¨¢mites ante la Audiencia Nacional. Al m¨¢ximo responsable militar de la operaci¨®n rel¨¢mpago que expuls¨®, el verano de 1995, a 150.000 serbios que ocupaban casi un tercio de Croacia, se le acusa de no haber impedido entonces el asesinato de 150 personas y de haber permitido la destrucci¨®n masiva de propiedades de los huidos.
Como los dos m¨¢s buscados criminales de guerra de la regi¨®n -Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic-, Gotovina, en retiro forzoso desde 2000, se esfum¨® inmediatamente despu¨¦s de que se conociera su enjuiciamiento secreto por el alto tribunal, en 2001, y anunci¨® que nunca se entregar¨ªa. La indolencia de las autoridades croatas en su busca y captura -el general, de 50 a?os, es un h¨¦roe para muchos de sus connacionales- acarre¨® en marzo de este a?o, tras un informe muy negativo de Del Ponte, la suspensi¨®n por la Uni¨®n Europea de sus negociaciones con Zagreb. Croacia aprendi¨® la lecci¨®n, y hace dos meses la fiscal jefe ya alababa sin reservas su cooperaci¨®n en la localizaci¨®n del fugitivo, reflejada en la inmediata apertura de conversaciones con la UE. Sus palabras de ayer sugieren que esta colaboraci¨®n ha resultado decisiva para el arresto de Tenerife.
Casi 15 a?os despu¨¦s de las atroces guerras ¨¦tnicas que causaron la voladura yugoslava, las nuevas aspiraciones de sus rep¨²blicas est¨¢n reduciendo a su verdadera condici¨®n a muchos carniceros que fueron jaleados como h¨¦roes en Bosnia, Serbia o Croacia. La captura de Gotovina, agridulce en Croacia, facilita enormemente los intereses europeos de Zagreb, que el Gobierno ha erigido en prioridad absoluta de su pol¨ªtica. Para Serbia, n¨²cleo duro del nacionalismo ¨¦tnico, supone un aviso muy serio. Su cooperaci¨®n con la UE y EE UU est¨¢ directamente condicionada a la detenci¨®n de quienes fueran los dos supremos jefes serbobosnios, Karadzic y Mladic, cuyo paradero, seg¨²n Del Ponte, Belgrado conoce. Sin la presencia de ambos, las celdas de La Haya, que albergan ya a medio centenar de los m¨¢s notorios sospechosos criminales de guerra de la Europa contempor¨¢nea, estar¨¢n siempre incompletas.
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