Una suiza en las playas de Miami
La obsesi¨®n por la novedad es la constante m¨¢s reconocible de las ferias de arte contempor¨¢neo. Descubrir nuevos talentos o incluso escuelas pict¨®ricas es al parecer un reflejo de sagacidad cultural, que se puede traducir de la noche a la ma?ana en grandes ventas. Siempre, claro est¨¢, que el artista del momento aparezca rodeado de una propuesta est¨¦tica o intelectual m¨¢s o menos innovadora y, sobre todo, de un look atractivo, sugerente.
La cuarta edici¨®n de Miami Art Basel no ha sido diferente. M¨¢s bien, ha exagerado notablemente estas tendencias. Esta d¨ªscola hermana menor de la Feria de Arte de Basilea (Suiza) es tan atrevida como fresca, tan adolescente y juguetona como una taimada Lolita. No es queja, sino apreciaci¨®n.
Miami Art Basel tiene todo el sex appeal de un show de Las Vegas. Es una feria de arte convertida en espect¨¢culo de masas
Trat¨¢ndose de Miami, subtr¨®pico de colores pasteles y tormentas caprichosas hasta hace poco aislado de las mecas culturales, estas caracter¨ªsticas han evolucionado de una manera particularmente americana: Miami Art Basel tiene todo el sex appeal de un show de Las Vegas, y casi tanto ne¨®n, porque aqu¨ª se ha redefinido la feria de arte, convertida ahora en espect¨¢culo de masas. Pero todo espect¨¢culo requiere de estrellas para resultar atractivo. As¨ª que por Miami desfilaron artistas de peso y sustancia como Marina Abramovic, Bill Viola, William Kentridge y Zaha Hadid. Mientras tanto, los comisarios de la museolog¨ªa contempor¨¢nea, ese nuevo rubro de famosos, compet¨ªan fieramente por unas migajas de la atenci¨®n del p¨²blico explicando las razones que les hab¨ªan llevado a elegir obras ajenas para una u otra exposici¨®n.
Las instituciones no han querido quedarse atr¨¢s. Miami Art Central, por ejemplo, present¨® una sublime retrospectiva de dibujos y v¨ªdeos del artista sudafricano William Kentridge, mientras que el Miami Art Museum inauguraba una de la cubana Ana Mendieta, y el de arte moderno optaba por un nuevo colectivo de artistas j¨®venes de Miami llamado Friends with You, todo ello amenizado por grupos musicales tan dispares como los cl¨¢sicos del viejo Dixieland de Nueva Orleans Preservation Hall Jazz Band o los punkis de los ochenta The New York Dolls.
Pero la zona art¨ªstica m¨¢s vital de la ciudad es sin duda Wynwood, un ¨¢rea de galpones industriales frente a la bah¨ªa de Miami, donde han surgido galer¨ªas y espacios alternativos. El lugar se est¨¢ convirtiendo en algo similar al barrio de Chelsea de Nueva York, que en estos d¨ªas ha adquirido dos nuevos vecinos: la galer¨ªa Luis Adelantado de Valencia -que present¨® una exposici¨®n del artista neoyorquino Anthony Goicolea- y la Emmanuel Perrotin de Par¨ªs. Entre las galer¨ªas espa?olas que participaron este a?o en la feria, est¨¢n la barcelonesa Pol¨ªgrafa y las madrile?as Juana de Aizpuru, Elvira Gonz¨¢lez y Pepe Cobo. Esta ¨²ltima present¨® obras de Federico Guzm¨¢n, Cristina Iglesias, Gabriel Orozco y Cindy Sherman.
La llegada de galeristas internacionales a un sector hasta hace poco considerado underground como Wynwood es probablemente s¨ªntoma de cambio. Lo cierto es que la feria de arte ha ampliado considerablemente el inter¨¦s cultural por la ciudad, en la que se nota una energ¨ªa diferente, sostenida por artistas j¨®venes y establecidos, al igual que por importantes coleccionistas y fuertes grupos inmobiliarios que quieren entrar en el juego del arte.
Charo Oquet, artista y directora del espacio Edge Zones situado en esa zona, comenta que los marchantes espa?oles tienen una gran ventaja para hacerse con un lugar destacado en Miami. "Primero por el idioma, segundo por la posici¨®n de Espa?a en Europa -que les permite presentar obras de artistas latinoamericanos o americanos en Espa?a- y tercero porque Miami es un buen puerto de entrada al mercado de arte norteamericano".
La primera galerista de importancia en trasladarse de Nueva York al sector de Wynwood fue Bernice Steinbaum. Su galer¨ªa representa a artistas como el haitiano Edouard Duval-Carri¨¦, que recrea en su obra un complejo universo on¨ªrico usando imaginer¨ªa del vud¨²; el cubano Glexis Novoa, conocido por sus delicados paisajes futuristas sobre m¨¢rmol, o la fot¨®grafa cubano-americana Elizabeth Cerejido, que explora tanto el retrato como su dualidad nacional y cultural.
Los dos primeros, al igual que Jos¨¦ Bedia y otros artistas, desvelaron ahora obras de arte p¨²blico que quedaron emplazadas permanentemente a la entrada del r¨ªo de Miami. Duval-Carri¨¦, que vive desde hace diez a?os en Miami, est¨¢ convencido de que la ciudad se ha convertido por derecho propio en una importante parte "del mapa del arte contempor¨¢neo internacional que no tiene nada que envidiar a ninguno de los viejos centros del arte".
Carol Damian, catedr¨¢tica de Historia del Arte de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), coincide en que la feria ha sido el catalizador que ha impulsado un inter¨¦s art¨ªstico internacional, pero sostiene que Miami ten¨ªa de por s¨ª una corriente de arte tradicional latinoamericano bien establecida (las galer¨ªas de Coral Glables que representan a artistas como Wifredo Lam o Fernando Botero) y otra de arte contempor¨¢neo m¨¢s vanguardista y conceptual, como las obras de Gavin Perry o Pedro Mar.
Nicole Kaufman, del Museo Frost de la misma universidad, ha realizado una serie de sondeos sobre la evoluci¨®n del panorama art¨ªstico de Miami. En uno de ellos George Neary, director de turismo cultural de Miami, afirma que la ciudad ha consolidado su situaci¨®n como destino cultural gracias a la feria, y que se afianzar¨¢ a¨²n m¨¢s con la pr¨®xima apertura el a?o que viene del Performing Arts Center.
En un lugar tan cambiante y dependiente del turismo como Miami, donde el promedio de vida de un establecimiento comercial es de un a?o, es dif¨ªcil precisar si todo lo que brilla es oro. Lo que s¨ª es cierto es que Miami Art Basel ha transformado profundamente el paisaje cultural de la ciudad, y que a nadie le parece mal el c¨®ctel de arte, espect¨¢culo y c¨¢lidas playas. Es m¨¢s, el para¨ªso, ese ilusorio espejismo, se llama ahora para muchos Miami.
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