En busca del remoto pasado y del presente inmediato
El autor describe la ciudad que inspir¨® a Saramago
"Y Orce, adormecido, era un fantasma, las casas como paredes de laberinto, ventanas y puertas cerradas, el castillo de las Siete Torres, encima de los tejados, parec¨ªa una aparici¨®n sin consistencia". En La balsa de piedra, Jos¨¦ Saramago trasforma la pen¨ªnsula Ib¨¦rica en una gran isla flotante que recorrer¨¢ el Atl¨¢ntico hasta encontrarse con los pueblos del continente americano. Uno de los protagonistas del libro es Pedro Orce, y entre los lugares descritos se encuentra esta villa del norte de la provincia de Granada, situada en el l¨ªmite con Almer¨ªa.
No es de extra?ar que el premio Nobel portugu¨¦s sea uno de los visitantes m¨¢s conocidos de la localidad, y que como agradecimiento y homenaje el Ayuntamiento haya decidido poner a la biblioteca municipal el nombre de la novela que le ha dado fama mundial.
Pero no s¨®lo la obra de Saramago ha convertido a Orce en una referencia obligada para el viajero que quiera adentrarse en la provincia de Granada.
Hace millones de a?os la regi¨®n en la que se asienta la localidad estuvo ocupada por un gran lago formado a partir de un brazo de mar. En el borde de ese gran lago se asentaron diferentes comunidades, de los que hoy son testigos los yacimientos arqueol¨®gicos en los que han sobrevivido los restos f¨®siles de animales de la ¨¦poca, gracias a la sal que acumula la tierra.
El paisaje actual de la comarca es el resultado de la erosi¨®n que ese gran lago prehist¨®rico caus¨® en el terreno, dotando a su vista de un car¨¢cter singular: mesetas y monta?as se alternan formando gargantas espectaculares.
El mayor yacimiento en importancia es el de Venta Micena, en el que apareci¨® el pol¨¦mico cr¨¢neo que ha dado lugar al llamado Hombre de Orce. Pero las investigaciones no han ayudado a aclarar todos los enigmas relativos a su existencia. La burocracia y la desconfianza mutua entre los investigadores y las instituciones han dado lugar a la actual situaci¨®n, de inactividad y abandono. Sin embargo, dejando a un lado el valor del cr¨¢neo, la acumulaci¨®n de huesos en el yacimiento est¨¢ fuera de lo com¨²n. Tras localizar m¨¢s de 2.500 piezas f¨®siles las investigaciones se centraron en resolver el enigma de tal acumulaci¨®n. Al parecer, el yacimiento se abri¨® sobre un antiguo refugio de hienas que se dieron un importante banquete en la zona. De entre todas las piezas extra¨ªdas se han identificado diferentes especies, entre ellas bueyes, b¨²falos, cerdos, caballos, hipop¨®tamos, elefantes y rinocerontes.
Desde uno de los cerros que existen en la zona se obtiene la m¨¢s hermosa vista a¨¦rea de la localidad. Se trata de Rapamonteras, provisto de una cima llana en la que pudo existir una torre vig¨ªa. De la hermosa estampa rural destaca el castillo de las Siete Torres, al que hizo menci¨®n Saramago en La balsa de piedra. Construido antes del siglo XI, un terremoto merm¨® su torre principal, la del Homenaje, que tuvo que ser reconstruida en el siglo XVI. En 1987 se decidi¨® instalar el Museo de Orce en esta torre. El museo consta de tres salas divididas por temas y dedicadas a los yacimientos arqueol¨®gicos. En la tercera se puede admirar una copia del controvertido cr¨¢neo, lo que provoca todo tipo de conjeturas sobre su procedencia. En opini¨®n de los investigadores que participaron en su descubrimiento perteneci¨® a un ni?o de unos cinco a?os que fue devorado por un carn¨ªvoro de gran tama?o, como demostrar¨ªan una serie de marcas que pueden observarse en los bordes. De ser as¨ª, estos restos ser¨ªan los m¨¢s antiguos encontrados hasta la fecha en toda Europa.
En el centro de la localidad, junto al Ayuntamiento y presidiendo su plaza central, se encuentra la Iglesia de Santa Mar¨ªa, que fue edificada sobre un solar en el que se levantaba una mezquita. La visi¨®n de la torre del campanario desde cualquier colina de Orce sugiere una estampa muy pintoresca, especialmente cuando la nieve toma la localidad y la convierte en un dibujo de s¨ª misma, en una sombra blanca en medio de un golpe de luz que desaf¨ªa al invierno. Entonces el encanto se multiplica al pasear por el Palacio de los Segura o al buscar entre el fr¨ªo ¨¢spero, siguiendo el camino Real, la m¨¢s antigua de las ermitas de todas las que se levantaron en Orce, la de San Sebasti¨¢n, con su cubierta de cuatro aguas y sus contrafuertes, que la dotan de una sensaci¨®n de fortaleza inexpugnable, vigilada por la Atalaya de la Sierra de la Umbr¨ªa, que se encarg¨® de mantener la seguridad en el camino que conduc¨ªa a Granada. Su aspecto de tierra sujetada, de piedras que desaf¨ªan al tiempo para buscar su destino, bien pudo haber inspirado a su ilustre visitante, acostumbrado a pasear por las acogedoras calles de Orce, entre cuevas excavadas en la roca que todav¨ªa son utilizadas como vivienda, y no menos acogedoras que los hermosos palacetes pertenecientes a las clases sociales m¨¢s pudientes. Una de las caracter¨ªsticas m¨¢s sorprendentes de las cuevas es que, independientemente de la ¨¦poca del a?o, mantienen una temperatura media de entre 15 y 17 grados cent¨ªgrados. Hoy, algunas de estas cuevas han sido remodeladas para acoger al emergente turismo rural, que ha se?alado a Orce entre los lugares predilectos del norte de Granada.
Para visitar: El Museo de Orce se encuentra ubicado en la Torre del Homenaje del Castillo. En su primera sala se exponen diferentes restos craneales de animales, entre los que destacan los de dos tipos de tigres con dientes de sables. La segunda recoge fracciones completas de los yacimientos que han llegado en un estado de conservaci¨®n inmejorable. En la tercera una copia del pol¨¦mico cr¨¢neo y una amplia colecci¨®n de herramientas y pruebas tratan de avalar la existencia del Hombre de Orce, el m¨¢s antiguo de Europa. El museo permanece abierto todos los d¨ªas durante el invierno en horario de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.00 horas.
- Para comer: La situaci¨®n de Orce, frontera entre el reino Nazar¨ª y el de Castilla, ha dotado a su cultura gastron¨®mica de una amplia variedad de recetas. La tradici¨®n castellana destaca en los platos fuertes, mientras que la reposter¨ªa conserva sus ra¨ªces moriscas. Vale la pena comprobarlo en La Mimbrera (Chorreador, s/n), un restaurante con un amplio y c¨®modo sal¨®n en el que se ofrece una amplia carta de carnes y de vinos.
- Para pasear:
La subida al cerro Rapamontera se ve recompensada con una espl¨¦ndida vista, que suele realizarse en compa?¨ªa de un fuerte viento que hac¨ªa volar las monteras y los sombreros, de ah¨ª su nombre.
Fernando Valverde (Granada, 1980) ha publicado diversos libros de poemas entre los que destacan Viento favorable, Madrugadas y Razones para huir de una ciudad con fr¨ªo (Visor, 2004). Una antolog¨ªa de sus poemas, titulada El mar y la lluvia, ha sido publicada en Costa Rica, al igual que una traducci¨®n al italiano de su ¨²ltimo poemario, Aparecida en Roma. Recientemente ha sido galardonado con el premio nacional Federico Garc¨ªa Lorca de Poes¨ªa para universitarios.
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