Oro y d¨®lar: senderos que se bifurcan
Durante las ¨²ltimas semanas el precio de algunas materias primas ha seguido su marcha imparable marcando, uno tras otro, nuevos m¨¢ximos hist¨®ricos. Por eso no es extra?o que los fondos que invierten en ellas, o en acciones de empresas relacionadas con su explotaci¨®n, est¨¦n proporcionando rentabilidades muy destacadas. Sobresalen los que invierten en oro y metales preciosos que, en promedio, acumulan durante el a?o un 42% y s¨®lo en el ¨²ltimo mes un 15%. Desde septiembre, esas rentabilidades, medidas en euros, acumulan a la subida del precio del oro una revalorizaci¨®n adicional del d¨®lar contra el euro.
El precio ascendente de las materias primas ha afectado a muchas de las m¨¢s conocidas y no se ha limitado al mundo de los metales o de los hidrocarburos, sino que se ha extendido a alguna tan alejada de ¨¦stos como el az¨²car. Pero es la evoluci¨®n del precio del oro la que resulta m¨¢s sorprendente (en los ¨²ltimos 30 d¨ªas ha subido un 15%) ya que el oro est¨¢ rodeado de asociaciones m¨ªsticas que hacen que todo el mundo quiera ver en ¨¦l se?ales de acontecimientos futuros cuando, como ahora, la marcha de su cotizaci¨®n se vuelve espectacular. Y es que nadie es capaz de explicar esa evoluci¨®n tan acelerada, a no ser que se recurra a la platitud de decir que es el resultado del juego de la oferta y la demanda. O la pura especulaci¨®n.
Cuando no son ¨¦stas, las explicaciones m¨¢s socorridas hacen siempre referencia a la demanda para la industria en general y para la de joyer¨ªa en particular (que se estima en un 85% de la demanda total); a la necesidad de protegerse de la inflaci¨®n futura (algo que est¨¢ en contradicci¨®n con la bajada experimentada por los tipos de inter¨¦s de largo plazo); como refugio ante la inestabilidad pol¨ªtica (no vaya a ser que el ganador de una guerra considere puro papel el dinero emitido por su oponente) o, finalmente, como veh¨ªculo de acumulaci¨®n (se suelen citar las zonas rurales m¨¢s apartadas de China e India, donde el acceso a las sucursales bancarias no es precisamente f¨¢cil). Existe, adicionalmente, otro argumento de tipo general: el precio de la onza de oro sube por las mismas razones que ha subido el precio de los dem¨¢s activos (acciones, bonos e inmuebles): por la abundancia de liquidez que han propiciado los bajos tipos de inter¨¦s de los tres ¨²ltimos a?os.
En este contexto se est¨¢ prestando poca atenci¨®n a un fen¨®meno bastante inusual: desde comienzos de septiembre el precio del oro ha estado subiendo y el d¨®lar fortaleci¨¦ndose, algo que s¨®lo ha ocurrido en muy contadas ocasiones. Y que, cuando as¨ª ha sido (como en 1993) no se ha prolongado por m¨¢s de tres meses. De ah¨ª que ese comportamiento at¨ªpico no pueda estar muy lejos de terminarse. Lo que no est¨¢ claro es si la vuelta a la relaci¨®n convencional entre oro y d¨®lar se producir¨¢ con la ca¨ªda del precio del oro, o con una r¨¢pida depreciaci¨®n del d¨®lar, o con ambas cosas a la vez. Los part¨ªcipes de fondos de la zona euro que invierten en oro dejar¨¢n en ese momento de tener todo el viento a su favor.
Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.
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