Cita a ciegas en el oc¨¦ano
Los cop¨¦podos, diminutos crust¨¢ceos sin visi¨®n, utilizan estrategias para emparejarse
Miden pocos mil¨ªmetros y su tiempo de vida es limitado, en general menos de un mes, pero los cop¨¦podos saben c¨®mo aprovecharlo. Estos diminutos crust¨¢ceos invidentes han desarrollado toda una panoplia de estrategias de seducci¨®n para aparearse que los han convertido en el grupo de animales m¨¢s abundante del zooplancton, las criaturas que viven en el oc¨¦ano a merced de las corrientes y sirven de alimento a los peces.
Los cop¨¦podos, una subclase del grupo de los crust¨¢ceos, suponen el 80% del zooplancton marino. "La mayor¨ªa de las especies de cop¨¦podos miden alrededor de un mil¨ªmetro pero sus machos son capaces de recorrer m¨¢s de 200 litros de agua por d¨ªa buscando hembras, y tal capacidad de emparejamiento es clave para entender la gran presencia de estos animales ciegos en la fauna oce¨¢nica", explica Thomas Ki?rboe, del Instituto Dan¨¦s para las Investigaciones Pesqueras que realiza una estancia en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona.
Capaces de distinguir entre la claridad y la oscuridad, pero inhabilitados para ver im¨¢genes tridimensionales, estos peque?os seres marinos tienen en el apareamiento su principal funci¨®n vital. "La misi¨®n del macho es copular con cuantas m¨¢s hembras mejor durante su corta existencia", aclara Ki?rboe, "y para ello ha tenido que buscar alternativas a su propia ceguera, adem¨¢s de la dificultad intr¨ªnseca de acercarse a las hembras en la inmensidad de los oc¨¦anos, ya que los cop¨¦podos no se desplazan en grupos como otros animales marinos, sino que nadan alejados entre s¨ª".
Las hembras juegan un papel fundamental en la resoluci¨®n natural de estas aparentes dificultades, al utilizar tres tipos de estrategias para indicar a los machos d¨®nde se hallan. Dos de ellas se basan en la emisi¨®n de feromonas, las sustancias qu¨ªmicas que se?alan el celo y que son olidas por el macho. Para que dichas feromonas lleguen a ser captadas por sus futuras parejas y no se dispersen in¨²tilmente, las hembras concentran las marcas qu¨ªmicas en una zona muy reducida a su alrededor. Ki?rboe ha creado modelos de ordenador que permiten apreciar la existencia de dos formas b¨¢sicas de distribuci¨®n de estos indicadores: lo que denomina "penachos de feromonas", por su semejanza con las plumas de un ave, o las "estelas", regueros de estas se?ales que la hembra deja a su paso y que el macho es capaz de seguir.
El tercer aviso que utilizan las hembras de los cop¨¦podos para comunicar al macho su posici¨®n es mediante la emisi¨®n de impulsos hidromec¨¢nicos. Se trata de vibraciones que se transmiten a trav¨¦s del agua y que podr¨ªan compararse a la difusi¨®n de los sonidos.
Para captar esta diversa gama de se?ales, los machos cop¨¦podos cuentan con ¨®rganos especializados en su recepci¨®n. Unas largas antenas laterales a cada lado de su cabeza les permiten notar las vibraciones del agua, mientras que otros receptores m¨¢s diminutos y de forma redondeada funcionan como quimiosensores para las feromonas.
Uno de los casos m¨¢s singulares entre los cop¨¦podos es el de la especie Oithona davisae, una de las m¨¢s peque?as entre ellos, de apenas 0,3 mil¨ªmetros. Diversas carencias naturales dificultan su apareamiento: la hembra se mueve lentamente y es muy ineficaz emitiendo se?ales al macho, mientras que ¨¦ste s¨®lo es capaz de encontrarla si ella se halla a una distancia m¨¢xima de dos mil¨ªmetros respecto a ¨¦l. Ki?rboe ha grabado el movimiento de estos animales con un sistema de c¨¢maras y espejos que le permite obtener la posici¨®n tridimensional de las Oithona en cada momento. Trasladando estos datos a un modelo de ordenador, la conclusi¨®n es que el macho salva estos obst¨¢culos con un movimiento acelerado, un baile fren¨¦tico alrededor de las zonas que va rastreando en su celo apareador, hasta dar con la deseada pareja. Para ello tiene que nadar mucho: "Entre los grandes y peque?os animales este cop¨¦podo ostenta un aut¨¦ntico r¨¦cord de velocidad de nado sostenida, ya que con un tama?o corporal de apenas 0,3 mil¨ªmetros alcanza velocidades por segundo que superan 100 veces su longitud", afirma el cient¨ªfico dan¨¦s.
A¨²n ha de resolver otro problema m¨¢s la Oithona en su proceso de fecundaci¨®n: no puede comer mientras nada, por lo que si est¨¢ nadando para emparejarse no se alimenta, y viceversa: si se alimenta se queda sin pareja. ?C¨®mo lo resuelve? "La conclusi¨®n es fascinante", dice Ki?rboe, "ya que nos hemos dado cuenta de que es capaz de conseguir un equilibrio entre el tiempo que pasa nadando y la velocidad que mantiene: s¨®lo nada un tercio de su tiempo de vida, pero cuando lo hace alcanza de manera estable una velocidad media muy elevada, 12 mil¨ªmetros por segundo, lo que le permite lograr muchos apareamientos, y evitar a los predadores".
50 a?os de 'Scientia Marina'
La revista cient¨ªfica Scientia Marina, editada por el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, ha cumplido 50 a?os de vida. Fundada en 1955 con el t¨ªtulo Investigaci¨®n Pesquera, se trata de una de las pocas revistas espa?olas que aparecen en el Science Citation Index, la base mundial de datos de las principales publicaciones cient¨ªficas.
La edici¨®n especial conmemorativa de la revista (se publican cuatro n¨²meros al a?o) fue presentada en un acto en el instituto e incluye, entre otros, un art¨ªculo sobre el estado actual del programa para censar toda la vida marina. Editada en papel y tambi¨¦n en Internet, Scientia Marina puede consultarse gratuitamente en www.icm.csic.es/scimar/.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.