Negociaci¨®n con jam¨®n y queso

La opini¨®n generalizada es que el Concierto Econ¨®mico, 25 a?os despu¨¦s de su aprobaci¨®n, es una instituci¨®n consolidada y fuera de cualquier peligro. En algunos sectores del nacionalismo, sin embargo, queda la incertidumbre. Es el caso del lehendakari Ibarretxe, aunque no el ¨²nico. A su deseo de blindar la soberan¨ªa fiscal de Euskadi, expresado el lunes, se sumaron ayer Carlos Garaikoetxea y Xabier Arzalluz, partidarios tambi¨¦n de ponerla a salvo de su permanente judicializaci¨®n.

Fueron los ¨²nicos que expresaron en voz alta su adhesi¨®n al lehendakari. Lo hicieron en las jornadas para conmemorar el cuarto siglo de vigencia del principal elemento del autogobierno vasco, que reunieron ayer en el Kursaal a los ex ministros Rodolfo Mart¨ªn Villa (UCD) y Carlos Solchaga (PSOE), a Txiki Benegas, Josep Antoni Duran i Lleida (CiU), Juan Cruz Alli (CDN) y al ex consejero de Hacienda Pedro Luis Uriarte.

Solchaga: "La normativa fiscal ha de parecerse a la de Espa?a y Europa"

Garaikoetxea, que mostr¨® su "desasosiego" ante las ¨²ltimas resoluciones judiciales, lanz¨® una f¨®rmula para preservar el Concierto de estos avatares: h¨¢gase uso de la ley de armonizaci¨®n fiscal que aprob¨® el Parlamento en 1989 para elevar a rango de ley la normativa tributaria vasca y, as¨ª, quedar¨¢n despejadas todas las "incertidumbres" que causan los "francotiradores" en las instancias contencioso-administrativas.

Tambi¨¦n temeroso con el poder judicial, Arzalluz puso un escenario m¨¢s pesimista: "Veo m¨¢s posible que terminen con nuestro Concierto, que Catalu?a consiga el suyo". Benegas le apostill¨® enseguida: "Espero que te equivoques, Xabier". El dirigente socialista destac¨® la "singularidad" que tiene "a nivel mundial" el sistema auton¨®mico espa?ol. "No existe ninguna regi¨®n con m¨¢s nivel de autogobierno que Euskadi dentro de un Estado democr¨¢tico. Y esto es gracias al Concierto", dijo. No obstante, rechaz¨® generalizar este modelo al resto de las autonom¨ªas, porque "se disolver¨ªa el Estado".

Solchaga, que admiti¨® sus recelos sobre el Concierto cuando se instaur¨®, y Mart¨ªn Villa, autoproclamado "un segund¨®n" en las negociaciones de 1980, resaltaron el buen funcionamiento y la contribuci¨®n de este instrumento al desarrollo econ¨®mico del Pa¨ªs Vasco, aunque el primero advirti¨® de que "la soberan¨ªa normativa en materia tributaria debe parecerse a la del resto de Espa?a y de Europa".

Esa soberan¨ªa es la que persigue Catalu?a, admiti¨® Duran i Lleida, quien record¨® que esta comunidad no tiene concierto propio porque "no lo pidi¨®" en su momento. "Hoy demandamos un mecanismo similar al de Euskadi, con capacidad recaudatoria y Cupo". Ese objetivo s¨®lo tiene un camino, la negociaci¨®n con el Estado.

De eso habl¨® bastante Uriarte. Explic¨® que el Concierto fue fruto de una negociaci¨®n planteada como una eliminatoria entre el Real Uni¨®n (el Gobierno vasco) y el Chelsea (el central). Se lleg¨® a un acuerdo, record¨®, tras siete meses de contactos que culminaron con 327 horas seguidas de reuniones a base de jam¨®n y queso, porque el d¨¦ficit del Estado no daba para m¨¢s entonces.