La memoria sincera
Hoy se cumplen 11 a?os del asesinato del responsable de Seguridad Ciudadana de la Polic¨ªa Local de San Sebasti¨¢n, Alfonso Morcillo; hoy, seg¨²n los medios de comunicaci¨®n, se extradita a Espa?a a uno de sus asesinos, Garc¨ªa Gaztelu. Tras 11 largos a?os de pedir justicia, este terrorista viene a Espa?a para ser juzgado, pero no por el asesinato de Alfonso, aunque comprobando lo ben¨¦volas que son nuestras leyes con respecto a los victimarios, igual ser¨¢ mejor que permanezca en c¨¢rceles francesas. Once largos a?os de memoria, a?oranza, de ilusiones rotas y desenga?os.
Hace hoy exactamente un a?o, y a petici¨®n de alguno de sus compa?eros que quisieron recordarle, se puso en contacto conmigo el Departamento de Derechos Humanos del Ayuntamiento para recordar su memoria. Me pidieron que les comunicara c¨®mo ser¨ªa la mejor forma de honrarle. Entre las distintas propuestas, me pareci¨® la m¨¢s adecuada el colocar una placa en las dependencias de la Guardia Municipal; aunque sinceramente yo prefer¨ªa quedarme con su recuerdo a solas, fueron sus compa?eros quienes me animaron para luchar por ese acto de reconocimiento. Tras varias conversaciones con el departamento del Ayuntamiento, me comunican que al jefe de la Guardia Municipal no le parece oportuno ni la fecha, ni que s¨®lo se recuerde a Alfonso, cuando ha habido otros asesinados, a lo que yo respond¨ª que pod¨ªa hacerse por todos los polic¨ªas locales asesinados, previo aviso a sus familias y si as¨ª lo desearan (mucho me tem¨ª que el se?or Santamar¨ªa no iba a permitir tal acto y, la verdad, yo tampoco deseaba nada impuesto).
?Recuerda, se?or Elorza, cuando usted, tan amablemente, me llam¨® para recordar la memoria de Alfonso hace hoy exactamente un a?o, y a trav¨¦s del tel¨¦fono usted se comprometi¨® conmigo y con una voluntad aplastante me comunic¨® que esa placa estar¨ªa colocada antes del 15 de diciembre de 2005? Pues hoy es ese d¨ªa en que no s¨¦ nada de ese tema y, es m¨¢s, creo que no han tenido ni intenci¨®n en todo el a?o de realizar dicho acto. Sinceramente, a m¨ª me sobran estos actos; lo ¨²nico que quiero reflejar es el talante hip¨®crita de muchas personas que dicen estar con las v¨ªctimas y sus familias, y es pura "farsa".
Durante muchos a?os, muchos m¨¢s familiares de v¨ªctimas y yo nos hemos ido tragando l¨ªneas y l¨ªneas en los medios de comunicaci¨®n de apoyo y reconocimiento que no han sido sinceras. ?Cu¨¢nto mejor ser¨ªa que para honrar a una v¨ªctima, en lugar de tanto compromiso y palmadita en la espalda, nos regalara el Ayuntamiento que usted preside, por ejemplo, la limpieza de carteles etarras el d¨ªa de San Sebasti¨¢n! Igual as¨ª yo tambi¨¦n tendr¨ªa derecho a pasear por la ciudad sin tenerme que tragar el "sapo" de la foto m¨¢s grande puesta en la calle Mayor del asesino de mi marido, igual con peque?os pasos logre que podamos ser un poquito felices.
Yo tengo claro qui¨¦nes son mis enemigos: los etarras, sus c¨®mplices y quienes les apoyan; en definitiva, todos aquellos que "rieron" un d¨ªa como hoy hace 11 a?os.
La mejor memoria es el recuerdo permanente; por eso desde est¨¢s l¨ªneas quiero agradecer al Diario Vasco su recordatorio en efem¨¦rides a?o tras a?o al asesinato de Alfonso, y a todos aquellos quedurante a?os han recordado su persona de forma sincera. Y en estas fechas tan familiares donde ETA nos dej¨® tan mutilados, quiero ofrecer mi recuerdo m¨¢s entra?able para la familia Arin, que un 15 de diciembre de 1983 sufri¨® la sinraz¨®n de ETA.
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