Paralizaci¨®n
La gran ilusi¨®n contempor¨¢nea tiene forma de ladrillo, que es una forma rara para una ilusi¨®n, se mire como se mire, as¨ª se mire por el agujero del ladrillo mismo. Despu¨¦s de muchos siglos de forjarnos quimeras abstractas y grandiosas, despu¨¦s de tantos siglos de entretener vaguedades metaf¨ªsicas en torno a la inmortalidad de nuestra alma y de imaginar para ella un para¨ªso perpetuo, despu¨¦s de siglos y siglos de fijarnos como horizonte la consecuci¨®n de una conciencia digna y coherente con la que afrontar el inmenso espejismo del mundo, despu¨¦s de todo eso, en fin, resulta que nuestra ilusi¨®n colectiva tiene forma de ladrillo. Qu¨¦ le vamos a hacer.
La nueva Ley de la Vivienda y el Suelo aprobada por el Parlamento andaluz llega tarde, como todas las leyes forzadas por la evidencia del desm¨¢n consumado. Pero el hecho de que esa ley llegue tarde no significa que muchos pol¨ªticos opinen que no debi¨® llegar nunca. "La paralizaci¨®n de Andaluc¨ªa", claman los profetas de las hecatombes cotidianas. La paralizaci¨®n. Por lo del ladrillo. Se paran durante un rato los ladrillos y se para Andaluc¨ªa, que gira al ritmo de una hormigonera.
Para que Andaluc¨ªa no se paralice es necesario destruir lo que queda del litoral andaluz, por ejemplo. Andaluc¨ªa necesita inmolarse para sobrevivir, seg¨²n parece. Si alguien intenta poner freno con una ley a los esplendores urban¨ªsticos que est¨¢n fuera de toda ley, no tienen culpa los forajidos inmobiliarios, sino los legisladores paralizantes. Si a los promotores urban¨ªsticos y a los pol¨ªticos de moral urbanizable se les paran los pies, la que se paraliza es Andaluc¨ªa, tan aficionada al movimiento. En esta Andaluc¨ªa nuestra en v¨ªas de paralizaci¨®n inminente, la vivienda ha subido un 150% en los cinco ¨²ltimos a?os, seg¨²n dicen los que saben. No estoy seguro, pero es probable que esa subida se deba al aumento desproporcionado de los salarios de los alba?iles, que quiz¨¢ ganen un 150% m¨¢s que hace un lustro, porque no creo que los movilizadores inmobiliarios de Andaluc¨ªa se lleven de todo esto ni un c¨¦ntimo, ya que su tarea es esencialmente filantr¨®pica: hacer que Andaluc¨ªa se mueva. Pero ahora hay crisis de inversores inmobiliarios, seg¨²n parece. Crisis. Crisis y paralizaci¨®n. Los inversores en crisis y Andaluc¨ªa paralizada. ?Qui¨¦n me vende un billete de ida para Hawai?
Los inversores en crisis saben que nuestra ilusi¨®n tiene forma de ladrillo, y esa ilusi¨®n es el motor de Andaluc¨ªa: a m¨¢s ilusiones, m¨¢s ladrillos. A m¨¢s ladrillos, m¨¢s beneficio. A m¨¢s beneficio, m¨¢s inversiones. A m¨¢s inversiones, m¨¢s beneficio. A m¨¢s beneficio, mayor beneficio. A mayor beneficio, Andaluc¨ªa en movimiento. A mayor movimiento de Andaluc¨ªa, mayor bienestar para todos, incluidos los que tienen la suerte de poder pagar una hipoteca mareante por unos cuantos ladrillos, esos ladrillos m¨¢gicos que movilizan Andaluc¨ªa. Pobres inversores. Asustados. En crisis. Sin un concejal amigo que les eche una mano en una recalificaci¨®n movilizadora, sin pol¨ªticos fatalistas ante la ilegalidad movilizadora, sin un ayuntamiento que se muestre comprensivo ante los planes parciales encaminados a la movilizaci¨®n de nuestra tierra, as¨ª Andaluc¨ªa se mueva hacia el abismo: urbanizaci¨®n para hoy y abismo para ma?ana, como si dij¨¦ramos.
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