Sarah, puro 'glamour'
La protagonista de la serie 'Sexo en Nueva York', Sarah Jessica Parker, que se ha convertido en modelo de una nueva mujer 'independiente, divertida, sin complejos', retoma, con los 40 a?os m¨¢s 'glamourosos' del mundo, su carrera en el cine para mostrar de lo que es capaz.
La protagonista de la serie 'Sexo en Nueva York', Sarah Jessica Parker, que se ha convertido en modelo de una nueva mujer -independiente, divertida, sin complejos-, retoma, con los 40 a?os m¨¢s 'glamourosos' del mundo, su carrera en el cine para mostrar de lo que es capaz.
Nunca desde Imelda Marcos se habl¨® tanto de zapatos. Culpables: la explosiva combinaci¨®n de Manolo Blahnik, el dise?ador de calzado m¨¢s famoso y prestigioso del mundo, y la menuda Sarah Jessica Parker, que ha dado nombre a uno de los pares de zapatos de su colecci¨®n. Esta neoyorquina hasta la m¨¦dula, que naci¨® hace 40 a?os en Ohio y cuya carrera como actriz nunca lleg¨® a cuajar hasta que se pas¨® a la televisi¨®n, es ahora una de las mayores estrellas de Hollywood. M¨¢s a¨²n, Parker ha trascendido su trabajo como actriz para convertirse en el ejemplo de la mujer del nuevo milenio, con todos sus ¨¦xitos, sus trampas y sus tentaciones. Todo se lo debe a un ¨²nico papel, el de la columnista Carrie Bradshaw en la serie Sex and the city (Sexo en Nueva York). Seis temporadas que cambiaron la forma de hablar (de orgasmos, vibradores o de maneras m¨¢s rom¨¢nticas de poner fin a una relaci¨®n que un post-it), la forma de beber (un hallazgo para los Cosmopolitan) y especialmente la forma de vestir de la mujer moderna. Una nueva mujer inspirada en Candace Bushnell y sus columnas en The New York Observer, pero que s¨®lo Sarah Jessica Parker fue capaz de darle la vida que se merec¨ªa, por ella y por todas las mujeres que ahora la admiran.
"No hay mejor musa, alguien capaz de inspirarte para sacar lo mejor de ti y luego mejorarlo cuando lo lleva a la pantalla", confirma su ¨¢lter ego Michael Patrick King, productor ejecutivo de la serie que le ha dado tanta fama. "Alguien con ese glamour de estrella que marca un estilo, pero siempre lista a disfrutar del chiste m¨¢s vulgar, ¨¦se que la hace una chica m¨¢s del grupo", a?ade. "Chicote, pero sofisticada; con la manicura perfecta, pero traviesa", resume Mathew McConaughey tras rodar junto a ella Failure to launch. Los comentarios se repiten entre todos los que han compartido un plat¨® con ella. "Adem¨¢s tiene la mejor risa que puedes escuchar, la muy pu?etera", resume Diane Keaton, junto a ella en The family stone (La joya de la familia), que se estrenar¨¢ pr¨®ximamente en Espa?a. "Sarah ha hecho de la moda una expresi¨®n de c¨®mo se siente uno en su vida en cada momento", a?ade Bushnell. "Sigue siendo igual de sexy y se puede poner lo que le apetezca, pero sin las locuras de la adolescencia", remata el dise?ador ?scar de la Renta, uno de los modistas que han contribuido a la sofisticaci¨®n de esta actriz, a la que admiran las mujeres de 20 y a la que se quieren parecer las de 40.
La madurez de Sarah Jessica Parker huele ahora a dinero y a perfume tras su deb¨² en el mercado de la moda con su propia fragancia, Lovely. La serie que le dio la fama ha quedado atr¨¢s, pero ahora Parker retoma esa carrera art¨ªstica que empez¨® hace 32 a?os, cuando era una ni?a prodigio del teatro, con cuatro nuevas pel¨ªculas en cartera, a cual m¨¢s diferentes de su amada Carrie Bradshaw. Adem¨¢s est¨¢ su faceta familiar: casada desde hace ocho a?os con el tambi¨¦n actor Matthew Broderick, de 43, y madre de un hijo, James Wilkie, de tres a?os. "A¨²n recuerdo que tuve muchas dudas antes de aceptar la serie; no s¨¦, por el compromiso, por lo que significaba trabajar en televisi¨®n. Y fue Matthew el que me convenci¨® cuando me dijo: en el peor de los casos, la serie tendr¨¢ ¨¦xito", recuerda ahora entre el lujo del hotel Ritz Carlton donde da la entrevista. Lleva un vestidito rosa muy ce?ido en la cintura y cuyo amplio escote deja bastante visible su sost¨¦n negro; en los pies, zapatos negros de sal¨®n con tac¨®n de aguja.
A la pregunta habitual de en qu¨¦ se parece ella al personaje, responde con una mirada directa: "Somos diferentes, muy diferentes. Carrie es mucho menos modosa que yo. Ni se me pasar¨ªa por la cabeza la idea de vestir en p¨²blico con muchos de sus trajes. Soy mucho menos exhibicionista. Somos personas diferentes, eso es todo. Aunque debo reconocer que desde que Carrie entr¨® en mi vida, desde que conoc¨ª a Patricia Field [encargada de vestuario en Sex and the city], mi estilo tambi¨¦n ha cambiado. Nos sigue diferenciando el hecho de que siempre vestir¨¦ m¨¢s ropa que Carrie. ?Soy una mujer casada! Pero ha sido maravilloso poder llevar durante estos seis a?os esa doble vida que me dio Carrie".
Con la distancia que da el fin de la teleserie, ?cu¨¢l cree que fue la clave del ¨¦xito?
Tengo dudas. No me gusta pontificar sobre el tema porque lo hace poco atractivo [sonr¨ªe]. Adem¨¢s me han hecho la pregunta tantas veces que pienso que no hay una respuesta acertada. Pero si me obliga a responder, le dir¨ªa que creo que se trat¨® de una voz nueva, totalmente nueva, que el p¨²blico, y en especial las mujeres, nunca hab¨ªa escuchado antes. Era su voz incluso para aquellas mujeres que ni tan siquiera viv¨ªan en la ciudad o segu¨ªan ese estilo de vida. Les gust¨® Carrie, sus vivencias, y no me refiero necesariamente a las m¨¢s picantes. Simplemente su forma de hablar, de relacionarse con sus amistades, su actitud ante el sexo. A veces pienso que Sex and the city tuvo mucho m¨¢s de reportaje de una ¨¦poca de lo que pensamos?
Una ¨¦poca que ya queda atr¨¢s?
S¨ª. No estoy tan segura de que pudi¨¦ramos hacer la misma serie ahora. Vivimos en un mundo tan diferente? Sex and the city naci¨® en 1997. Ha pasado casi una d¨¦cada, y las cosas han cambiado tanto: el clima pol¨ªtico, el pa¨ªs, el momento social y cultural que vivimos? Creo que de alg¨²n modo fue una ¨¦poca m¨¢s feliz. O al menos parec¨ªa m¨¢s sencilla, menos complicada.
?Y c¨®mo es la vida despu¨¦s del 'sexo'?
No puedo quejarme, porque adem¨¢s fue mi propia decisi¨®n. Una decisi¨®n dura, porque estaba muy a gusto; pero personal, porque me di cuenta de que hab¨ªa llegado el momento de poner fin a la serie y continuar mi propio viaje. No es que est¨¦ huyendo de Carrie, como he le¨ªdo en algunos sitios, o que me abrume esa imagen que ha creado de m¨ª. Pero tambi¨¦n intento ser una buena madre, una buena esposa y una buena empresaria, adem¨¢s de una actriz.
Como Carrie, Sarah Jessica Parker ha sido alabada como el s¨ªmbolo del nuevo feminismo: mujer de carrera, independiente e inteligente, pero rom¨¢ntica y en perpetua b¨²squeda del hombre perfecto. Es f¨¢cil ver muchas de estas caracter¨ªsticas en la verdadera Parker, quiz¨¢ menos sofisticada de origen; nacida en la ciudad minera de Nelsonville (Ohio), pero criada en un peculiar ambiente familiar: es hija del escritor Stephen Parker, y de Barbara, profesora de enfermer¨ªa con ambiciones teatrales. Adem¨¢s exhibe una llamativa trayectoria amorosa junto a hombres interesantes y con fama de complicados, como Robert Downey Jr. y John Kennedy Jr. Sin embargo, su vida actual junto a Broderick parece haberle dado estabilidad. En sus respuestas recuerda a otra mujer icono de la liberaci¨®n femenina, Madonna: "Ahora soy una m¨¢s de los millones de mujeres que son madres y contin¨²an con su carrera, lo cual es una gran fuente de ansiedad y de conflicto; pero mi prioridad es el bienestar de mi hijo".
?Lleg¨® a considerar la posibilidad de dejar su trabajo tras el nacimiento de su hijo casi al final de la serie?
Aunque mi familia es lo m¨¢s importante de mi vida, no creo que est¨¦ preparada para dejar de trabajar como actriz. La serie era dif¨ªcil de compaginar, porque fueron semanas de 90 horas durante seis o siete a?os; pero ahora en el cine cuento con esa ventaja que pocas madres trabajadoras pueden disfrutar. Trabajo con intensidad durante uno o dos meses en un rodaje y luego estoy en casa todo el tiempo durante otros dos o tres meses, a la espera del siguiente trabajo. Eso s¨ª, no puedo viajar sin ¨¦l; as¨ª que, mientras pueda acompa?arme, todo bien, y cuando empiece el a?o escolar, s¨®lo rodar¨¦ pel¨ªculas que transcurran en Nueva York, lo cual no est¨¢ nada mal.
?C¨®mo se organiza con su marido?
Matthew tambi¨¦n tiene una carrera con mucho ¨¦xito, pero intentamos organizarnos de la mejor manera para que nuestro hijo se sienta muy querido. Espero que estemos haciendo un buen trabajo a la hora de educarle para que luego sea capaz de tomar las mejores decisiones en su vida. Adem¨¢s tenemos la fortuna de vivir en Nueva York, una ciudad que se interesa por el arte y la arquitectura, la literatura y el teatro, y donde nuestro contacto con la industria del espect¨¢culo, con Hollywood, es m¨ªnimo, y eso ayuda.
?Cree que eso tambi¨¦n influye en la solidez de su matrimonio?
No quiero sonar como una estrecha dando consejos matrimoniales [suelta una gran carcajada], pero hasta ahora nos ha funcionado. Nos relacionamos con gente que tiene otros trabajos fuera del mundo del espect¨¢culo, con vidas muy interesantes. Y creo que eso nos da otra fortaleza. Adem¨¢s procedemos de familias bastante s¨®lidas.
Suena lo suyo a matrimonio de lo m¨¢s convencional.
Ya le dije que soy mucho m¨¢s formal que Carrie [se vuelve a re¨ªr mientras recompone su postura sentada como una se?orita]. Me gusta cuidar de mi hogar. Me encargo del equipaje, de las compras; me preocupo de que todo est¨¦ en su lugar. Tambi¨¦n soy la que acaba llamando al taxi. Y todos los domingos sin falta recojo la casa. Soy as¨ª al natural. Pero como cualquiera que se mete en esto del matrimonio, una s¨®lo puede desear que dure, al menos tanto como puedas aguantar [vuelve a re¨ªrse]. Estoy bromeando? Creo que ambos disfrutamos de una envidiable posici¨®n en nuestra vida, aunque nuestras metas no se diferencian de las del resto del mundo. Como para cualquier otra persona, el ¨¦xito profesional significa una nevera llena; la felicidad me la da mi vida con mi marido y con mi hijo, saber que est¨¢n sanos y a mi lado. As¨ª de sencillo.
A punto ya de cumplirse los dos a?os desde que concluy¨® su trabajo en Sex and the city, el nombre de Sarah Jessica Parker suena m¨¢s a franquicia que al de una estrella. De hecho, su rostro ha adquirido en estos meses otro tipo de popularidad, como parte de campa?as publicitarias millonarias, en vez de figurar en proyectos art¨ªsticos en las pantallas. "El sentido innato que tiene Sarah Jessica Parker para el estilo es tan din¨¢mico y singular que resulta perfecta para nuestra marca", subray¨® el a?o pasado Gary Muto, presidente de Gap, al anunciar la nueva campa?a publicitaria de esta popular cadena de ropa estadounidense.
?Qu¨¦ hay de cierto en las informaciones que cifran en 38 millones de d¨®lares sus ingresos gracias a la publicidad?
[Tap¨¢ndose los o¨ªdos para no escuchar la pregunta, que recibe a carcajadas]. ?Se puede creer lo de los 38 millones de d¨®lares? ?Si tuviera 38 millones de d¨®lares estar¨ªa grit¨¢ndolo a los cuatro vientos! No tendr¨ªa que buscarlo en ninguna informaci¨®n. Si los tuviera ser¨ªa la persona rica m¨¢s p¨²blica del mundo. Lo de ser una persona filantr¨®pica y discreta no es mi estilo. Presumir¨ªa de las bibliotecas que podr¨ªa construir con ese dinero, de las escuelas, de los programas art¨ªsticos que fomentar¨ªa, de los hogares reconstruidos para las v¨ªctimas del Katrina. Ser¨ªa incre¨ªble; pero no, no tengo 38 millones de d¨®lares. Y lo que es peor, con ese tipo de informaciones parezco una persona de lo m¨¢s mezquina y taca?a, a menos que vaya dejando propinas millonarias o invitando a todo el mundo a tomar algo. ?Es una carga terrible para unos hombros tan peque?os!
Tampoco es una idea tan descabellada ahora que se ha metido en el negocio de la moda con su l¨ªnea de perfume, Lovely.
No tengo ninguna otra ambici¨®n empresarial m¨¢s all¨¢ de mi perfume. Es algo con lo que siempre so?¨¦.
?A qu¨¦ se debe esta afici¨®n?
Ll¨¢melo nostalgia, pero uno de los recuerdos m¨¢s entra?ables es el de mi madre usando siempre la misma fragancia. Ahorrando para comprarse su frasco favorito de perfume dos veces al a?o. Hay muchas mujeres que ocupan un lugar muy destacado en mi vida, y el olor de su perfume siempre las devuelve a mi mente [aspira con nostalgia]. Por eso me decid¨ª a sacar mi perfume, pero no estoy buscando un nuevo imperio en la moda. Nada de eso [r¨ªe], me interesa mucho m¨¢s ser madre y actriz.
?A qu¨¦ huele el ¨¦xito de Sarah Jessica?
A mi hijo nada m¨¢s despertar.
Tras este par¨¦ntesis empresarial, la Parker actriz regresa a las pantallas. ?A qu¨¦ se ha debido la larga espera?
Cuando acab¨® la serie me aconsejaron con bastante acierto que me tomara mi tiempo y no me volviera loca lanz¨¢ndome a trabajar de inmediato. Que mejor me concentrara en decidir bien.
?Cu¨¢l es el plan maestro de la nueva Sarah?
Soy un desastre a la hora de hacer planes maestros [se vuelve a re¨ªr]. Lo ¨²nico que quer¨ªa era hacer algo diferente. De nuevo, no se trata de huir de Carrie Bradshaw o de que me pese su imagen. De hecho, eso s¨ª que hubiera sido lucrativo; no s¨¦ si 38 millones de d¨®lares, pero me hubieran pagado muy bien por hacer comedias rom¨¢nticas con mujeres urbanas a lo Carrie. Me ofrecieron muchas, pero no me interesaban. Por eso busqu¨¦ personajes completamente diferentes, como Meredith Morton en The family Stone, una persona cerrada en s¨ª misma y sin ning¨²n gracejo social rodeada de gente que bien podr¨ªan ser amigos de Carrie.
Una vez encontrado el proyecto ideal, ahora la lista de estrenos es imparable.
He buscado nuevos proyectos, nuevos directores y nueva gente con quienes trabajar. Eso es lo que me llev¨® al rodaje de Failure to launch, otro de mis pr¨®ximos estrenos; ¨¦ste s¨ª m¨¢s pr¨®ximo a la f¨®rmula de la comedia rom¨¢ntica, donde soy de nuevo una mujer de hoy. Tambi¨¦n est¨¢ Spinning into butter, una historia muy complicada, provocativa e incendiaria sobre un incidente racial en una universidad de la Costa Este y una mujer que huye de su pasado. Y Love walked, una historia sorprendente de una mujer que en un momento de su vida decide abandonar la idea de tener una relaci¨®n rom¨¢ntica, porque nunca son como las novelas, y entonces conoce a alguien que cambia su vida en cinco minutos. Aqu¨ª tiene la colecci¨®n de mujeres a cual m¨¢s diferentes que he podido encontrar. Y teniendo esta gama de oportunidades no pod¨ªa negarme la posibilidad de probar diferentes g¨¦neros, de tener diferentes experiencias.
Sarah Jessica Parker comienza tambi¨¦n una nueva etapa de su vida, la cuarentena, en una industria conocida por su insaciable sed de juventud. Si las experiencias de Carrie en la serie o de Parker en los anuncios de Gap dieron esperanzas a la mujer de una nueva vida por encima de los 40, con la actual temporada ha llegado un nuevo mazazo. El mismo d¨ªa que le cantaron el cumplea?os feliz, Gap anunciaba que reemplazaba la vitalidad de Parker por la juventud de la cantante Joss Stone, de 17 a?os, para sus campa?as. La publicidad parece no perdonar la edad. "La edad nunca perdona. El otro d¨ªa ech¨¦ a correr por la calle y me desgarr¨¦ un tend¨®n. Me he pasado la vida corriendo por las mismas calles sin problema y ahora me duele todo el cuerpo. Conclusi¨®n: debo dejar de ir a la carrera con tacones", dice ri¨¦ndose.
Hollywood tampoco perdona?
Hay mucha gente con los cuchillos afilados. Pero tambi¨¦n hay amigos para siempre. Y mujeres ejemplares, como Diane Keaton. Es mi ¨ªdolo, y estoy encantada de haber vuelto a trabajar con ella en The family stone. ?Es Diane Keaton! Alguien capaz de mostrar en c¨¢mara que es humana y vulnerable, y a la vez un icono en lo que se refiere a la moda. Es una de las primeras actrices que fue a la vez sexy e inteligente delante de las c¨¢maras, algo que funcion¨® a su favor en lugar de en su contra. La admiro profundamente.
?Echa de menos a sus compa?eras de 'Sex and the city'?
Por supuesto. Siempre da miedo enfrentarse a un nuevo grupo de gente, en especial cuando te has pasado a?os rodeada de los mismos, esa maravillosa familia que formamos en Sex and the city. Adem¨¢s soy muy dada a la nostalgia. Me gusta echar la vista atr¨¢s. Me puedo pasar las horas enteras hablando con mi familia sobre las navidades de 1997, o con Matthew recordando el nacimiento de James Wilkie o el d¨ªa que nos conocimos. Es como volver a vivir el pasado, pero en lugar de entristecerme me llena de satisfacci¨®n porque lo he vivido. Pensar en los paseos que me daba con Cynthia por Nueva York durante los rodajes? Son recuerdos maravillosos.
?Y qu¨¦ me dice de su otro amor, la ciudad de Nueva York?
Llevo Nueva York en el coraz¨®n, y tengo claro que, por muchas pel¨ªculas que ruede, incluso en Nueva York, nunca volver¨¦ a disfrutar de la ciudad de la misma manera. No puedo estar mucho tiempo sin ver sus edificios. No funciono sin sus taxis o su metro. Incluso a la hora de vestir. Recuerdo que una vez que me concedieron el Globo de Oro [como mejor actriz en una serie de comedia], Karl Lagerfeld me proporcion¨® un vestido gris met¨¢lico que me recordaba al Empire State, mi edificio preferido a nivel arquitect¨®nico y emocional.
Supongo que sus vivencias en la ciudad no ser¨¢n tan agradables bajo la mirada siempre atenta de los 'paparazzi'.
En Los ?ngeles s¨¦ que es diferente, pero Nueva York es una ciudad distinta. Hemos tenido problemas con paparazzi poco respetuosos, pero no me gusta quejarme porque hay cosas peores. Lo peor es que, cuando salimos con James, nos obligan a mantenernos alejados de otros ni?os y otros padres.
?Cu¨¢l es ahora su rutina preferida en la Gran Manzana?
Llevar a mi hijo al colegio por las ma?anas. Luego me paso a recogerlo y le observo mientras paseamos de vuelta; veo c¨®mo va descubriendo su ciudad. Siento tal envidia de ¨¦l, de que haya nacido y vaya a crecer en esta ciudad a la que tanto amo. Ser¨¢ su ciudad mucho m¨¢s que la m¨ªa. No tiene m¨¢s que tres a?os, y el otro d¨ªa ya estaba se?alando por la ventana porque quer¨ªa ver "esa ciudad tan bonita". Eran como las seis y media de la tarde, estaba atardeciendo, y el cielo ten¨ªa ese color rosado en el que resalta m¨¢s que nunca la silueta del Empire State. Me sent¨ª tan orgullosa?, porque me di cuenta de que ya entiende la ciudad que yo m¨¢s amo y a la que nunca podr¨¦ estarle lo suficientemente agradecida.
Cuanto m¨¢s habla de 'Sex and the city' o simplemente de esta ciudad, es m¨¢s dif¨ªcil pensar que alg¨²n d¨ªa pueda olvidarse de Carrie Bradshaw.
Ni puedo ni quiero olvidarme de Carrie. Tampoco quiero que nadie la olvide. Me sigue produciendo un tremendo cosquilleo la idea de haber llegado con Carrie a tantas mujeres. Mi ¨²nico deseo cuando decid¨ª ser actriz era el de conseguir alguna oportunidad que otra y algo de dinero. Nunca so?¨¦ con algo as¨ª, con algo tan extraordinario como Sex and the city.
?Qu¨¦ ocurri¨® con el proyecto de hacer una pel¨ªcula basada en la serie?
Creo que pas¨® el momento. La verdad es que no pudimos llegar a un acuerdo, pero no quiero extenderme en el tema. Una pena, porque hubiera sido divertido. Tampoco creo que vuelva a hacer otra serie de televisi¨®n. Es un compromiso laboral importante y ahora soy madre. Y en cuanto a una posible reuni¨®n de las cuatro amigas que hicimos posible esta serie [Nixon, Kristin Davis y Kim Cattrall, quien supuestamente nunca lleg¨® a un acuerdo econ¨®mico para el largometraje], me agrada que el p¨²blico quiera volver a vernos juntas. Pero tampoco creo que vaya a suceder. A menos que nos quieran ver juntas en el asilo con los tacatacas. Es una buena alternativa a los manolos [carcajada].
Creo que se qued¨® con buena parte del vestuario de la serie.
Todo lo que pude, porque hab¨ªa algunos vestidos que estaban prestados. Me qued¨¦ con todo lo que pude. He dado muchos vestidos para actos ben¨¦ficos, pero nunca podr¨¦ separarme de muchos otros. Guardan grandes recuerdos.
?Y que pas¨® con los 'manolos'?
Esos tambi¨¦n me los qued¨¦ y los tengo bien guardados. No me atrevo ni a tocarlos, as¨ª que menos a¨²n a pon¨¦rmelos. Tengo mis propios manolos para cuando quiero vestir, pero no quiero ir por la vida en los zapatos de Carrie. No quiero arruinar unos zapatos como ¨¦sos, demasiado importantes como para echarlos a perder.
El secreto mejor guardado, por JUAN CUETO
A finales de la d¨¦cada de los noventa ocurri¨® uno de los acontecimientos m¨¢s notables de la posmodernidad. Lo recuerdo perfectamente porque me impresion¨®. Estaba zapeando distra¨ªdamente y de pronto, en la pantalla, una pandilla de mujeres mayores de 30 hablaba normalmente de sexo. No se trataba de un consultorio sexual tipo Elena Ochoa o Lorena Berd¨²n, ni siquiera de una terapia de grupo de la escuela argentina filmada en plan reality. S¨®lo era una animada conversaci¨®n femenina de mujeres en una cafeter¨ªa chic del sureste de Nueva York en la que cuatro chicas estaban revelando con pasmosa naturalidad nada menos que el secreto mejor guardado y que siempre obsesion¨® a los hombres de todas las edades y generaciones: ?De qu¨¦ hablan las mujeres cuando est¨¢n solas?Aqu¨¦lla fue una mutaci¨®n como la copa de un pino y todo ocurri¨® de la manera m¨¢s tonta. Cuando Sarah Jessica Paker y sus tres amigas, en una teleserie de la cadena de pago HBO, empezaron a charlar con naturalidad de sexo y otros asuntos inc¨®gnitos mientras devoraban sushis y salivaban por bolsos Fendi y zapatos Manolo Blahnik. Aquel d¨ªa se derrumb¨® otro muro de Berl¨ªn, de los muchos que por entonces ca¨ªan a pedazos; por fin, gracias a la TV, se desvel¨® el secreto.Porque la novela nunca supo responder a este viejo arcano machista a pesar de que desde la d¨¦cada de los ochenta ya est¨¢ comprobado cient¨ªficamente que la masa lectora s¨®lo es femenina. Y en cuanto al cine, las conversaciones de celuloide entre mujeres metropolitanas no hicieron m¨¢s que amplificar el gran secreto y los cin¨¦filos siempre cre¨ªmos que las mujeres, cuando estaban solas, hablan del sexo por met¨¢fora, por metonimia o por jerogl¨ªfico. Tuve que pillar un cap¨ªtulo de Sex & the city para entender que las conversaciones entre mujeres eran como las de los hombres cuando est¨¢n en el bar, pero bastante m¨¢s ingeniosas, fluidas, descaradas y con detalles er¨®ticos. Algunos sostienen que el posfeminismo tambi¨¦n empez¨® all¨ª.En cualquier caso, despu¨¦s de las conversaciones de Sarah y sus amigas, tan contrarias a las de la antigua pandilla treinta?era de Friends, ya nunca m¨¢s fue posible zascandilear con el famoso g¨¦nero de las conversaciones entre mujeres. Es m¨¢s, la propia HBO, adrenalizada por el ¨¦xito, intent¨® la misma operaci¨®n con el sexo opuesto en la serie Lo que los hombres no cuentan, ambientada esta vez en Chicago, y tambi¨¦n entre periodistas. No le recomiendo a ninguna de las tropecientas cadenas espa?olas en lucha por el share espa?ol que la fichen, porque la serie fue un fracaso anunciado. Sabemos perfectamente de qu¨¦ hablan los hombres cuando est¨¢n solos.Otro de los misterios que resolvi¨® Sexo en Nueva York es la extra?a y potente mitolog¨ªa actual de Sarah Jessica Parker, que gusta por igual a las mujeres independientes mayores de 30 que a las peque?itas que acaban de estrenar Visa azul. En principio, o en el principio de la chica de Ohio, Sarah no ten¨ªa ning¨²n n¨²mero para participar en la loter¨ªa del estrellato de Hollywood, y nadie habr¨ªa apostado un d¨®lar por ella. Ni era neum¨¢tica ni er¨®tica ni simbi¨®tica. Era una chica normal que un d¨ªa se hizo medi¨¢tica por la sencilla raz¨®n de que empez¨® a hablar con desparpajo de sexo y hombres en la peque?a pantalla, coleccionaba zapatos de firmas, vest¨ªa tut¨²s por Manhattan, sab¨ªa escribir columnas y adem¨¢s, al final de la escapada, era rom¨¢ntica.Y ¨¦sta es la diferencia entre las mitolog¨ªas de la pantalla grande y las cat¨®dicas. El Eros de Hollywood sigue traficando con las mujeres bomba, pero las telemitolog¨ªas s¨®lo endiosan las heroicidades de lo normal. Nada de supermanes o supermujeres. Sarah era y es la perfecta every-woman que de un solo taconazo con sus manolos supo dar con la f¨®rmula matem¨¢tica que so?¨¢bamos a finales de siglo: TV + Nueva York + sexo + posfeminismo + moda. El problema es que aquellas chicas liberadas de Sex & the city han sido sustituidas en nuestras parrillas por las casadas de Mujeres desesperadas, que cotillean de secretos criminales y han dejado de charlar normalmente de sexo. Menos mal que Canal + va a estrenar la rompedora serie L (Lesbianas); entonces nos vamos a enterar en el prime time de lo que es una conversaci¨®n entre mujeres que no piensan en los hombres.
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