Bush admite que orden¨® espiar a sus ciudadanos
El presidente de EE UU critica a los senadores que no han prorrogado la Ley Patri¨®tica
George W. Bush no s¨®lo admiti¨® ayer que autoriz¨® el control de las comunicaciones con el extranjero sin mandato judicial, sino que anunci¨® que lo seguir¨¢ haciendo "porque es vital para la seguridad nacional". La revelaci¨®n de que una orden presidencial sirvi¨® para fiscalizar las llamadas telef¨®nicas y el correo electr¨®nico de varios cientos, quiz¨¢ miles, de estadounidenses y extranjeros contribuy¨® a que el Senado bloqueara la pr¨®rroga de la Ley Patri¨®tica, que expirar¨¢ el 31 de diciembre si los senadores no aprueban el nuevo texto.
Ocho senadores dem¨®cratas citaron el espionaje ordenado por Bush como una raz¨®n para no renovar la ley, y cuatro republicanos se sumaron al filibusterismo que impidi¨® la votaci¨®n. En t¨¦rminos ¨¢speros, Bush lo calific¨® de "decisi¨®n irresponsable que pone en peligro las vidas de los ciudadanos" y dijo: "En la guerra contra el terror, no podemos permitirnos el lujo de estar sin esta ley ni por un segundo". "La autorizaci¨®n
es una herramienta vital en la guerra contra el terrorismo", justific¨® el presidente. "Es fundamental para salvar vidas americanas. Los estadounidenses esperan de m¨ª que haga lo posible, dentro de las leyes y la Constituci¨®n, para protegerles y proteger sus libertades, y eso es exactamente lo que voy a continuar haciendo mientras siga siendo presidente de Estados Unidos". Un Bush crispado hizo estas afirmaciones desde el sal¨®n Roosevelt de la Casa Blanca en su discurso de los s¨¢bados, ayer en directo y de ocho minutos, dos factores poco habituales.
El presidente ampli¨® la informaci¨®n sobre la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y dijo que el programa se revisa cada 45 d¨ªas y que ¨¦l ha renovado "en m¨¢s de 30 ocasiones" la orden. Afirm¨® que se usa "s¨®lo para interceptar comunicaciones internacionales de gente en EE UU de la que se sospecha que pueden tener claros v¨ªnculos con Al Qaeda u otras organizaciones terroristas", y que ha sido ¨²til para "detectar y evitar atentados en EE UU y en el exterior". "Las actividades que autoric¨¦ facilitar¨¢n la localizaci¨®n de asesinos como los secuestradores del 11-S", dijo, y asegur¨® que no hay conflicto con la legalidad.
La Casa Blanca considera que el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n, que establece los poderes ejecutivos del presidente y su autoridad como comandante en jefe, justifica las medidas extraordinarias adaptadas tras el 11-S. Tres d¨ªas despu¨¦s, el Congreso aprob¨® una resoluci¨®n en la que se autorizaba al presidente a utilizar "toda la fuerza apropiada y necesaria" para perseguir a los responsables de los atentados y tratar de evitar nuevos ataques. Pero supuestamente para eso est¨¢ la Ley Patri¨®tica que reforz¨® los poderes de la polic¨ªa para intervenir comunicaciones.
Por esa raz¨®n, congresistas de ambos partidos han solicitado la apertura de investigaciones para determinar si la orden ejecutiva es legal y si el Gobierno, al amparo de la guerra contra el terrorismo, ha llevado demasiado lejos sus prerrogativas. La NSA no puede, por ley, llevar a cabo tareas de espionaje en EE UU y sobre estadounidenses, salvo que consiga un permiso especial que otorga el Tribunal de la Ley de Vigilancia de Espionaje Extranjero. Bush afirm¨® ayer que los dirigentes del Congreso hab¨ªan recibido informaci¨®n "en m¨¢s de una docena de ocasiones" sobre el programa de las escuchas, y calific¨® de "ilegal" y perjudicial para la seguridad nacional la filtraci¨®n de la informaci¨®n a la prensa. "Ahora, nuestros enemigos tienen una informaci¨®n que no deber¨ªan tener".
La semana ha sido particularmente dura para el presidente, especialmente la filtraci¨®n y el bloqueo en el Senado de la pr¨®rroga de la Ley Patri¨®tica y la negociaci¨®n sobre la prohibici¨®n de la tortura. Todo ello contribuy¨® a difuminar las elecciones iraqu¨ªes. Bush dirigir¨¢ esta noche un mensaje solemne al pa¨ªs en el que abordar¨¢ estos asuntos y reiterar¨¢ la importancia de la democratizaci¨®n de Irak para el repliegue de las tropas y la seguridad de EE UU.
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