Cierre por dudar del holocausto

El Consejo Superior del Audiovisual (CSA) lleva m¨¢s de quince a?os funcionando en Francia bajo la forma actual. Lo integran nueve miembros, nombrados, a partes iguales, por el presidente de la Rep¨²blica, el de la Asamblea Nacional y el del Senado entre personas de reconocida solvencia profesional y que no tienen ning¨²n cargo pol¨ªtico.

En su ya considerable experiencia el CSA ha cerrado un canal de televisi¨®n -La Cinq- por incumplir reiteradamente los horarios previstos y anunciados, ha multado a la privada TF1 con m¨¢s de 600.000 euros por emitir m¨¢s publicidad de la autorizada, y ha cerrado con duraciones distintas -de unas pocas horas a una semana- emisoras de radio que han faltado a la verdad o han difundido mensajes incitando al odio. Recientemente, ha advertido a Canal + por haber emitido a lo largo de 2005 s¨®lo un 56% de ficci¨®n europea en vez del 60% al que se comprometi¨® en el momento de acceder a la licencia; ha prestado atenci¨®n al caso del humorista Dieudonn¨¦, acusado de antisemitismo; ha requerido de la p¨²blica France 2 para que fuese m¨¢s cuidadosa en la exactitud de sus informaciones m¨¦dicas y tuviera en cuenta la emisi¨®n de determinadas im¨¢genes en horas en que menores a¨²n pueden estar viendo la televisi¨®n. Tambi¨¦n cerr¨® una semana la radio juvenil NRJ por declaraciones en las que se pon¨ªa en duda la existencia de las c¨¢maras de gas en los campos de exterminio nazis.

La falsedad en informaciones implica, habitualmente, rectificar p¨²blicamente en horas de id¨¦ntica audiencia y de manera clara. Si se repiten, entonces el CSA pasa, primero a la multa, luego a la suspensi¨®n y por ¨²ltimo a la retirada de la licencia. La f¨®rmula "los hechos son sagrados, las opiniones libres" es m¨¢s respetada por el CSA que por la legislaci¨®n francesa.