El inventor de la ciencia pol¨ªtica
En el marco de las conmemoraciones del 250? aniversario de la muerte de Montesquieu aparece esta segunda edici¨®n de un libro que podr¨ªamos calificar ya como un cl¨¢sico de la investigaci¨®n en la historia del pensamiento social y pol¨ªtico, publicado por primera vez hace m¨¢s de veinte a?os por Carmen Iglesias, a quien apenas si hace falta presentar como miembro de n¨²mero de las Reales Academias Espa?ola y de la Historia y catedr¨¢tica de la Universidad Complutense de Madrid. El libro, que en su d¨ªa obtuviera el premio internacional de la Academia Montesquieu de Burdeos, aunque incorpora una presentaci¨®n a la nueva edici¨®n, una microbiograf¨ªa, una relaci¨®n de las obras del pensador y un ¨ªndice tem¨¢tico, se mantiene ¨¦l mismo en su contenido, que no es otro que el estudio de la fundamentaci¨®n cient¨ªfica y filos¨®fica de la obra de Montesquieu, es decir, del marco conceptual donde se inscriben sus aportaciones originales. De este modo, el an¨¢lisis de las corrientes intelectuales que constituyeron la base de la formaci¨®n intelectual del bar¨®n de la Br¨¨de, incluye una aproximaci¨®n a los trabajos de la Academia de Burdeos, la filosof¨ªa poscartesiana, el paradigma newtoniano y las ciencias naturales, antes de concluir sobre la confluencia de todos estos temas en la elaboraci¨®n de sus obras mayores, en particular De l'esprit des lois.
EL PENSAMIENTO DE MONTESQUIEU. Ciencia y filosof¨ªa en el siglo XVIII
Carmen Iglesias
C¨ªrculo de Lectores
Barcelona, 2005
558 p¨¢ginas. 18,50 euros
As¨ª, esta profunda asimila
ci¨®n de las ense?anzas de Descartes y de Newton, sin duda dos de las lumbreras de la modernidad, inducen a Montesquieu a fundar la ciencia pol¨ªtica sobre la base de la aplicaci¨®n de la raz¨®n a los hechos de la realidad social y de la utilizaci¨®n del concepto de naturaleza como herramienta esencial para la insoslayable secularizaci¨®n del pensamiento y la necesaria laicizaci¨®n de la sociedad. Armado de esta panoplia conceptual, el ilustrado franc¨¦s se plantea las graves cuestiones que aparecen recurrentemente en su horizonte mental.
En primer lugar, el desajus
te entre el progreso material y el moral, que contempla con cierto pesimismo (con ese "pesimismo de la raz¨®n" que teorizar¨ªa Antonio Gramsci), pero que trata de salvar mediante el doble recurso al conocimiento de la historia (que tambi¨¦n para Pierre Vilar sirve para "no hacerse ilusiones y sin embargo conservar la esperanza") y a la creaci¨®n de instituciones que sirvan de valladar a los abusos del poder. De este modo, cobra prioridad la tarea de identificar los medios que permitan construir un sistema de gobierno que otorgue a los ciudadanos el mayor grado posible de libertad, un objetivo que podr¨ªa lograrse a trav¨¦s de la separaci¨®n de los poderes y el equilibrio entre los mismos como preventivo de toda tentaci¨®n al despotismo.
Siempre es oportuno volver a Montesquieu, ya que su obra viene a ser, como bien se?ala Carmen Iglesias, "una vacuna contra todo totalitarismo". Y, desde luego, es muy oportuno hoy en un momento de retroceso de la raz¨®n como instrumento de interpretaci¨®n del mundo, de la ¨¦tica como valor que cimenta la convivencia y del respeto a los derechos humanos, pisoteados por nuevos aut¨®cratas que, violentando el principio de contradicci¨®n, alegan para justificarse una supuesta, pero radicalmente falsa, defensa de la democracia y de la libertad.
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