Esplendor y miserias de un escritor serio
"?No dispare, soy un escritor serio"!, le grita Nathan Zuckerman a una viejecita armada con una estampita de Jes¨²s. Es tan serio que resulta c¨®mico, un neur¨®tico que se imagina que la gente cuelga su foto de portada de la revista Life en las paredes, que hace de las suyas en el PEN Club pero lee a Henry James cuando perge?a su po¨¦tica narrativa y La monta?a m¨¢gica cuando convalece en un hospital. Un tipo entre Peter Pan y Franz Kafka (entre el ingenuo que un d¨ªa se crey¨® "todo lo que contaba Arist¨®teles sobre literatura" y el jud¨ªo angustiado por su crisis de fe ?y de creatividad literaria!), capaz de "meditar sobre el hado de sus genitales" durante horas de obsesi¨®n sexual y de cobrar un mill¨®n de d¨®lares de 1969 cuando su agente vende a la Paramount los derechos cinematogr¨¢ficos de su novela Carnovsky. Este escritor (h¨¦roe y narrador) jud¨ªo culto, divertido y vulnerable, se lo sac¨® de la manga Philip Roth all¨¢ por 1974, en su novela My life as a man y en realidad en forma de ¨¢lter ego elevado a la segunda potencia, pues nace como criatura ficcional de su fallido primer ¨¢lter ego, el escritor Peter Tarnopol. Semejante gui?o de travestismo y desdoblamiento, como el de Boris Vian con Vernon Sullivan o el de J. M. Coetzee con Elisabeth Costello, le ha acompa?ado en su trayectoria literaria hasta la madurez de The Counterlife (1986) y de su trilog¨ªa de la hipocres¨ªa moral, Pastoral americana (1997), Me cas¨¦ con un comunista (1998) y La mancha humana (2000).
ZUCKERMAN ENCADENADO
Traducci¨®n de Ram¨®n Buenaventura
Seix Barral. Barcelona, 2005
557 p¨¢ginas. 26 euros
Ahora, y a la zaga de su ¨²ltima novela, La conjura contra Am¨¦rica (Mondadori), Seix Barral traduce y publica la trilog¨ªa Zuckerman encadenado en la que se consolid¨® la figura del ¨¢lter ego guas¨®n, nacido en Newark como ¨¦l y enjaulado en una suerte de sal¨®n de los espejos en el que la personalidad de su creador Roth se proyecta, se deforma y se fragmenta, y que Farrar, Straus & Giroux edit¨® en 1985 en un solo volumen que incluye las novelas La visita al maestro (1979, cuyo t¨ªtulo original es The Ghost Writer), Zuckerman desencadenado (1981) y La lecci¨®n de anatom¨ªa (1983), junto a una impagable nouvelle titulada La org¨ªa de Praga que hace las veces de ep¨ªlogo. Las tres novelas, y su estrambote, resultan imprescindibles para comprender la complejidad de la obra de Roth, sus litigios con la cuesti¨®n del oficio de escribir, de los que es fruto su narrativa autorreferencial y metaficcional, y su necesidad de concebir h¨¦roes psicol¨®gicamente fr¨¢giles que llevan sobre sus espaldas, como S¨ªsifo y como ¨¦l mismo, la pesada roca de la responsabilidad hist¨®rica y de la verdad existencial, pero caminan aliviados por el humor y la desmitificaci¨®n. La visita al maestro, dedicada dicho sea de paso a Milan Kundera, relata los albores de la carrera literaria de Zuckerman (de Roth) que, todav¨ªa aprendiz de escritor, visita al consagrado E. I. Lonoff (trasunto de Bernard Malamud o de I. B. Singer, iconos, como Bellow, de la narrativa jud¨ªa y maestros de Roth).
Dejando aparte lo que la no-
vela tiene de parodia del Bildungsroman, la peregrinaci¨®n de Zuckerman al esperp¨¦ntico santuario de la sabidur¨ªa en el que convierte el domicilio de Lonoff, el retrato burlesco del quehacer literario ("?l me dec¨ªa: -cojo frases y les doy vueltas. Eso es mi vida. Luego tomo el t¨¦ y le doy una vuelta a la nueva frase"), su enamoramiento de una falsa Ana Frank, los ap¨®strofes al "virtuoso lector" y sus juegos de manos con la ficci¨®n y la realidad -Lonoff junto a Melville, la esposa de Lonoff como la mujer de Tolst¨®i, por ejemplo- hacen de la novela una jugosa broma literaria. Zuckerman desencadenado, que arranca con un ep¨ªgrafe de Lonoff, uno m¨¢s de entre los gui?os que Roth le reserva al lector a costa de las convenciones literarias, constituye un jocoso dibujo de la fama literaria a la que debe hacer frente un Zuckerman popular¨ªsimo despu¨¦s del ¨¦xito comercial de su novela Carnovsky (trasunto, claro, de la novela que lanz¨® a la fama a Roth, El lamento de Portnoy, de 1969). Los lectores lo increpan confes¨¢ndole que se niegan a creer que los sat¨ªricos alicientes de su protagonista, Gilbert Carnovsky, sean hijos de la imaginaci¨®n y no de la experiencia y Roth se lo pasa en grande redactando pastiches de cr¨®nicas del coraz¨®n que juguetean con su ¨¢lter ego como con un conejillo de Indias de color de rosa ("lo ¨²nico que de veras les apetece a ustedes es que les diga qui¨¦n hace qu¨¦ con qui¨¦n. Bueno, pues Nathan Zuckerman y Caesara O'Shea siguen siendo la pareja m¨¢s deliciosa de Manhattan. Juntos asistieron a la cena que dieron Andr¨¦ Schevitz, su agente literario, y su esposa Mary. En ella Tony Randall habl¨® con Leonard Bernstein y Lauren Bacall habl¨® con Gore Vidal"). Inteligentsia jud¨ªa y jubilosa fama, junto con una estrella sexy, un escritor pasado de vueltas, la sombra del plagio y bromitas a costa del mundillo literario forman una novela acerca del ¨¦xito cuyo env¨¦s es precisamente La lecci¨®n de anatom¨ªa, descenso a los infiernos del bloqueo de la inspiraci¨®n, del vac¨ªo y del consabido remedio de los para¨ªsos artificiales.
Este volumen troncal en la obra del que para muchos es el mejor escritor norteamericano vivo, que se cierra con un thriller literario y rocambolesco en plena guerra fr¨ªa, con el fantasma de Kafka merodeando por sus p¨¢ginas y una parodia feroz del teatro de Ch¨¦jov (La org¨ªa de Praga es una pieza genial), parece consagrado a la literatura entendida como juego con la literatura y sus t¨®picos, cuyo correlato serio acaso sea El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras (Seix Barral), ese otro libro en el que Roth reflexiona en torno a la literatura, pero no con el ficticio Zuckerman, sino con escritores como Bellow, McCarthy, Kundera o Levi, que entender¨ªan sin esfuerzo por qu¨¦ Roth hubo de inventarse a este nuevo Prometeo llamado Zuckerman para compartir los muchos gastos del oficio.
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